17 mayo 2016

Nunca antes la acci¨®n humanitaria hab¨ªa llegado a tantas personas en tantos lugares. Actualmente hay en el mundo un n¨²mero sin precedente de agentes dedicados a prestar ayuda para salvar vidas y proteger a personas necesitadas, desde los gobiernos, que son los principales responsables de prestar asistencia a sus pueblos, hasta organizaciones internacionales y nacionales, redes, empresas y fundaciones privadas.

Sin embargo, pese a la extraordinaria labor que se realiza para salvar vidas y proteger a las personas afectadas por crisis, el sistema humanitario se ve sometido a una fuerte presi¨®n para atender el mayor nivel de necesidades registrado desde la Segunda Guerra Mundial. Casi 60 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a conflictos y violencia, y alrededor de 218 millones de personas son afectadas por desastres todos los a?os.

Las crisis humanitarias tienen un costo de millones de d¨®lares para la econom¨ªa mundial. Detienen e incluso revierten las ganancias alcanzadas en materia de desarrollo. Cada a?o aumentan las necesidades, al igual que los costos. Los llamamientos organizados por las Naciones Unidas han ascendido de 3.400 millones de d¨®lares en 2003 a 20.000 millones de d¨®lares in 2016. Al mismo tiempo, aumenta la disparidad entre la escala de las necesidades y los recursos disponibles para satisfacerlas. Se necesita con toda urgencia la acci¨®n mundial para invertir esta tendencia.

De ah¨ª que el Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon haya convocado una Cumbre Humanitaria Mundial, la primera en los 70 a?os de historia de la Organizaci¨®n. La Cumbre se celebrar¨¢ en Estambul los d¨ªas 23 y 24 de mayo de 2016.

Una consulta mundial

Un aspecto central de la Cumbre Humanitaria Mundial? es la cuesti¨®n de c¨®mo atender las necesidades del n¨²mero creciente de personas afectadas por las crisis o vulnerables en esas situaciones, y a la vez preparar las condiciones para encarar un futuro m¨¢s riesgoso e incierto. Al convocar la Cumbre, el Secretario General pidi¨® a la Oficina de Coordinaci¨®n de Asuntos Humanitarios (OCAH) que emprendiera un proceso de consultas a nivel mundial para informar la b¨²squeda de soluciones. En asociaci¨®n con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la OCAH estableci¨® la secretar¨ªa de la Cumbre Humanitaria Mundial para que se encargara de las consultas.

Entre junio de 2014 y octubre de 2015, la secretar¨ªa de la Cumbre llev¨® a cabo las m¨¢s amplias consultas sobre acci¨®n humanitaria jam¨¢s realizadas. A fin de garantizar que la b¨²squeda de soluciones se basara en la experiencia de todas las partes interesadas y se enriqueciera con ella, el proceso incluy¨® las opiniones de personas afectadas, gobiernos, agentes de la sociedad civil, organizaciones humanitarias y el sector privado y otros asociados.

Las consultas abarcaron en total a m¨¢s de 23.000 personas de 153 pa¨ªses. Los resultados obtenidos en cada regi¨®n del mundo se reunieron en ocho consultas regionales celebradas en Abidj¨¢n, Amm¨¢n, Auckland, Budapest, Dushanb¨¦, Ciudad de Guatemala, Pretoria y Tokio. Tambi¨¦n se celebraron a escala mundial consultas tem¨¢ticas, como las de Berl¨ªn, Bonn, Doha, Lausana, Nueva York y Singapur. El poder de la comunicaci¨®n digital permiti¨® que se escucharan miles de voces m¨¢s mediante el env¨ªo de m¨¢s de 5.500 comentarios en l¨ªnea de un lado a otro del globo. El proceso culmin¨® con una consulta mundial que tuvo lugar en Ginebra, en octubre de 2014, y congreg¨® a m¨¢s de 1.000 participantes de todo el mundo para examinar los resultados obtenidos.

Los resultados de las consultas se presentaron en el informe titulado Recuperar la humanidad: llamamiento a la acci¨®n mundial, que se public¨® en septiembre de 2015. En ese informe se resumen miles de conversaciones y contribuciones que constituyen valiosas verificaciones en el terreno para las nuevas recomendaciones. En las consultas se exhort¨® reiteradamente a centrar la acci¨®n humanitaria en las personas afectadas por crisis. Se recab¨® la visi¨®n de un mundo en el que se recupere la humanidad y en el que ninguna persona enfrentada a una crisis muera si puede ser salvada, ni padezca hambre o sea v¨ªctima del conflicto por falta de voluntad pol¨ªtica o de recursos para ayudarla. Se exhort¨® en el informe a emprender acciones colectivas decisivas para hacer valer nuestra responsabilidad compartida de salvar vidas y permitir que las personas vivan con dignidad.

El desaf¨ªo de prestar la ayuda en un mundo en r¨¢pida evoluci¨®n

Las consultas pusieron de relieve los numerosos cambios que ha sufrido el panorama humanitario desde la aprobaci¨®n en 1991 de la hist¨®rica resoluci¨®n 46/182 de la Asamblea General, por la que se estableci¨® el sistema humanitario internacional. En el siglo XXI, los factores que dan lugar a necesidades de asistencia humanitaria convergen de modo tal que afectan a un n¨²mero cada vez mayor de personas y aumentan su vulnerabilidad ante las crisis.

