51吃瓜

Mensaje del Secretario General con ocasi贸n del D铆a Internacional de los Derechos Humanos

10 de diciembre de 2006

La campa帽a para hacer de la pobreza una cosa del pasado representa un desaf铆o moral fundamental de nuestro tiempo. La observancia universal de los derechos humanos puede ofrecernos una v铆a para alcanzar ese fin.

Los derechos humanos fundamentales, esto es, el derecho a un nivel de vida digno, a disponer de alimentos y atenci贸n m茅dica b谩sica, oportunidades educativas o trabajo decente, o el derecho a no sufrir ning煤n tipo de discriminaci贸n, describen exactamente lo que m谩s precisa la poblaci贸n m谩s pobre del mundo. Sin embargo, por su propia situaci贸n de abatimiento, los pobres se encuentran en las condiciones menos propicias para conquistar o defender esos derechos 鈥渦niversales鈥�. As铆 pues, los derechos humanos se ven amenazados cuandoquiera y dondequiera un hombre, una mujer o un ni帽o subsisten en la pobreza extrema.

Si consideramos con toda seriedad los derechos humanos, debemos demostrar que tambi茅n nos preocupa seriamente la miseria. Como se se帽al贸 en la celebraci贸n del D铆a Internacional de los Derechos Humanos del presente a帽o, debemos responder al llamamiento de luchar contra la pobreza, no como una obra de caridad, sino porque es nuestra obligaci贸n.

Cada uno de nosotros debe comprender que los derechos consagrados en la Declaraci贸n Universal de Derechos Humanos significan muy poco para los millones de personas de este mundo que viven acosadas por la enfermedad y el hambre, mientras no haya para ellas remedios efectivos. Tenemos que reconocer que donde hay familias enteras luchando por subsistir con menos de 1 d贸lar al d铆a o donde los ni帽os mueren por falta de la atenci贸n b谩sica que podr铆a salvarlos, la Declaraci贸n suena falsa, en el mejor de los casos.

Si consideramos la pobreza desde la perspectiva de los derechos humanos, resulta m谩s evidente nuestro imperioso deber moral de remediarla. Pero esa perspectiva ofrece otras ventajas. Dado que las normas de derechos humanos resaltan la importancia de la potenciaci贸n de la persona, ese enfoque basado en los derechos humanos puede contribuir al empoderamiento y la habilitaci贸n de los pobres. Puede ayudar a los ciudadanos de todos los niveles a obtener los conocimientos y condiciones que necesitan para intervenir de manera efectiva en las decisiones que rigen su vida. Puede ayudar a dirigir m谩s claramente la atenci贸n hacia medidas eficaces y sostenibles que ofrezcan la esperanza de un progreso a largo plazo y puede incitarnos a juzgar nuestro 茅xito no s贸lo por los niveles de ingreso, sino por la libertad que tiene la gente de llevar una vida satisfactoria y grata.

El desarrollo, la seguridad y los derechos humanos hoy van de la mano; ninguno de ellos puede llegar muy lejos si no avanzan tambi茅n los otros dos. De hecho, todo aqu茅l que propugna en茅rgicamente la defensa de los derechos humanos pero no hace nada por promover la seguridad y el desarrollo humano, o viceversa, pierde credibilidad y resta fuerza a su causa. Es conveniente entonces que hablemos con una sola voz sobre estos tres temas y hagamos todo lo posible por conseguir que el derecho a una vida digna, libre del temor y la miseria tenga un verdadero sentido para los m谩s necesitados.