LA HUELLA IMBORRABLE DE JFK
Art铆culo de opini贸n - 芦USA Today禄, 22 de noviembre de 2013
Por Ban Ki-moon
Cuando yo no era m谩s que un adolescente an贸nimo de un pueblo polvoriento de Corea, tuve la enorme fortuna de poder saludar al Presidente Kennedy y una de las cosas que m谩s he lamentado siempre es no haber conservado el aut贸grafo que recib铆 de 茅l en aquella ocasi贸n.
Hab铆a viajado a los Estados Unidos para participar en una gira por el pa铆s que hab铆a organizado la Cruz Roja para un grupo de j贸venes de todo el mundo. Fue una experiencia que me abri贸 los ojos; ese viaje era para m铆 mucho m谩s que una simple visita a un pa铆s extranjero, era una peregrinaci贸n a la tierra de las posibilidades, a una democracia deslumbrante que hab铆a ayudado a mi pa铆s a superar las horas m谩s oscuras.
El Presidente Kennedy estamp贸 su firma en el papel satinado del bolet铆n de la Casa Blanca y, nada m谩s entreg谩rmelo, mis amigos me lo quitaron de las manos y procedieron a pasarlo de uno a otro con tanto entusiasmo que en seguida la tinta qued贸 repartida entre sus dedos. Cuando me lo devolvieron ya no quedaba resto alguno de lo que hab铆a escrito.
Sin embargo, nada ha podido borrar el recuerdo que guardo del presidente estadounidense. Mi encuentro con 茅l fue un momento decisivo para m铆. Las palabras que nos dirigi贸 aquel d铆a en el Jard铆n Sur inspiraron mi decisi贸n de entrar en el cuerpo diplom谩tico y dedicarme al servicio p煤blico.
脡ramos un grupo heterog茅neo, en el que hab铆a representantes de pa铆ses que en aquel entonces se encontraban en lados opuestos del tel贸n de acero, pero el Presidente Kennedy nos record贸 que pod铆amos ser amigos incluso aunque nuestros gobiernos no lo fueran. 芦Las fronteras nacionales no son un problema 'dijo', lo 煤nico que importa es decidir si estamos dispuestos a extender una mano amiga禄. Es un principio que he procurado adoptar como gu铆a personal.
A medida que me fui haciendo mayor y que mi carrera en el cuerpo diplom谩tico de mi pa铆s fue avanzando, esa idea adquiri贸 un significado m谩s concreto y decid铆 dedicarme a defender el inter茅s p煤blico a nivel mundial. Como Secretario General de las Naciones Unidas he hecho lo posible por servir a todos los pueblos del mundo, en cuyo nombre se aprob贸 la Carta fundacional de la Organizaci贸n.
El Presidente Kennedy ten铆a una gran fe en las Naciones Unidas. El 煤ltimo discurso que pronunci贸 ante la Asamblea General pocas semanas antes de su muerte puede servirnos todav铆a de gu铆a para afrontar los problemas que nos siguen acechando. En 茅l destac贸 la indivisibilidad de los derechos humanos, expres贸 su oposici贸n al gasto militar excesivo, hizo un llamamiento en favor de la tolerancia racial y religiosa, elogi贸 la labor de las operaciones de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz e insisti贸 en que debemos promover la paz no solo de palabra sino tambi茅n de coraz贸n. Todos esos son valores que defendemos gracias al dedicado esfuerzo de los funcionarios de las Naciones Unidas repartidos por todo el mundo.
En mis encuentros con los j贸venes, siempre procuro transmitirles el mensaje que recib铆 de JFK: debemos ser ciudadanos globales y demostrar el amor a nuestro pa铆s mediante nuestro servicio al mundo.
Poco despu茅s de ser elegido Secretario General, el senador Edward Kennedy me hizo una visita y me entreg贸 una copia enmarcada de la fotograf铆a de nuestro grupo, que hab铆a sido tomada aquel d铆a memorable en el Jard铆n Sur, junto con una copia del discurso pronunciado por el Presidente Kennedy. Ese detalle del senador Kennedy me conmovi贸 profundamente porque me demostr贸 que era consciente de lo mucho que hab铆a significado para m铆 el encuentro con su hermano.
Al recordar la tr谩gica muerte del Presidente Kennedy hace ya medio siglo, me doy cuenta de que quiz谩s deber铆a reconsiderar mi pesar por haber perdido su aut贸grafo. Su firma no se borr贸 del papel y se esfum贸 en la nada, qued贸 impresa en las yemas de los dedos de mis amigos en los que hab铆a despertado tanto entusiasmo. Espero poder seguir difundiendo por todo el mundo, sobre todo entre los j贸venes, el mensaje de ese gran hombre que se mantuvo fiel a sus ideales y que tanta confianza deposit贸 en las Naciones Unidas.
BAN Ki-moon es el Secretario General de las Naciones Unidas.
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