La comida que consumimos afecta tanto nuestra salud como la del medio ambiente. La inseguridad alimentaria, la baja nutrici¨®n y el cambio clim¨¢tico son algunos de los principales retos globales. Por ejemplo, la malnutrici¨®n, que incluye la deficiencia de micronutrientes y la obesidad, tiene un efecto devastador en la salud. Seg¨²n el informe Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrici¨®n en el Mundo 2021, publicado por la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO por sus siglas en ingl¨¦s), m¨¢s de 800 millones de personas pasaron hambre en el a?o 2020.

Resulta mucho m¨¢s preocupante el hecho de que, probablemente, estos n¨²meros sean incluso m¨¢s altos, ya que no se consideran los efectos de la a¨²n existente, pandemia del COVID-19. Se estima que 462 millones de personas sufren de bajo peso, mientras que, sorprendentemente, 2 mil millones de adultos padecen sobrepeso u obesidad. Adem¨¢s, de acuerdo con el reporte de Cambio Clim¨¢tico y Tierra del Panel Intergubernamental de Cambio Clim¨¢tico, se estima que el sistema digestivo es responsable del 20 al 30 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global.

Considerando lo anterior, el sistema digestivo se debe transformar para mejorar la salud, incrementar la producci¨®n de comida y la seguridad nutricional, y limitar el da?o al planeta. Una soluci¨®n podr¨ªa ser elegir dietas m¨¢s sanas y ambientalmente sostenibles, y que sean asequibles y a la vez accesibles. La profesora Jennie Macdiarmid y sus colegas de la Universidad de Aberdeen, una instituci¨®n miembro del programa Impacto Acad¨¦mico de las Naciones Unidas (UNAI por sus siglas en ingl¨¦s) en el Reino Unido, han estado investigando esta problem¨¢tica.

Han estado explorando lo que las dietas sostenibles podr¨ªan incluir, pero tambi¨¦n la manera en la que los consumidores podr¨ªan estar motivados a cambiar sus h¨¢bitos alimenticios actuales. Por supuesto, los cambios necesarios en la dieta variar¨ªan seg¨²n cada econom¨ªa; por ejemplo, los pa¨ªses de mayores ingresos tendr¨ªan que promover cambios en sus dietas para reducir el consumo de alimentos que contribuye con emisiones altas, como las comidas de origen animal, ya que est¨¢n asociadas a grandes emisiones de gases de efecto invernadero.

En 2010, un informe conjunto titulado Dietas Sustentables y Biodiversidad, defini¨® a este tipo de dietas como aquellas ¡°con un bajo impacto en el ambiente, que contribuyen a la seguridad nutricional y alimentaria y a una vida sana para las presentes y futuras generaciones. Las dietas sostenibles son protectoras y

respetuosas de la biodiversidad y los ecosistemas, aceptadas culturalmente, accesibles, econ¨®micamente justas y asequibles; tambi¨¦n son adecuadas nutricionalmente, seguras y sanas, mientras que optimizan los recursos naturales y humanos.¡±

Esto ofrece un punto de referencia para futuras dietas, pero intentar poner en pr¨¢ctica esta definici¨®n y enlazar todos estos aspectos puede ser desafiante. El primer estudio hecho por investigadores de la Universidad de Aberdeen explor¨® la forma en que las dietas sostenibles podr¨ªan ser en la pr¨¢ctica. Usaron t¨¦cnicas de modelado matem¨¢tico para crear dietas que tengan los nutrientes requeridos, mientras que, al mismo tiempo, reducir¨ªan las emisiones de gases de efecto invernadero.

Cabe destacar que este estudio se bas¨® en dietas habituales en el Reino Unido como el punto de partida de cambio para que sea familiar para los consumidores. La mayor reducci¨®n de gases de efecto invernadero se logra eliminando la carne y los l¨¢cteos de nuestra dieta, pero debido a que menos del 1% de la poblaci¨®n de ese pa¨ªs tiene una dieta vegana, es poco probable que estos cambios sean aceptados por la mayor¨ªa de la poblaci¨®n.

Adem¨¢s, la eliminaci¨®n de todos los productos de origen animal se debe gestionar de manera cuidadosa para prevenir la deficiencia de micronutrientes, ya que este tipo de alimentos son una fuente rica de estos nutrientes. Los nutrientes de los alimentos de origen vegetal son menos biodisponibles en la digesti¨®n. Durante la investigaci¨®n, se llevaron a cabo grupos de enfoque y experimentos conductuales con adultos y j¨®venes para explorar las actitudes hacia las dietas sostenibles y la disposici¨®n a realizar cambios, especialmente a reducir el consumo de carne.

Los resultados mostraron una renuencia a reducir el consumo de carne. A pesar de estar preocupados por el cambio clim¨¢tico, s¨®lo algunos estaban informados de la relaci¨®n que tiene con la comida. Las personas vieron otras opciones, como reciclar o reducir los empaques, como m¨¢s aceptables. Adem¨¢s, se agregaron otros atributos ambientales a los modelos para determinar la contribuci¨®n de la dieta actual en el Reino Unido al uso de tierras tanto a nivel nacional como internacional, y c¨®mo se podr¨ªa reducir su impacto en la tierra.

Al igual que las emisiones de gases de efecto invernadero, la ganader¨ªa y la producci¨®n de piensos requirieron la mayor¨ªa de las tierras, pero otros productos b¨¢sicos, como el caf¨¦ y el cacao representaron gran parte del uso de tierras en el extranjero para las dietas en el Reino Unido. Junto a otros estudios, esta investigaci¨®n ilustra claramente, entre otros aspectos, la complejidad de las dietas sostenibles en la pr¨¢ctica y la capacidad de garantizar que sean asequibles y accesibles.

No es un trabajo f¨¢cil, y se necesita un enfoque hol¨ªstico para abordar las formas de cambiar la poblaci¨®n hacia dietas m¨¢s sostenibles. Esto permite reducir las

concesiones entre atributos clave como la nutrici¨®n, el medio ambiente, los patrones de consumo habituales, la accesibilidad econ¨®mica y la deseabilidad y aceptabilidad de una dieta. La evidencia de estos estudios se utiliz¨® para desarrollar los Principios Rectores para Dietas Saludables y Sostenibles publicados por la FAO y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.

La actividad investigativa de la Universidad de Aberdeen ha mejorado el entendimiento de las dietas sostenibles en un momento crucial en que se necesitan soluciones para enfrentar el cambio clim¨¢tico y la crisis de salud mundial. Tambi¨¦n est¨¢ conectado con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sustentable, particularmente con el objetivo 13 de acci¨®n clim¨¢tica.