Declaración de Johannesburgo sobre el Desarrollo Sostenible
Desde nuestro origen hasta el futuro
1. Nosotros, los representantes de los pueblos del mundo, reunidos en la
Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo (Sudáfrica)
del 2 al 4 de septiembre de 2002, reafirmamos nuestro compromiso en
pro del desarrollo sostenible.
2. Nos comprometemos a construir una
sociedad mundial humanitaria y equitativa y generosa, consciente de la
necesidad de respetar la dignidad de todos los seres humanos.
3. Al
comienzo de la Cumbre, los niños del mundo, con palabras sencillas y
claras, nos han dicho que el futuro les pertenece y nos han desafiado a
que actuemos de manera tal que ellos puedan heredar un mundo libre de
las indignidades y los ultrajes que engendran la pobreza, la degradación
ambiental y el desarrollo insostenible.
4. Como parte de nuestra
respuesta a esos niños, que representan nuestro futuro común, todos
nosotros, venidos de todos los rincones de la tierra, condicionados por
distintas experiencias de la vida, nos hemos unido, profundamente
convencidos de que es urgente la necesidad de crear un mundo nuevo y
mejor donde haya esperanza.
5. Por consiguiente, asumimos la
responsabilidad colectiva de promover y fortalecer, en los planos local,
nacional, regional y mundial, el desarrollo económico, desarrollo
social y la protección ambiental, pilares interdependientes y sinérgicos
del desarrollo sostenible.
6. Desde este continente, cuna de la humanidad, proclamamos, por medio
del Plan de Aplicación de las Decisiones de la Cumbre Mundial sobre el
Desarrollo Sostenible y la presente Declaración, nuestra
responsabilidad hacia nuestros semejantes, hacia las generaciones
futuras y hacia todos los seres vivientes.
7. Reconociendo que la
humanidad se encuentra en una encrucijada, nos hemos unido resueltos a
responder de manera positiva a la necesidad de formular un plan práctico
y concreto que nos permita erradicar la pobreza y promover el desarrollo
humano.
De Estocolmo a Río de Janeiro a Johannesburgo
8. Hace 30 años, en Estocolmo, nos pusimos de acuerdo sobre en que era
apremiante la necesidad de abordar el problema del deterioro ambiental1.
Hace 10 años, en la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro2, convinimos en que la protección del medio ambiente, el
desarrollo social y el desarrollo económico eran fundamentales para
lograr el desarrollo sostenible basado en los principios de Río. Para
alcanzar este objetivo, aprobamos un programa de alcance mundial
titulado “Programa 21”3 y la Declaración de Río sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo, a los cuales reafirmamos hoy nuestra adhesión.
La Conferencia de Río constituyó un hito importante que permitió
establecer un nuevo plan de acción para el desarrollo sostenible.
9. En el intervalo entre la Conferencia de Río y la de Johannesburgo,
las naciones del mundo se han reunido en varias grandes conferencias
bajo los auspicios de las Naciones Unidas, entre ellas la Conferencia
Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo4 y la
Conferencia Ministerial de Doha5. Estas conferencias definieron para
el mundo una amplia visión del futuro de la humanidad.
10. Nos congratulamos de que en la Cumbre de Johannesburgo se hayan
congregado pueblos tan diversos para expresar sus opiniones en una búsqueda
constructiva del camino común hacia un mundo en que se respete y se
ponga en práctica el concepto del desarrollo sostenible. La Cumbre de
Johannesburgo ha confirmado asimismo el importante progreso realizado
hacia la consecución de un consenso mundial y de una alianza entre
todos los pueblos del planeta.
Los grandes problemas que debemos resolver
11. Reconocemos que la erradicación de la pobreza, la modificación de
pautas insostenibles de producción y consumo y la protección y
ordenación de la base de recursos naturales para el desarrollo social y
económico son objetivos primordiales y requisitos fundamentales de un
desarrollo sostenible.
12. La profunda fisura que divide a la sociedad humana entre ricos y
pobres, así como el abismo cada vez mayor que separa al mundo
desarrollado del mundo en desarrollo, representan una grave amenaza a la
prosperidad, seguridad y estabilidad mundiales.