El cambio clim¨¢tico, el crecimiento econ¨®mico y la desigualdad, la inestabilidad de los precios de los alimentos y la escasez de recursos tienen repercusiones globales que trascienden las fronteras nacionales. Los cambios demogr¨¢ficos, en particular la urbanizaci¨®n r¨¢pida y no planificada, colocan a un n¨²mero creciente de personas en riesgo de sufrir los efectos de desastres naturales. Las guerras civiles de envergadura, que dan lugar a m¨¢s del 80% de las necesidades humanitarias, han aumentado de 4 en 2007 a 11 en 2014.

Para hacer frente al aumento de estos desaf¨ªos y demandas, en las consultas se subray¨® la necesidad de que el sistema humanitario incorporara agentes nuevos y tecnolog¨ªas nuevas a su labor. En particular, se puso de relieve la funci¨®n de primera l¨ªnea que desempe?an los agentes locales, entre ellos los gobiernos, las organizaciones regionales, las organizaciones no gubernamentales, los grupos de la sociedad civil, las redes de voluntarios, las organizaciones confesionales, el sector privado y las propias comunidades afectadas. Se exhort¨® a que los diversos agentes que atienden las necesidades de personas afectadas en todo el mundo fueran incluidos en mayor medida en la preparaci¨®n para crisis humanitarias y en las fases de planificaci¨®n, respuesta y recuperaci¨®n. Gracias a los avances de la tecnolog¨ªa, las propias personas afectadas por crisis, que cuentan con m¨¢s medios de comunicaci¨®n y est¨¢n m¨¢s conectadas, exigen respuestas. Es preciso que el futuro de la acci¨®n humanitaria incluya las experiencias y perspectivas de toda esta gama de actores para poder adaptarse verdaderamente a los desaf¨ªos que plantea el siglo XXI.

Hacia una nueva agenda para la humanidad

En febrero de 2016, el Secretario General de las Naciones Unidas dio a conocer su informe a la Cumbre Humanitaria Mundial? titulado Una humanidad: nuestra responsabilidad compartida. En ese informe se toman en cuenta los resultados de las extensas consultas, as¨ª como los de otros procesos fundamentales, entre ellos la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible;? los grupos de alto nivel sobre las operaciones de paz y la financiaci¨®n de las actividades humanitarias; el examen de 2015 de la estructura de las Naciones Unidas para la consolidaci¨®n de la paz; el examen de la resoluci¨®n 1325 (2000) del Consejo de Seguridad relativa a las mujeres y la paz y la seguridad; el Marco de Sendai para la Reducci¨®n del Riesgo de Desastres 2015-2030; y el Acuerdo de Par¨ªs de 2015 sobre el cambio clim¨¢tico.??

En dicho informe, el Secretario General subraya que es necesario dar prioridad a la humanidad en la adopci¨®n de decisiones, es decir, al derecho de las personas a vivir con seguridad y dignidad y con perspectivas de florecer, y presenta una Agenda para la Humanidad en la que se exponen las medidas clave y los cambios estrat¨¦gicos necesarios para hacerla realidad. Asimismo, exhorta a los Estados Miembros, a las Naciones Unidas, a las organizaciones humanitarias y a otros interesados pertinentes a que respalden cinco responsabilidades b¨¢sicas: i) liderazgo pol¨ªtico para prevenir y poner fin a los conflictos; ii) defender las normas que protegen a la humanidad; iii) no dejar a nadie atr¨¢s; iv) cambiar la vida de la gente, desde proporcionar ayuda hasta poner fin a la necesidad; y v) invertir en el capital humano. Consideradas en conjunto, las cinco responsabilidades b¨¢sicas de la Agenda para la Humanidad encierran el potencial para cambiar las vidas y poner en marcha un vuelco importante de la forma en que la comunidad mundial hace frente a los sufrimientos de las personas mediante la preparaci¨®n y la respuesta para casos de desastre. Se pide a los l¨ªderes que comiencen a aplicar la Agenda de inmediato una vez concluida la Cumbre, y que logren avances en un plazo de tres a?os.

Estambul: Un punto de inflexi¨®n

El proceso de consulta mundial ha dado lugar a un llamado sin precedentes en favor del cambio que ha encontrado eco en los m¨¢s altos niveles de direcci¨®n de las Naciones Unidas. Miles de voces han exhortado a que la primera Cumbre Humanitaria Mundial que se celebra sea un punto de inflexi¨®n de la manera en que el mundo se prepara para las crisis, las previene y responde a esas situaciones.

A partir de nuestra humanidad compartida y de la fortaleza que puede hallarse en la diversidad, Estambul ofrece el momento oportuno para que los dirigentes mundiales de gobiernos, organizaciones humanitarias, empresas y la sociedad civil se comprometan con las cinco responsabilidades b¨¢sicas a fin de que la Agenda para la Humanidad constituya un marco para la acci¨®n, el cambio y la rendici¨®n de cuentas mutua.

La Cumbre Humanitaria Mundial debe ser el punto de partida para superar toda divisi¨®n en nombre de nuestra humanidad compartida, y producir un cambio real en las vidas de millones de mujeres, hombre y ni?os. Miles de personas de todo el mundo han pedido a los dirigentes que impulsen este cambio. Abrigo la esperanza de que el encuentro de Estambul sea recordado como el momento en que el mundo se reuni¨® solidariamente para poner en marcha esta transformaci¨®n. Se trata de una deuda que tenemos con los millones de personas afectadas por las crisis.

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