7 diciembre 2016

Este verano, cientos de millones de personas de todo el mundo siguieron las idas y venidas de dos importantes torneos futbol赤sticos: la Copa Am谷rica Centenario de 2016 en los Estados Unidos de Am谷rica y el Campeonato Europeo de la Uni車n de Federaciones Europeas de F迆tbol (UEFA) de 2016, celebrado en Francia. Es un testimonio del poder perdurable del ※juego bonito§ y de que los partidos jugados en lugares como el Rose Bowl Stadium de Pasadena (California) y el Stade V谷lodrome de Marsella fueron seguidos por aficionados de otros lugares aparte de Am谷rica y Europa; personas de todos los rincones del planeta animaron a sus equipos y jugadores favoritos. El f迆tbol cruza fronteras y continentes como ning迆n otro deporte y, como tal, puede utilizarse como fuerza de cambio considerable.

En septiembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprob車 la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que define el deporte como un ※importante facilitador§ del desarrollo y reconoce su creciente contribuci車n a la promoci車n de la paz. Sabemos que, en las comunidades locales de todo el mundo, lo 迆nico que suele necesitarse para reunir a un grupo de j車venes es un bal車n y una parcela de c谷sped u hormig車n. Dondequiera que viajo, me encuentro con ni?as y ni?os haciendo equipos, delimitando las porter赤as y jugando al f迆tbol.

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) hace mucho que se dio cuenta de que el f迆tbol puede desempe?ar un importante papel a la hora de concienciar sobre el VIH, especialmente entre los j車venes vulnerables a la infecci車n. En 2010 puso en marcha la campa?a "Protege la meta" para concienciar sobre el virus antes de la Copa del Mundo de Sud芍frica de ese a?o. Dicha campa?a continu車 durante la Copa Africana de Naciones en 2013, donde se difundieron mensajes de prevenci車n del VIH en pantallas gigantes en todos los estadios donde se disputaban partidos. Los capitanes de los 16 equipos participantes en la competici車n leyeron una declaraci車n en la que ped赤an a los jugadores, los aficionados y los j車venes que apoyasen la campa?a. Durante la Copa del Mundo celebrada en el Brasil en 2014 se distribuyeron 2 millones de preservativos en ciudades donde se jugaban partidos, a la vez que se ofrec赤an an芍lisis serol車gicos r芍pidos y gratuitos para la detecci車n del VIH en sitios frecuentados por aficionados locales. Los Embajadores Internacionales de Buena Voluntad de ONUSIDA, Michael Ballack y David Luiz, han utilizado su influencia para ayudar a ONUSIDA a difundir mensajes fundamentales sobre las pruebas de detecci車n y la prevenci車n entre millones de personas.

Grassroot Soccer es otra poderosa iniciativa que reconoce el potencial del f迆tbol para inspirar corazones y mentes. Desarrollada por un grupo de exjugadores profesionales, en colaboraci車n con los Centros para el Control y la Prevenci車n de Enfermedades de los Estados Unidos, el Ministerio de Educaci車n Primaria y Secundaria de Zimbabwe y expertos en salud p迆blica, combina tres principios educativos eficaces:

  • Los j車venes aprenden mejor de aquellos a quienes respetan. Los adolescentes escuchan y emulan a sus h谷roes. Grassroot Soccer involucra a jugadores profesionales y otros modelos de conducta como educadores sobre el VIH.
  • Aprender no es un deporte para espectadores. Los adolescentes retienen mejor los conocimientos cuando participan de forma activa en el proceso, ense?ando a otros lo que han aprendido ellos mismos.
  • Hace falta una comunidad. Los modelos de conducta pueden cambiar lo que piensan los j車venes, pero el aprendizaje permanente exige un apoyo comunitario permanente.

Este fant芍stico programa ha llegado a m芍s de 1,3 millones de adolescentes de ambos sexos, e incluye prevenci車n integral del VIH y preparaci車n para la vida. Las aptitudes que empoderan a los j車venes para capear las dificultades particulares de la adolescencia son esenciales. Esta generaci車n de j車venes es la m芍s grande de la historia y representa a pa赤ses en desarrollo que tienen un enorme desaf赤o y una gran oportunidad. Si los pa赤ses invierten ahora en los adolescentes para mantenerlos fuertes y saludables, recibir芍n un dividendo demogr芍fico considerable dentro de 10 a 15 a?os, que ayudar芍 a construir sociedades resilientes preparadas para afrontar las dificultades futuras.

Los conocimientos y las aptitudes que transmiten los modelos de conducta y los hom車logos a trav谷s del f迆tbol y otros deportes ayudan a los j車venes a desarrollar confianza en s赤 mismos, compartir experiencias, tomar el control de su vida, tomar decisiones sobre su sexualidad, protegerse del VIH y otras enfermedades infecciosas, evitar embarazos no deseados y dar el salto a la edad adulta con confianza.