13. El medio ambiente mundial sigue deteriorándose. Continúa la pérdida
de biodiversidad; siguen agotándose las poblaciones de peces; la
desertificación avanza cobrándose cada vez más tierras fértiles; ya
se hacen evidentes los efectos adversos del cambio del clima; los
desastres naturales son más frecuentes y más devastadores, y los países
en desarrollo se han vuelto más vulnerables, en tanto que la
contaminación del aire, el agua y los mares sigue privando a millones
de seres humanos de una vida digna.
14. La globalización ha agregado una nueva dimensión a estos
problemas. La rápida integración de los mercados, la movilidad del
capital y los apreciables aumentos en las corrientes de inversión en
todo el mundo han creado nuevos problemas, pero también nuevas
oportunidades para la consecución del desarrollo sostenible. Pero los
beneficios y costos de la globalización no se distribuyen de forma
pareja y a los países en desarrollo les resulta especialmente difícil
responder a este reto.
15. Corremos el riesgo de que estas disparidades mundiales se vuelvan
permanentes y, si no actuamos de manera que cambiemos radicalmente sus
vidas, los pobres del mundo pueden perder la fe en sus representantes y
en los sistemas democráticos que nos hemos comprometido a defender, y
empezar a pensar que sus representantes no hacen más que promesas vanas.
Nuestro compromiso con el desarrollo sostenible
16. Estamos resueltos a velar por que nuestra rica diversidad, fuente de
nuestra fuerza colectiva, sea utilizada en una alianza constructiva para
el cambio y para la consecución del objetivo común del desarrollo
sostenible.
17. Reconociendo la importancia de promover la solidaridad humana,
hacemos un llamamiento para que se fomenten el diálogo y la cooperación
mutua entre las civilizaciones y los pueblos del mundo,
independientemente de consideraciones de raza, discapacidad, religión,
idioma, cultura o tradición.
18. Nos felicitamos de que la Cumbre de Johannesburgo haya centrado
la atención en la universalidad de la dignidad humana y estamos
resueltos, no sólo mediante la adopción de decisiones sobre objetivos
y calendarios sino también mediante asociaciones de colaboración, a
aumentar rápidamente el acceso a los servicios básicos, como el
suministro de agua potable, el saneamiento, una vivienda adecuada, la
energía, la atención de la salud, la seguridad alimentaria y la
protección de la biodiversidad. Al mismo tiempo, colaboraremos para
ayudarnos unos a otros a tener acceso a recursos financieros,
beneficiarnos de la apertura de los mercados, promover la creación
de capacidad, utilizar la tecnología moderna para lograr el desarrollo
y asegurarnos de que se fomenten la transferencia de tecnología, el
mejoramiento de los recursos humanos, la educación y la capacitación a
fin de erradicar para siempre el subdesarrollo.
19. Reafirmamos nuestra promesa de asignar especial importancia a la
lucha contra problemas mundiales que representan graves amenazas al
desarrollo sostenible de nuestra población y darle prioridad. Entre
ellos cabe mencionar el hambre crónica, la malnutrición, la ocupación
extranjera, los conflictos armados, los problemas del tráfico ilícito
de drogas, la delincuencia organizada, la corrupción, los desastres
naturales, el tráfico ilícito de armas, la trata de personas, el
terrorismo, la intolerancia y la incitación al odio racial, étnico,
religioso y de otra índole, la xenofobia y las enfermedades endémicas,
transmisibles y crónicas, en particular el VIH/SIDA, el paludismo y la
tuberculosis.
20. Nos comprometemos a asegurar que la potenciación y emancipación
de la mujer y la igualdad de género se integren en todas las
actividades que abarca el Programa 21, los objetivos6 de desarrollo
del Milenio y el Plan de Aplicación de las Decisiones de la Cumbre.
21. Reconocemos la realidad de que la sociedad mundial tiene los
medios y los recursos para responder a los retos de la erradicación de
la pobreza y el logro del desarrollo sostenible que enfrenta toda la
humanidad. Unidos redoblaremos nuestros esfuerzos para que esos recursos
disponibles sean aprovechados en beneficio de todos.
22. A este respecto, a fin de contribuir a la consecución de
nuestras metas y objetivos de desarrollo, instamos a los países
desarrollados que no lo hayan hecho a que tomen medidas concretas para
alcanzar los niveles internacionalmente convenidos de asistencia oficial
para el desarrollo.
23. Celebramos y apoyamos la creación de agrupaciones y alianzas
regionales más fuertes, como la Nueva Alianza para el Desarrollo de África,
a fin de promover la cooperación regional, una mayor cooperación
internacional y el desarrollo sostenible.
