Al COVID-19 no le importa qui¨¦nes somos, d¨®nde vivimos, en qu¨¦ creemos, ni cualquier otra distinci¨®n. Necesitamos hasta el ¨²ltimo ¨¢pice de solidaridad para afrontarla juntos. Sin embargo, la pandemia sigue desatando una oleada de odio y xenofobia, buscando chivos expiatorios y fomentando el miedo.
El sentimiento antiextranjero ha aumentado en Internet y en las calles. Las teor¨ªas de la conspiraci¨®n antisemitas se han extendido, y se han producido ataques contra musulmanes en relaci¨®n con el COVID-19. Se ha vilipendiado a los migrantes y refugiados como fuente del virus, y acto seguido se les ha denegado el acceso a tratamiento m¨¦dico. Dado que las personas mayores se encuentran entre las m¨¢s vulnerables, han surgido memes despreciables que sugieren que tambi¨¦n son las m¨¢s prescindibles. Asimismo, los periodistas, los denunciantes de irregularidades, los profesionales de la salud, los trabajadores humanitarios y los defensores de los derechos humanos est¨¢n siendo atacados por el simple hecho de hacer su trabajo.
Debemos actuar ahora para fortalecer la inmunidad de nuestras sociedades contra el virus del odio. Por ello, hoy pido que no se escatimen esfuerzos para erradicar el discurso del odio en todo el mundo.
Hago un llamamiento a los dirigentes pol¨ªticos para que muestren solidaridad con todos los miembros de sus sociedades y construyan y refuercen la cohesi¨®n social.
Hago un llamamiento a las instituciones educativas para que se centren en la alfabetizaci¨®n digital en un momento en el que miles de millones de j¨®venes est¨¢n conectados a Internet, y en el que los extremistas tratan de aprovecharse de un p¨²blico cautivo y potencialmente desesperado.
Hago un llamamiento a los medios de comunicaci¨®n, especialmente a las empresas de medios sociales, para que hagan mucho m¨¢s por se?alar y, de conformidad con el derecho internacional de los derechos humanos, eliminar los contenidos racistas, mis¨®ginos y otros contenidos perjudiciales.
Hago un llamamiento a la sociedad civil para que refuerce la difusi¨®n de informaci¨®n entre las personas vulnerables, y a los agentes religiosos para que sirvan de modelo de respeto mutuo.
Y pido a todas las personas que, dondequiera que est¨¦n, se opongan al odio, se traten con dignidad y aprovechen cualquier ocasi¨®n para propagar la amabilidad.
El a?o pasado, present¨¦ la Estrategia y Plan de Acci¨®n de las Naciones Unidas sobre el Discurso de Odio para mejorar los esfuerzos de las Naciones Unidas contra esta lacra. Al combatir esta pandemia, tenemos el deber de proteger a las personas, acabar con el estigma y prevenir la violencia.
Derrotemos juntos el discurso del odio y al COVID-19.