10 septiembre 2020

Las ciudades son uno de los factores que m¨¢s contribuyen al cambio clim¨¢tico. De acuerdo con ONU-Habitat, las ciudades consumen el 78% de la energ¨ªa mundial y producen m¨¢s del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, abarcan menos del 2% de la superficie de la Tierra.

La enorme cantidad de personas que dependen de los combustibles f¨®siles, hace que la poblaci¨®n urbana sea altamente vulnerable a los efectos del cambio clim¨¢tico. Una menor cantidad de espacios verdes empeora el problema. De acuerdo con un informe del IPCC, la limitaci¨®n del calentamiento global a 1,5 grados cent¨ªgrados requerir¨ªa ?una transici¨®n r¨¢pida y de gran alcance relativa al uso de la energ¨ªa, la tierra, los espacios urbanos e infraestructuras (incluidos los medios de transporte y edificios) y los sistemas industriales?.

A ello se le suma el reto mencionado en otro informe de la ONU, que prev¨¦ que en 2050 habr¨¢ 2,5 mil millones de personas m¨¢s residiendo en ¨¢reas urbanas, de las cuales casi el 90% vivir¨¢n en ciudades de Asia y ?frica. La buena noticia es que muchas ciudades de todo el mundo ya han empezado a tomar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y est¨¢n adoptando pol¨ªticas para fomentar el uso de fuentes de energ¨ªas alternativas. Sin embargo, ser¨¢ necesario incrementar los esfuerzos llevados a cabo por las personas encargadas de la adopci¨®n de pol¨ªticas y los administradores por abordar el cambio clim¨¢tico para poder seguir el vertiginoso ritmo de crecimiento de la poblaci¨®n y del cambio clim¨¢tico.

El cambio clim¨¢tico afecta en mayor medida a las comunidades pobres y con bajos ingresos, en parte porque muchas de ellas viven al margen de la sociedad, en estructuras poco estables y en ¨¢reas m¨¢s susceptibles a las inundaciones, desprendimiento de tierras o terremotos, pero tambi¨¦n porque cuentan con capacidades y recursos poco adecuados y un acceso reducido a sistemas de respuesta de emergencia. Esta situaci¨®n se ve agravada en los pa¨ªses en desarrollo.

Para abordar el problema del cambio clim¨¢tico en las ciudades, ONU-Habitat, el PNUMA, el Banco Mundial y la Alianza de Ciudades establecieron el   con el fin de prestar apoyo a las ciudades de pa¨ªses en desarrollo en la implementaci¨®n de consideraciones medio ambientales en la creaci¨®n de pol¨ªticas urbanas.

En  , la Iniciativa Ciudades y Cambio Clim¨¢tico (ICCC) de ONU-Habitat contribuy¨® a que muchas personas comprendieran que la planificaci¨®n ?es una herramienta a largo plazo para tener unas ciudades compatibles con el clima?. El programa, mediante alianzas con activistas y administradores locales, han promovido la comunicaci¨®n dentro de la comunidad para que los residentes reciban informaci¨®n sobre las actividades de resiliencia clim¨¢tica.

La contaminaci¨®n, principalmente identificada como una consecuencia dentro de los paisajes urbanos, tambi¨¦n est¨¢ vinculada al cambio clim¨¢tico. Tanto el cambio clim¨¢tico como la contaminaci¨®n del aire se ven empeorados por la combusti¨®n de combustibles f¨®siles, que incrementa las emisiones de CO2. Estos gases son la causa del calentamiento global. 

En octubre de 2018, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) afirm¨® en un que el 93% de   cada d¨ªa. De acuerdo con este informe, 1,8 mil millones de ni?os y ni?as respiran un aire tan contaminado que su salud y desarrollo se ven en grave peligro. La OMS calcula que, 600 000 ni?os y ni?as murieron en 2016 por infecciones respiratorias agudas provocadas por la contaminaci¨®n del aire. El informe destaca que ?m¨¢s del 40% de la poblaci¨®n mundial (que incluye a mil millones de ni?os y ni?as de menos de 15 a?os) est¨¢ expuesto a altos niveles de contaminaci¨®n del aire en sus hogares, provenientes principalmente de cocinar con combustibles y tecnolog¨ªas contaminantes?. En pa¨ªses en desarrollo, las mujeres normalmente dependen de combustibles de biomasa y carb¨®n para cocinar y calentar, por lo que tanto ellas como sus hijos tienen un mayor riesgo de verse afectados por los efectos de los contaminantes en los hogares.

La OMS recomienda y respalda la implementaci¨®n de pol¨ªticas para reducir la contaminaci¨®n del aire, que incluyen una mejora en la gesti¨®n de los residuos y el uso de combustibles y tecnolog¨ªas limpias para cocinar, iluminar y calentar los hogares con el fin de mejorar la calidad del aire dentro de las casas.

La reducci¨®n de los gases de efecto invernadero y de la contaminaci¨®n es uno de los objetivos del programa ? ?  del PNUMA, que fomenta que las personas caminen y utilicen la bicicleta. La agencia ha implementado un galardonado programa para compartir bicicletas en  que se inici¨® para proporcionar medios de transporte p¨²blico pero que termin¨® aliviando la congesti¨®n del tr¨¢fico y mejorando de manera dr¨¢stica la calidad del aire. Rob de Jong, jefe del Departamento de Movilidad y Calidad del Aire del PNUMA, ha afirmado que ?Hangzhou es un claro ejemplo de c¨®mo las ciudades pueden introducir iniciativas como el uso compartido de bicicletas para animar a las personas a dejar de usar los coches y reducir la contaminaci¨®n del aire?. Junto a la OMS y la Coalici¨®n Clima y Aire Limpio, el PNUMA participa en la campa?a ??, que ayuda a movilizar a las ciudades y anima a los individuos a proteger el planeta de los efectos de la contaminaci¨®n del aire.