Se respira el cambio
Art铆culo de opini贸n - International Herald Tribune (EE.UU.), 18 de septiembre de 2009
Por Ban Ki-moon
Hace dos semanas, viaj茅 al 脕rtico, donde visit茅 los restos de un glaciar. Lo que hace solo unos a帽os era una majestuosa masa de hielo, se hab铆a desintegrado. No es que se derritiera gradualmente sino que se hab铆a desintegrado. Fueron necesarias nueve horas de viaje en barco para alcanzar el casquete polar desde el asentamiento humano m谩s septentrional del mundo. En pocos a帽os, quiz谩s se pueda llegar en barco hasta el Polo Norte sin encontrar obst谩culo alguno. Es muy posible que para 2030, el hielo pr谩cticamente haya desaparecido del 脕rtico.
Los cient铆ficos me transmitieron sus aleccionadoras conclusiones. El 脕rtico nos advierte de manera elocuente de impactos clim谩ticos que afectar谩n a todo el mundo. Con gran inquietud observ茅 el ritmo acelerado de los cambios en la regi贸n y, lo que es aun m谩s preocupante, la aceleraci贸n del fen贸meno de calentamiento global que provocan. El deshielo del permafrost est谩 liberando metano, un gas de efecto invernadero 20 veces m谩s potente que el di贸xido de carbono. El derretimiento de los hielos de Groenlandia amenaza con elevar el nivel del mar.
Mientras tanto, siguen aumentando las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial.
Por ello, estoy absolutamente convencido de que tenemos que actuar y que tenemos que hacerlo ahora.
Con este objetivo, el 22 de septiembre he convocado una cumbre especial sobre el cambio clim谩tico en las Naciones Unidas a la que est谩n invitados unos 100 l铆deres mundiales, en lo que ser谩 el acontecimiento de ese tipo con mayor n煤mero de Jefes de Estado y de Gobierno de la historia. El desaf铆o colectivo no es otro que transformar la crisis clim谩tica en una oportunidad para lograr un crecimiento m谩s seguro, limpio, sostenible y ecol贸gico para todos.
La clave estar谩 en Copenhague, donde los gobiernos se reunir谩n en diciembre para negociar un nuevo acuerdo global sobre el clima. El mensaje que quiero dirigir a los l铆deres es claro: el mundo necesita su actuaci贸n decidida para alcanzar un trato justo, efectivo y ambicioso en Copenhague. De otro modo tendremos que rendir cuentas a las generaciones futuras del costo de nuestra inacci贸n.
El cambio clim谩tico es el principal trance geopol铆tico de nuestro tiempo, que ha alterado la ecuaci贸n mundial de desarrollo, paz y prosperidad. Amenaza a los mercados, las econom铆as y los beneficios del desarrollo y puede diezmar las reservas de agua y alimentos, provocar conflictos y migraciones, desestabilizar las sociedades m谩s fr谩giles e incluso derrocar gobiernos.
驴Conclusiones exageradas? No, seg煤n los cient铆ficos m谩s eminentes del mundo. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim谩tico ha afirmado que en los pr贸ximos 10 a帽os las emisiones de gases de efecto invernadero deben alcanzar su techo si no queremos desencadenar poderosas fuerzas naturales que se escapan de nuestro control.
Esos 10 a帽os pasar谩n antes de que termine la vida pol铆tica de muchos de los asistentes a la cumbre. As铆 pues, el drama de la crisis clim谩tica se est谩 desarrollando ante sus ojos.
Pero existe una alternativa: el crecimiento sostenible basado en tecnolog铆as y pol铆ticas ecol贸gicas que promuevan una reducci贸n de las emisiones frente a los modelos actuales, generadores de grandes cantidades de di贸xido de carbono. Muchos de los paquetes de est铆mulo econ贸mico elaborados por los pa铆ses a ra铆z de la crisis econ贸mica mundial incorporan un importante componente ecol贸gico que crea empleo y prepara a los pa铆ses para colocarse en la vanguardia de la nueva econom铆a del siglo XXI, basada en la energ铆a limpia.
