El Consejo Mundial del Agua (WWC) considera que la formulaci¨®n de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es un esfuerzo de la mayor importancia para el logro de la seguridad h¨ªdrica en todo el mundo lo cual es, a su vez, un dato crucial para un futuro pr¨®spero y equitativo para la humanidad. Por lo tanto, el ODS 6, cuyo objetivo es "garantizar la disponibilidad y la gesti¨®n sostenible del agua y el saneamiento para todos", es central a la misi¨®n del Consejo. El Consejo Mundial del Agua est¨¢ obligado a reiterar su mensaje de que el desarrollo sostenible no es posible sin incluir la seguridad h¨ªdrica.
Creemos firmemente que el agua debe ser apreciada, no s¨®lo como un fin en s¨ª mismo, sino como un medio para todas las dem¨¢s dimensiones del desarrollo, ya sea seguridad alimentaria o energ¨¦tica, mejora de los medios de vida, empoderamiento de las mujeres, prevenci¨®n de enfermedades, protecci¨®n del ecosistema, aumento de la resiliencia a cambios globales o para una mir¨ªada de otros dominios. El agua segura es, despu¨¦s de todo, el hilo com¨²n que conecta a todos los ODS. Por cierto, las cuestiones relacionadas con el agua subyacen a varios acuerdos de las Naciones Unidas ratificados en a?os recientes- incluidos el Acuerdo de Par¨ªs (2015), la Nueva Agenda Urbana (2016) y el Marco de Sendai para la Reducci¨®n del Riesgo de Desastres 2015-2030-,y deben ser abordados de una manera integral.
Es alentador el hecho presenciado recientemente sobre un incremento de la conciencia p¨²blica acerca de la importancia vital del agua en los niveles pol¨ªticos m¨¢s altos posibles, en particular como se ha manifestado a trav¨¦s del Panel de Alto Nivel sobre el Agua. Compuesto por 11 Jefes de Estado y de Gobierno y un Asesor Especial preparado para defender y abogar por la causa del agua, este panel presentar¨¢ los resultados de sus deliberaciones en Brasilia en marzo de 2018 en el Octavo Foro Mundial del Agua.
Se han logrado progresos significativos aunque desiguales en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Pero ?queda mucho por hacer. Incluso si consideramos que la meta C del Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) 7 "Reducir a la mitad, para 2015, la proporci¨®n de la poblaci¨®n sin acceso sostenible al agua potable y al saneamiento b¨¢sico" se alcanz¨® en algunos casos, en el mejor escenario el 50 por ciento de la poblaci¨®n objetivo no ha sido satisfecho. La cobertura universal tal como est¨¢ definida en los ODS es otra historia, ?que requiere acci¨®n e inversi¨®n a una escala completamente diferente para ser implementada en 2030, especialmente para el saneamiento. No debemos perder el impulso generado por los ODM, mientras tenemos mayores ambiciones que van m¨¢s all¨¢ de ellos.
Si bien puede ser simple redactar objetivos globales, es mucho m¨¢s dif¨ªcil implementarlos, especialmente cuando los flujos financieros se agotan. Debido al papel integral del agua dentro del desarrollo, no hay forma de romper el c¨ªrculo vicioso de la pobreza a menos que invirtamos en el desarrollo de recursos h¨ªdricos y gesti¨®n de la incertidumbre y el riesgo, junto con el acceso al agua y al saneamiento. Invertir en el agua ahora nos conducir¨¢ a evitar costos exponenciales y a la obtenci¨®n de grandes beneficios en el aumento de la productividad futura. Tambi¨¦n se debe alentar la eficiencia y evitar el desperdicio, para consumir menos y gestionar mejor el recurso h¨ªdrico. Las decisiones de infraestructura deben tomarse dentro del contexto de una gesti¨®n m¨¢s amplia de los recursos h¨ªdricos, la sostenibilidad a largo plazo y la construcci¨®n de resiliencia clim¨¢tica. Las inversiones generalizadas son necesarias para promover el desarrollo a trav¨¦s de la seguridad h¨ªdrica en todos los dominios. Al invertir en agua y al crear una genuina responsabilidad compartida, tenemos el potencial de remodelar el agua como una oportunidad real para nuestras econom¨ªas, nuestras sociedades y el medio ambiente, los tres pilares del desarrollo sostenible.
La gesti¨®n del agua en los centros urbanos ser¨¢ de particular importancia en las pr¨®ximas d¨¦cadas dadas las tendencias migratorias actuales. Las ciudades son la fuerza dominante en el crecimiento econ¨®mico sostenible, el desarrollo y la prosperidad tanto en los pa¨ªses desarrollados como en los en desarrollo. Actualmente, el 54% de la poblaci¨®n mundial (4.000 millones de personas) reside en zonas urbanas. Para 2030, 2 mil millones m¨¢s de personas habr¨¢n migrado a las ciudades, ejerciendo una presi¨®n sin precedentes sobre la infraestructura y los recursos, en particular los relacionados con el agua, seg¨²n las Naciones Unidas y el Grupo del Banco Mundial. De 2016 a 2030, se espera un aumento de la poblaci¨®n en las 10 megaciudades m¨¢s importantes del mundo del orden del 35%.
Las previsiones indican que para 2030 las ciudades de los pa¨ªses en desarrollo, incluidos Karachi, Lagos y Dhaka, superar¨¢n a ciudades como Nueva York, Osaka y San Pablo. ?Esto representa un incremento del 50 por ciento en la demanda de energ¨ªa y agua, lo que genera desaf¨ªos que ejercen presi¨®n sobre los recursos h¨ªdricos y amenazan la seguridad h¨ªdrica global. Esto tendr¨¢ un efecto palpable en la salud p¨²blica, las econom¨ªas y el desarrollo. Adem¨¢s, dado que m¨¢s de las tres cuartas partes de las megaciudades del mundo son costeras, habr¨¢ un impacto considerable en los ecosistemas acu¨¢ticos desde la cresta hasta el arrecife.
