La pandemia de COVID-19 ha puesto a prueba las capacidades y los l¨ªmites de los sistemas sanitarios y las sociedades de todo el mundo. El foco prioritario se puso en el impacto f¨ªsico y biol¨®gico del virus sobre el cuerpo humano. No obstante, un aspecto importante de la pandemia, que no se ve ni se mide f¨¢cilmente y cuyos riesgos se ignoran, es la salud mental. Esta cuesti¨®n se trat¨® en el reciente informe de pol¨ªticas del Secretario General: "COVID-19 y la necesidad de actuar en relaci¨®n con la salud mental". Si no abordamos el impacto de la pandemia sobre la salud mental, no solo a?os de trabajo y esfuerzos por mejorar el acceso a los servicios de salud mental y su calidad podr¨ªan revertirse, sino que tambi¨¦n har¨ªa surgir la posibilidad de que se produzca una epidemia de salud mental que podr¨ªa afectar a las pr¨®ximas generaciones. Los gobiernos, las comunidades e incluso las personas individuales somos responsables de tomar medidas serias y sinceras para evitar tan nefastas consecuencias. A continuaci¨®n, sugerimos algunas medidas.
Aplicar un enfoque social para promover, proteger y cuidar la salud mental. Proteger a las personas de las adversidades relacionadas con la pandemia que se sabe que afectan a la salud mental??
Se deben ampliar y reforzar las redes de seguridad social y financiera, mediante organizaciones no gubernamentales locales y basadas en la comunidad que suministren alimentos, productos de necesidad b¨¢sica y servicios sanitarios esenciales en ¨¢reas remotas y desfavorecidas. Se debe reducir la posibilidad de que se agraven los factores de riesgo o detonantes surgidos de la pandemia. Se deben habilitar l¨ªneas telef¨®nicas de asistencia para ofrecer una respuesta inmediata a llamadas relacionadas con violencia de g¨¦nero, abuso o abandono infantil y suicidio. Estas nuevas l¨ªneas deber¨ªan poder ofrecer oportunidades de traslado a lugares seguros y, en casos de estr¨¦s activo, consejos ¨²tiles por tel¨¦fono.
Se deben crear y poner a disposici¨®n oportunidades de aprendizaje alternativas interesantes a trav¨¦s de canales de televisi¨®n p¨²blicos para garantizar que contin¨²an su formaci¨®n aquellos estudiantes de ¨¢reas remotas en las que el acceso a Internet y a otras tecnolog¨ªas pudiera ser limitado. Se debe mejorar la infraestructura para la conectividad y el establecimiento de redes para evitar el aislamiento durante los confinamientos. Se debe fomentar un estilo de vida saludable que incluya a diario exposici¨®n solar, ejercicio y dieta sana. Se deben adaptar los espacios abiertos de zonas urbanas a ni?os y adolescentes para que puedan acceder a un ocio seguro.
Asegurar la amplia disponibilidad de servicios de salud mental y de apoyo psicosocial de emergencia
Se debe reforzar el apoyo t¨¦cnico de las cl¨ªnicas y organizaciones que ofrecen servicios de salud mental para que puedan seguir ofreci¨¦ndolos a los pacientes durante los confinamientos. Se deben ampliar las oportunidades de formaci¨®n en salud mental para los trabajadores sanitarios de centros de atenci¨®n primaria. Una respuesta m¨¢s localizada reducir¨ªa la necesidad de grandes instituciones mentales abarrotadas tanto a largo como a corto plazo. Los proveedores de este tipo de servicios deben conocer a qu¨¦ instituciones de salud mental pueden derivar a sus pacientes y contar con un acceso sencillo y c¨®modo a dicha red.
Los medios de comunicaci¨®n deben destacar relatos personales y sacrificios de trabajadores de primera l¨ªnea en beneficio de la sociedad, no solo para motivar y animar, sino tambi¨¦n para contrarrestar la discriminaci¨®n y el estigma a que se enfrentan estas personas. Las experiencias de COVID-19 deber¨ªan integrarse en los contenidos de los programas de televisi¨®n, con el fin de que la audiencia pueda comprender mejor lo que sufren las personas diagnosticadas del virus. Los medios de comunicaci¨®n podr¨ªan compartir historias de personas de diferentes entornos, como celebridades, obreros, profesionales y jubilados, as¨ª como sus experiencias como pacientes de COVID-19, para demostrar que todo el mundo corre el riesgo de contraer el virus. Mostrar que la carga no es igual para todo aquel que se infecta puede reducir el estigma a la vez que aumenta la solidaridad. Se debe garantizar el apoyo financiero o material a los trabajadores de primera l¨ªnea y a las redes de seguridad social que fomentan la ayuda solidaria.
Los medios tambi¨¦n deben predicar con el ejemplo, garantizado y mostrando expl¨ªcitamente que siguen las precauciones de seguridad. Por ejemplo, los presentadores podr¨ªan aparecer guardando la distancia social, separados por paneles de polimetilmetacrilato, y utilizando y teniendo siempre a la vista gel hidroalcoh¨®lico. Los medios de comunicaci¨®n deben abordar la realidad del aumento de la ansiedad y validar este estado como un instinto de supervivencia en lugar de como una enfermedad mental.
Acciones que pueden llevar a cabo los trabajadores de primera l¨ªnea para hacer frente al estr¨¦s que sufren durante la COVID-19
Para evitar el desgaste, los trabajadores de primera l¨ªnea que luchan contra la pandemia a diario deben practicar t¨¦cnicas de relajaci¨®n, como ejercicios de respiraci¨®n, relajaci¨®n muscular progresiva, meditaci¨®n, grounding y mindfulness. Deben asegurarse de que son conscientes de sus limitaciones f¨ªsicas y mentales a la hora de soportar el estr¨¦s. Si presentan alguna dolencia, ya sea mental o f¨ªsica, deben practicar el autocuidado, siguiendo las recomendaciones de profesionales y ci?¨¦ndose a sus tratamientos y medicaciones prescritos.
Los trabajadores de primera l¨ªnea deben reducir la exposici¨®n innecesaria a medios de comunicaci¨®n tradicionales y a redes sociales y emplear el tiempo libre que tienen en desconectar y revitalizarse. Deben construir y utilizar redes de apoyo. Pueden quedar con compa?eros de trabajo, familiares o amigos que hacen frente a la misma presi¨®n para compartir experiencias y charlar sobre posibles soluciones. Aquellos que trabajan en primera l¨ªnea debe prestar atenci¨®n para ser capaces de reconocer si est¨¢n empezando a recurrir a mecanismos de adaptaci¨®n poco saludables, como el abuso de sustancias, o si est¨¢n sufriendo agotamiento, y estar dispuestos a pedir ayuda y acudir a redes de apoyo. ?
Aunque las sugerencias de estrategias y pol¨ªticas de implementaci¨®n pueden impulsar el movimiento, el desaf¨ªo real radica en lograr un consenso para despu¨¦s "predicar con el ejemplo" con entusiasmo. Solo entonces empezaremos a crear el impacto positivo en la salud mental que queremos ver.
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