1 septiembre 2007

El fascismo caus車 estragos en Europa en los a?os treinta, y cuando acab車 la segunda guerra mundial, en 1945, los vestigios de los partidos de extrema derecha volvieron a hacer aparici車n en los m芍rgenes de la escena pol赤tica. En los a?os ochenta, cuando todo aquello hab赤a comenzado a caer en el olvido, algunos de esos partidos empezaron a nutrirse de votos de protesta al desatarse la pol谷mica en torno a la inmigraci車n, avivada por la prensa sensacionalista en busca de noticias f芍ciles.
En el nuevo milenio el panorama ha cambiado radicalmente en Europa con el nuevo racismo pol赤tico. En primer lugar, la conspiraci車n jud赤a y la negaci車n del Holocausto han dejado paso al choque de civilizaciones y al fundamentalismo isl芍mico. En segundo lugar, los partidos fascistas tradicionales de derechas han optado por moderar su mensaje y el perfil de sus simpatizantes y profesar un "fascismo edulcorado". Los que antes eran partidos puramente fascistas son ahora partidos populistas de derechas cuyos adeptos constituyen una variada grey que engloba desde personas de ideolog赤a fascista hasta racistas, xen車fobos y los blancos alienados de clase trabajadora. Ahora se expresan en t谷rminos de naci車n, tradici車n, soberan赤a y comunidad, en vez de eugenesia, exterminio y patria. En tercer lugar, estos partidos intentan deliberadamente reducir las diferencias que los separan de los partidos democr芍ticos tradicionales rebajando el tono de su discurso, al tiempo que los partidos tradicionales se apropian de esas expresiones de gran efecto con fines electorales y propician as赤 que el nuevo lenguaje racista se deslice en el discurso moderado. Alimentados por la expansi車n de Europa hacia el Este, que no ha contribuido a fomentar la tolerancia, los prejuicios reprimidos durante decenios por los reg赤menes comunistas han vuelto a aflorar y sirven de argumento a nuevos y estrafalarios pol赤ticos y partidos de ideolog赤a racista, xen車foba e intolerante.

Un ejemplo del 谷xito de esas nuevas estrategias en Europa es la promulgaci車n de leyes para garantizar la tolerancia en un continente que antes la prodigaba. Otro es que la ultraderecha cuenta ahora con el respaldo num谷rico y la confianza suficientes para constituir oficialmente un grupo pol赤tico en Europa. La creaci車n en 2007 del Grupo Identidad, Tradici車n, Soberan赤a (ITS) en el Parlamento Europeo permiti車 asociarse a los partidos ultraderechistas y racistas de Austria, B谷lgica, Francia e Italia, as赤 como de Bulgaria y Rumania-- los dos 迆ltimos pa赤ses en ingresar en la Uni車n Europea -- , a los que se uni車 un eurodiputado independiente expulsado del United Kingdom Independence Party no por sus ideas sino por estar acusado de fraude en la percepci車n de prestaciones sociales.

El hecho de que entre los 785 eurodiputados actuales haya m芍s pol赤ticos racistas que representantes de los 15 millones de personas que viven en pa赤ses de la Uni車n Europea que pertenecen a minor赤as 谷tnicas o son nacionales de terceros pa赤ses y que, considerados conjuntamente, constituir赤an el octavo "pa赤s" con m芍s poblaci車n de los 27 pa赤ses de la Uni車n Europea, es indicativo de las tendencias imperantes. Entre los 19 miembros del Grupo ITS figuran algunos de los principales referentes de los partidos de extrema derecha de Europa y, a pesar de la ret車rica, sus verdaderas opiniones son bastante evidentes. El l赤der del Grupo ITS es el eurodiputado franc谷s Bruno Gollnisch, n迆mero dos del Front National de Jean-Marie Le Pen, procesado en enero de 2007 por negar el Holocausto. Andreas Moelzer fue el responsable del 谷xito del Partido Liberal de Austria (FP?) de J?rg Haider, el mismo Haider que se neg車 a condenar un atentado terrorista que acab車 con la vida de cuatro roman赤es. Frank Vanhecke es el l赤der del partido flamenco Vlaams Belang, que defiende que los inmigrantes deben integrarse totalmente en la cultura occidental o ser repatriados. Sin embargo, los tres est芍n tratando de reposicionar al Grupo ITS y aseguran que se inscribe en la corriente mayoritaria de la pol赤tica europea. Un indicio de ese cambio de imagen es que finalmente decidieron rechazar el nombre de "Europa de las Patrias", que evoca a Hitler y a los nazis, para su grupo, a pesar de que utilizaron ese nombre en el bolet赤n publicado conjuntamente por la mayor赤a de sus integrantes actuales.