Adem¨¢s, el cambio clim¨¢tico representa un desaf¨ªo desalentador para las poblaciones que ya est¨¢n experimentando sus efectos. Para el 2030, el 40 por ciento de la poblaci¨®n mundial vivir¨¢ en cuencas fluviales bajo severo estr¨¦s h¨ªdrico, mientras que el 20 por ciento sufrir¨¢ inundaciones. Como reacci¨®n contra los da?os compuestos provocados por fen¨®menos clim¨¢ticos extremos recurrentes, el Consejo Mundial del Agua ha pedido reiteradamente a los gobiernos que sean conscientes sobre el rol que puede desempe?ar la infraestructura adaptada del agua para aliviar estas situaciones y aumentar la resiliencia. Nuevamente, esto requiere voluntad pol¨ªtica y financiamiento prioritario, ?tanto para la infraestructura en ¨¢reas urbanas como en ¨¢reas periurbanas y rurales.
La inversi¨®n en agua, por lo tanto, se convierte en un factor unificador en fomentar ?ciudades m¨¢s saludables y pr¨®speras, ofreciendo a las poblaciones empobrecidas una real posibilidad de progreso. Si agregamos el cambio clim¨¢tico a la ecuaci¨®n, la necesidad de una financiaci¨®n adecuada se torna a¨²n m¨¢s acuciante. Seg¨²n los informes, se necesitan m¨¢s de 255 mil millones de euros al a?o en infraestructura h¨ªdrica mundial desde ahora y hasta el 2030: 100 mil millones de euros por a?o para una nueva infraestructura de agua adecuada; y al menos otros 155 mil millones de euros para renovar y mejorar los equipos para adaptarse al cambio clim¨¢tico y mitigar el calentamiento global. Los informes de? Naciones Unidas indican que para 2030 habr¨¢ un aumento del 50% en la demanda de energ¨ªa y agua, lo que requerir¨¢ una inversi¨®n de capital en infraestructura h¨ªdrica tres veces mayor que el nivel actual.
Pero el financiamiento no es el ¨²nico ingrediente importante para lograr la seguridad h¨ªdrica. Dado que el agua se gestiona a nivel local, el papel de las autoridades locales es esencial para proporcionar servicios de agua y saneamiento a las poblaciones. Aunque los gobiernos nacionales ser¨¢n responsables de gran parte de la implementaci¨®n de los ODS y otras agendas internacionales, el ¨¦xito tambi¨¦n descansar¨¢ en el compromiso y el empoderamiento de los organismos locales y regionales para hacer su parte.
Desafortunadamente, sin embargo, las ciudades y las regiones a menudo carecen de orientaci¨®n sobre c¨®mo lograr objetivos localmente, contribuyen a los objetivos establecidos a nivel nacional e implementan soluciones concretas. Los alcaldes y las redes a las que pertenecen necesitan desarrollar estrategias para cumplir y adoptar enfoques integrados para superar las barreras pol¨ªticas, financieras, tecnol¨®gicas y de comportamiento. De hecho, no existe un v¨ªnculo m¨¢s ¨ªntimo para mejorar las vidas de los ciudadanos que las autoridades locales.
Adem¨¢s, no deber¨ªamos olvidar que la informaci¨®n y el intercambio de conocimientos en todos los niveles ser¨¢n esenciales para el ¨¦xito de un mecanismo de monitoreo y evaluaci¨®n de la implementaci¨®n de los objetivos de agua de la agenda de desarrollo post-2015, ya que es imposible de entender con mayor precisi¨®n la situaci¨®n actual del agua y su evoluci¨®n a nivel mundial.
El Consejo Mundial del Agua est¨¢ dispuesto a contribuir al logro de los ODS mediante la movilizaci¨®n de todas sus ¨¢reas de experticia y trabajando en conjunto con todas las partes interesadas para hacer realidad el marco post-2015. De hecho, el Consejo ofrece una plataforma ¨²nica, constructiva y cr¨ªtica donde se intercambian ideas sobre los desaf¨ªos globales del agua y donde los dise?adores de pol¨ªticas, los cient¨ªficos, el sector privado y la sociedad civil desarrollan planes para implementar estas ideas, tanto dentro como fuera del sector h¨ªdrico.
El Consejo ofrece un poder de convocatoria de alto nivel de m¨²ltiples partes interesadas y la posibilidad de trabajar juntos para proporcionar conocimientos y promover el acceso al agua segura en apoyo de las personas, las econom¨ªas y el medio ambiente.
Su evento insignia, el ?Foro Mundial del Agua, de frecuencia trienal, brinda una oportunidad ideal para que todos los interesados ??en temas relacionados con el agua se re¨²nan y promuevan una agenda que cumpla con el ODS 6 para los pr¨®ximos tres a?os. Esperamos que los resultados del Octavo Foro Mundial del Agua sirvan para enriquecer la reflexi¨®n en la reuni¨®n de este a?o del Foro Pol¨ªtico de Alto Nivel, que examinar¨¢, entre otras cosas, el ODS 6.
Tenemos un enorme desaf¨ªo por delante: reinventar nuestro futuro del agua juntos. Garantizar la disponibilidad de agua significa facilitar la seguridad en muchos otros dominios y es nuestro legado para las generaciones futuras. No pueden mirar hacia atr¨¢s y preguntarse por qu¨¦ no hicimos nada cuando tuvimos la oportunidad.
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