18 septiembre 2017

El Presidente John F. Kennedy, en un discurso pronunciado en la ceremonia de apertura de la Copa Am¨¦rica de 1962, dijo: "A menudo me pregunto por qu¨¦ amamos tanto la mar. Yo creo que, m¨¢s all¨¢ de que la mar cambia, la luz cambia y los barcos cambian, es porque venimos de ella. [...] Los humanos estamos unidos al oc¨¦ano. Y cada vez que regresamos a la mar, ya para navegar o simplemente para contemplarla, estamos regresando a nuestros or¨ªgenes".

Yo tengo una ¨ªntima conexi¨®n con el mar. En los 30 a?os que llevo buceando en los arrecifes de todo el mundo, desde el Caribe hasta el mar Tirreno, desde el Pac¨ªfico hasta el oc¨¦ano ?ndico, he visto una belleza inimaginable: una abundancia asombrosa, una profusi¨®n de color y un despliegue de biodiversidad que solo parece ser posible en lo m¨¢s profundo de nuestra imaginaci¨®n. Y sin embargo, todo era real. Los peces, la flora y los mam¨ªferos marinos estaban conectados en un mundo de una actividad irrefrenable y una misteriosa tranquilidad.

Desde que tengo hijos, una de mis mayores alegr¨ªas ha sido compartir esta maravilla con ellos. Para mi deleite, disfrutan del agua de forma natural y feliz. Pero muy a mi pesar, s¨¦ que nunca contemplar¨¢n la abundancia que yo he presenciado ni nadar¨¢n en aguas tan cristalinas como las que yo he disfrutado. Esto no solo les impide disfrutar de una experiencia maravillosa, sino que tambi¨¦n representa una posible cat¨¢strofe econ¨®mica mundial.

?C¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª? Como mencion¨® Elizabeth Kolbert en un art¨ªculo para The New Yorker, el bi¨®logo ingl¨¦s Thomas Huxley, en un discurso pronunciado en la inauguraci¨®n de la Exposici¨®n Internacional de Pesca de Londres en 1883, plante¨® la siguiente pregunta: "?Se pueden agotar las pesquer¨ªas? Es decir, ?pueden agotarse por la mano del hombre todos los peces que viven de forma natural en una zona determinada?" En una respuesta que ser¨ªa impensable hoy en d¨ªa, sostuvo: "Probablemente todas las grandes pesquer¨ªas marinas son inagotables; nada de lo que hacemos afecta gravemente a la cantidad de peces" disponibles en el mar1.

Lamentablemente, en los 100 a?os siguientes hemos aprendido que dicha afirmaci¨®n no podr¨ªa estar m¨¢s alejada de la realidad. Decenios de pesca industrial, con flotas subvencionadas que utilizan redes de arrastre (y sus correspondientes capturas incidentales), han diezmado las poblaciones de peces en el mundo. Los ecosistemas marinos han sido destruidos por culpa de la contaminaci¨®n terrestre, la sobrepesca (incluida la pesca con dinamita), las especies ex¨®ticas invasoras, el aumento del nivel del mar, la acidificaci¨®n y por ¨²ltimo, la decoloraci¨®n de los corales, cada vez m¨¢s frecuente y severa y provocada esencialmente por el cambio clim¨¢tico y el calentamiento de los oc¨¦anos. A pesar de nuestros esfuerzos en el ¨¢mbito de la gesti¨®n, los oc¨¦anos se est¨¢n agotando. Las ballenas, el at¨²n, el salm¨®n, el bacalao, el reloj anaranjado, la austromerluza negra y otras innumerables especies, as¨ª como las criaturas que dependen de ellas, son v¨ªctimas de la actividad humana. Y a nosotros tambi¨¦n nos afecta directamente, por lo que no se trata de un problema meramente metaf¨ªsico. Se calcula que 1.000 millones de personas en todo el mundo dependen del oc¨¦ano para su sustento y de los peces como principal fuente de prote¨ªnas.

Al mismo tiempo, hemos descubierto que los arrecifes de coral, los equivalentes marinos de las selvas tropicales, est¨¢n muriendo por culpa del calentamiento de los oc¨¦anos. Como han documentado recientemente Damien Cave y Justin Gillis en el New York Times2 y Terry P. Hughes y otros en la revista Nature, una parte alarmante de la Gran Barrera de Arrecifes de Australia, el sistema de arrecifes m¨¢s grande del mundo, ha muerto en el tercer episodio de decoloraci¨®n de coral ocurrido desde 1998.

No podemos subestimar ni minimizar la importancia de esta cat¨¢strofe. Hughes, Director del Centro de Excelencia para Estudios de Arrecifes de Coral del Consejo Australiano de Investigaci¨®n en la Universidad James Cook de Townsville (Australia) y sus colegas han descubierto que el aumento de la temperatura del agua del mar provocado por el cambio clim¨¢tico, y no otros factores como la contaminaci¨®n o la sobrepesca, es el responsable de esta degradaci¨®n masiva del coral. Los autores sugieren que solo un esfuerzo global por "detener el calentamiento futuro" puede "asegurar un futuro para los arrecifes de coral"3.

Como Embajador de Buena Voluntad de las Naciones Unidas para la Diversidad Biol¨®gica, he viajado por todo el mundo hablando sobre el desaf¨ªo que define a nuestra generaci¨®n: hacer de la forma en que vivimos una interacci¨®n sostenible con nuestro planeta. Parad¨®jica y tr¨¢gicamente, conforme la necesidad de emprender una acci¨®n mundial para luchar contra el cambio clim¨¢tico se hace m¨¢s urgente, la oposici¨®n pol¨ªtica de la nueva administraci¨®n de Washington D.C. se intensifica. Por tanto, ahora m¨¢s que nunca, debemos respetar los protocolos de conservaci¨®n, incluidas las zonas de arrecifes de coral administradas por la comunidad y las zonas marinas protegidas de mar abierto, establecidas en los compromisos asumidos por los pa¨ªses en las Metas de Aichi para la Diversidad Biol¨®gica del Convenio sobre la Diversidad Biol¨®gica, vinculadas a los recientemente aprobados Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el Objetivo 14 sobre los oc¨¦anos. Esta es nuestra ¨²ltima oportunidad para ayudar a nuestros oc¨¦anos a sobrevivir y a recuperar su p¨¦rdida de productividad, para que los ecosistemas marinos puedan seguir proporcionando garant¨ªas de subsistencia y seguridad alimentaria a los m¨¢s de 1.000 millones de personas que dependen de la generosidad del oc¨¦ano y para que nuestros hijos puedan establecer con los mares el eterno v¨ªnculo que el Presidente Kennedy describi¨® de forma tan conmovedora hace m¨¢s de 50 a?os.

Notas

1 Citado en Elizabeth Kolbert, "The scales fall: is there any hope for our overfished oceans?¡±, The New Yorker (2 de agosto de 2010).

2 Damien Cave y Justin Gillis, "Large sections of Australia's great reef are now dead, scientists find", New York Times, 15 de marzo de 2017.

3 Terry P. Hughes y otros, ¡°Global warming and recurrent mass bleaching of corals¡±, Nature, vol. 543, n¨²m. 7654 (16 de marzo de 2017), p¨¢gs. 373 a 377 (373).

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