Se respira el cambio. La clave se encuentra en un acuerdo global sobre el clima para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el aumento de las temperaturas del planeta hasta niveles cient铆ficamente seguros. Un pacto que catalice el crecimiento de las energ铆as limpias; y, lo que es a煤n m谩s urgente, un acuerdo que proteja y preste asistencia a los m谩s vulnerables frente a los inevitables impactos clim谩ticos.
Lo que se requiere es voluntad pol铆tica al m谩s alto nivel 鈥擯residentes y Primeros Ministros鈥� que se traduzca en avances r谩pidos en las negociaciones. Se precisa mayor confianza entre las naciones y m谩s imaginaci贸n, ambici贸n y cooperaci贸n.
Espero que los l铆deres pongan manos a la obra y que sus conversaciones no sean un di谩logo de sordos. Tambi茅n espero que se esfuercen por resolver los principales problemas pol铆ticos que hasta ahora han frenado las negociaciones mundiales hasta el punto de que avanzan con la lentitud de un glaciar. Resulta ir贸nica esta expresi贸n: los glaciales eran lentos hasta hace poco, pero los que yo vi hace unas semanas en el 脕rtico se est谩n derritiendo m谩s deprisa de lo que avanza la humanidad en sus intentos por remediarlo..
Los intereses a largo plazo del planeta tienen que primar sobre el oportunismo pol铆tico del momento. Los dirigentes de los pa铆ses deben actuar como l铆deres mundiales y asumir una perspectiva de futuro. Si las amenazas actuales trascienden fronteras tambi茅n nuestra visi贸n debe trascenderlas.
No es preciso resolver en Copenhague todos los detalles. Pero el 茅xito de un acuerdo global sobre el clima exige la participaci贸n de todos los pa铆ses, seg煤n sus posibilidades, en pro de un objetivo com煤n y a largo plazo. He aqu铆 los par谩metros que en mi opini贸n determinar谩n tal 茅xito:.
En primer lugar, cada pa铆s debe hacer todo lo posible por reducir las emisiones procedentes de las principales fuentes. Los pa铆ses industrializados han de reforzar sus objetivos de mitigaci贸n, en la actualidad muy lejos de los que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim谩tico considera necesarios. Tambi茅n los pa铆ses en desarrollo deben frenar el ritmo al que aumentan sus emisiones y acelerar el crecimiento ecol贸gico como parte de sus estrategias para reducir la pobreza.
En segundo lugar, para que el acuerdo sea satisfactorio, debe ayudar a los m谩s vulnerables a adaptarse a los impactos inevitables del cambio clim谩tico, lo cual es a la vez una obligaci贸n 茅tica y una inversi贸n inteligente para lograr un mundo m谩s estable y seguro.
En tercer lugar, los pa铆ses en desarrollo necesitan fondos y tecnolog铆a para avanzar m谩s r谩pidamente hacia un modelo de crecimiento con emisiones bajas. El acuerdo tambi茅n debe abrir puertas a la inversi贸n privada, entre otras cosas por medio de mercados del carbono. Y en cuarto lugar, los recursos deben gestionarse de manera equitativa y asignarse de tal manera que todos los pa铆ses puedan hacer o铆r su voz.
Este a帽o en Copenhague tendremos una gran oportunidad para que la historia nos d茅 la raz贸n. No solo es posible evitar el desastre, sino tambi茅n iniciar una transformaci贸n fundamental de la econom铆a mundial.
Los nuevos vientos pol铆ticos soplan a nuestro favor y millones de ciudadanos est谩n moviliz谩ndose. Las empresas m谩s avispadas est谩n trazando un nuevo rumbo de energ铆a limpia. Debemos aprovechar esta situaci贸n para ser audaces frente al cambio clim谩tico. Puede que esta oportunidad no vuelva a presentarse en mucho tiempo.
El cambio se respira en el ambiente. Sellemos el acuerdo que nos permita lograr un futuro mejor para todos.
El autor es el Secretario General de las Naciones Unidas
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