24. Seguiremos prestando especial atención a las necesidades de
desarrollo de los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países
menos adelantados.
25. Reafirmamos el papel vital de las poblaciones indígenas en el
desarrollo.
26. Reconocemos que el desarrollo sostenible exige una perspectiva a
largo plazo y una amplia participación en la formulación de políticas,
la adopción de decisiones y la ejecución de actividades a todos los
niveles. Como parte de nuestra colaboración en la esfera social,
seguiremos bregando por la formación de asociaciones estables con todos
los grandes grupos, respetando su independencia, ya que cada uno de
ellos tiene un importante papel que desempeñar.
27. Convenimos en que en la realización de sus actividades legítimas
el sector privado, incluidas tanto las grandes empresas como las pequeñas,
tiene el deber de contribuir a la evolución de comunidades y sociedades
equitativas y sostenibles.
28. También convenimos en prestar asistencia a fin de aumentar las
oportunidades de empleo remunerado, teniendo en cuenta la Declaración
de principios de la Organización Internacional del Trabajo relativa a
los derechos fundamentales en el trabajo7.
29. Convenimos en que es necesario que las empresas del sector
privado asuman plena responsabilidad de sus actos en un entorno
regulatorio transparente y estable.
30. Nos comprometemos a fortalecer y mejorar la gobernanza en todos
los planos para lograr la aplicación efectiva del Programa 21, los
objetivos de desarrollo del Milenio y el Plan de Aplicación de las
Decisiones de la Cumbre.
El multilateralismo es el futuro
31. Para lograr nuestros objetivos de desarrollo sostenible, necesitamos
instituciones internacionales y multilaterales más eficaces, democráticas
y responsables de sus actos.
32. Reafirmamos nuestra adhesión a los principios y propósitos de
la Carta de las Naciones Unidas y al derecho internacional así como al
fortalecimiento del multilateralismo. Apoyamos la función rectora de
las Naciones Unidas que, por ser la organización más universal y
representativa del mundo, es la más indicada para promover el
desarrollo sostenible.
33. Nos comprometemos además a verificar regularmente los avances
hacia nuestros objetivos y metas de desarrollo sostenible.
Cómo lograrlo
34. Estamos de acuerdo en que debe ser éste un proceso inclusivo en el
que han de intervenir todos los grandes grupos y gobiernos que han
participado en la histórica Cumbre de Johannesburgo.
35. Nos comprometemos a aunar esfuerzos, resueltos a salvar nuestro
planeta, promover el desarrollo humano y lograr la prosperidad y la paz
universales.
36. Nos comprometemos a cumplir el Plan de Aplicación de las
Decisiones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible y a
acelerar la consecución de los objetivos socioeconómicos y ambientales
en los plazos que allí se fijan.
37. Desde el continente africano, cuna de la humanidad, nos
comprometemos solemnemente, ante los pueblos del mundo y las
generaciones que heredarán la tierra, a actuar para que se haga
realidad el desarrollo sostenible, que es nuestra aspiración común.
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* Aprobada en la 17ª sesión plenaria, celebrada el 4 de septiembre
de 2002; véase una reseña de las deliberaciones en el capítulo VIII.
1 Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente, Estocolmo, 5 a 16 de junio de 1972 (publicación de las
Naciones Unidas, número de venta: S.73.II.A.14 y corrección), cap. I.
2 Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo, Río de Janeiro, 3 a 14 de junio de 1992 (publicación
de las Naciones Unidas, número de venta: S.93.I.8 y correcciones),
vols. I a III.
3 Ibíd., vol. I: Resoluciones aprobadas por la Conferencia,
resolución 1, anexos I y II.
4 Informe de la Conferencia Internacional sobre la Financiación
para el Desarrollo, Monterrey (México), 18 a 22 de marzo de 2002 (publicación
de las Naciones Unidas, número de venta: S.02.II.A.7), cap. I, resolución
1, anexo.
5 Véase A/C.2/56/7, anexo.
6 Véase la resolución 55/2 de la Asamblea General.
7 Véase la Declaración de la OIT relativa a los Principios y
Derechos Fundamentales en el Trabajo y su Seguimiento, aprobada por la
Conferencia Internacional del Trabajo en su 86ª reunión, Ginebra,
16 de junio de 1998 (Ginebra, Oficina Internacional del Trabajo, 1998).
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