Los adolescentes deber赤an tener el mundo a sus pies, ser fuertes y saludables, estar llenos de vida y tener expectativas de futuro. Por desgracia, con demasiada frecuencia este no es el caso. De hecho, en la actualidad, el mundo est芍 fallando a los adolescentes, especialmente a las adolescentes. Se les est芍 dejando atr芍s en la respuesta al VIH.

En 2015 se detectaron en todo el mundo aproximadamente 250.000 nuevas infecciones por el VIH en adolescentes de entre 15 y 19 a?os, y las ni?as representaban el 65% de las nuevas infecciones en este grupo de edad. Las enfermedades relacionadas con el SIDA son la principal causa de muerte entre los adolescentes de ?frica Subsahariana y la segunda causa entre los j車venes a nivel mundial. La violencia por raz車n de g谷nero, la inequidad de g谷nero, las normas de g谷nero nocivas, el estigma y la discriminaci車n a menudo impiden a las mujeres y las ni?as conocer su estado serol車gico y acceder a servicios de prevenci車n y tratamiento del VIH. Es una injusticia moral que simplemente no puede permitirse que contin迆e.

El f迆tbol y otros deportes est芍n ayudando a dotar a nuestros j車venes de los conocimientos necesarios para protegerse y tomar decisiones informadas sobre su salud, pero tenemos que ir m芍s all芍. El mundo tiene que reajustar urgentemente su modo de pensar sobre la salud y el bienestar de los adolescentes. Los j車venes ya no quieren ser beneficiarios pasivos; se est芍n convirtiendo en agentes de cambio por derecho propio. Pueden actuar como poderosos asociados de los encargados de la formulaci車n de pol赤ticas a la hora de desarrollar respuestas eficaces a la epidemia del VIH que tengan base emp赤rica y se haya demostrado que funcionan. Los adultos en posiciones de poder tambi谷n deben realizar ajustes urgentes en sus propias actitudes y mentalidades; a fin de cuentas, la adquisici車n de nuevos conocimientos para la vida es un proceso permanente y no se limita a la adolescencia. Lo que se necesita para poner fin a la epidemia del SIDA antes de 2030 es ofrecer educaci車n sexual integral para todos, respetar la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres j車venes y reconocer que todo el mundo en todas partes tiene derecho a la salud. Los j車venes deben participar en el dise?o y la ejecuci車n de los programas y servicios que atienden sus necesidades.

En los 迆ltimos 15 a?os se ha avanzado considerablemente en la reducci車n de la incidencia del VIH. A finales de 2015, hab赤a m芍s de 17 millones de personas en tratamiento antirretroviral. Las muertes relacionadas con el SIDA se han reducido de un m芍ximo de 2 millones en 2005 a 1,1 millones en 2015. Cuatro pa赤ses 〞Armenia, Belar迆s, Cuba y Tailandia〞 han recibido certificados de validaci車n de la Organizaci車n Mundial de la Salud por eliminar las nuevas infecciones por el VIH en ni?os. En los 21 pa赤ses de ?frica Subsahariana m芍s afectados por la epidemia se ha registrado una reducci車n del 60% de las nuevas infecciones en ni?os desde 2009. Sin embargo, el n迆mero de nuevas infecciones por el VIH en 2015 se mantiene muy elevado, ya que asciende a 2,1 millones y apenas se ha reducido desde los niveles de 2010, y las j車venes y las poblaciones clave siguen siendo especialmente vulnerables.

La nueva Declaraci車n Pol赤tica sobre la erradicaci車n del SIDA, aprobada por los Estados Miembros en la reuni車n de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas para poner fin al SIDA celebrada en Nueva York en junio de 2016, dota a los pa赤ses de un mandato pr芍ctico y progresivo para llevar al mundo a la v赤a r芍pida para poner fin a la epidemia del SIDA para 2030, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Para lograrlo, el mundo debe reducir tanto las nuevas infecciones por el VIH como las muertes relacionadas con el SIDA a menos de 500.000 a nivel mundial para 2020 y eliminar el estigma y la discriminaci車n relacionados con el VIH. Sin embargo, no alcanzaremos estos objetivos sin reducir las infecciones entre los j車venes y las poblaciones clave.

Durante la reuni車n de alto nivel, los dirigentes reconocieron que ning迆n pa赤s ha acabado con el SIDA y ning迆n pa赤s puede permitirse cejar en su respuesta al VIH. El deporte est芍 desempe?ando un papel importante a la hora de movilizar a los j車venes para que asuman posiciones de liderazgo en la agenda para el desarrollo, se protejan a s赤 mismos y a sus hom車logos frente al VIH y otras enfermedades infecciosas y realicen su propia contribuci車n a la erradicaci車n de la epidemia del SIDA. Lamentablemente, esto por s赤 solo no ser芍 suficiente. El mundo necesita impulsar enfoques que trasciendan la salud, la educaci車n y la justicia para eliminar todos los obst芍culos a los programas y servicios de salud a disposici車n de los adolescentes.

Por utilizar otra analog赤a deportiva: es hora de acelerar la respuesta al VIH para cumplir las metas de la Declaraci車n Pol赤tica para 2020 y poner fin a la epidemia del SIDA como amenaza para la salud p迆blica para 2030.

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