El cambio de imagen se perge?車 a ra赤z del 谷xito cosechado por los partidos de ultraderecha en Austria, Dinamarca, Italia y los Pa赤ses Bajos, donde moderar las manifestaciones p迆blicas de intolerancia les ha rendido dividendos en las urnas y en t谷rminos de aceptabilidad como socios de coalici車n para los partidos tradicionales. A nivel europeo, dos partidos han logrado obviar su historia y sus ra赤ces neofascistas hasta tal punto que incluso forman parte del m芍s aceptable y menos controvertido Grupo Uni車n por la Europa de las Naciones (UEN) en el Parlamento Europeo. El Grupo UEN es un batiburrillo incoherente de partidos de ultraderecha y partidos de derechas moderados en un matrimonio de conveniencia en el que intercambian respetabilidad por influencia. Forma parte del grupo el que antes era el partido neofascista Movimento Sociale Italiano (MSI), fundado por Giorgio Almirante, ex Jefe de Gabinete del Ministro de Propaganda de la Rep迆blica de Sal車, de infausta fama, rebautizado como Alleanza Nazionale, as赤 como la profundamente hom車foba Liga Polskich Rodzin (LPR) o Liga de Familias Polacas, el partido antiinmigraci車n Dansk Folkeparti (Partido Popular Dan谷s) y el Fianna F芍il de Irlanda.

Europa es reflejo de los buenos resultados obtenidos a nivel nacional. En 2002, Le Pen, que cree que la ocupaci車n nazi de Francia fue "esencialmente beneficiosa" pese a la muerte de 70.000 jud赤os franceses en campos de concentraci車n, qued車 segundo en las elecciones presidenciales. En las elecciones de 2007, su apoyo se redujo a pr芍cticamente la mitad, no por desacierto suyo sino a causa de su 谷xito en 2002. Los otros candidatos le usurparon su ret車rica y sus votantes, se mostraron inflexibles con la inmigraci車n y la delincuencia, aunque no con sus causas, e indicaron con su oposici車n al ingreso de Turqu赤a en la Uni車n Europea que las futuras fronteras de Europa ser赤an religiosas y no geogr芍ficas.

El l赤der del Vlaams Belang, Filip Dewinter, anunci車 con orgullo que su partido era islam車fobo, lo cual no fue 車bice para que casi se hiciera con el control en 2006 de Amberes, la segunda ciudad m芍s importante de B谷lgica, o aumentara su respaldo electoral en las elecciones nacionales de 2007 y consiguiera 17 esca?os, s車lo uno menos que el Partido Liberal Flamenco, primera fuerza pol赤tica de B谷lgica. En Italia, el ex Primer Ministro Silvio Berlusconi estaba dispuesto a incluir a los partidos fascistas y de extrema derecha de su pa赤s en su coalici車n electoral para tratar de permanecer en el poder. Se insinuaba que Alessandra Mussolini, nieta de Benito Mussolini y fundadora del partido neofascista Azione Sociale, tendr赤a una cartera ministerial. Mirko Tremaglia, que hab赤a luchado con orgullo en las filas de la Repubblica Sociale Italiana-- versi車n italiana de las Waffen SS -- , ya era ministro. Al final, Berlusconi perdi車 las elecciones ante Romano Prodi por s車lo 26.000 votos, es decir, un 0,1% del total. En Austria, la escisi車n del Partido Liberal de Haider parec赤a augurar su desaparici車n, pero en las elecciones nacionales de 2006 las dos formaciones resultantes obtuvieron el 15% de los votos, al tiempo que en las elecciones locales de Alemania el partido neonazi Nationaldemokratische Partei Deutschlands ganaba votos a costa del partido excomunista Partei des Demokratischen Sozialismus.

El auge de la ultraderecha no se limita a la "vieja Europa". Uno de los tres partidos que forman el actual Gobierno de coalici車n eslovaco es el Slovensk芍 N芍rodn芍 Strana (Partido Nacional Eslovaco), cuyo l赤der, Jan Slota, es partidario de expulsar a la minor赤a h迆ngara, que constituye el 10% de la poblaci車n. El Partido H迆ngaro Verdad y Vida, que preside Istvan Csurka, es antisemita y antirroman赤. Aun as赤, se le considera parte de la oposici車n moderada al Gobierno socialista de Hungr赤a, a pesar de contribuir a organizar disturbios en un intento por derrocar al Gobierno elegido democr芍ticamente. En Polonia, el partido en el poder, Prawo i Sprawiedliwosc (Partido Ley y Justicia), ha formado desde 2005 una coalici車n no oficial con la LPR, que ha emponzo?ado el entorno pol赤tico con su fundamentalismo cat車lico y su nacionalismo extremo. La infame Radio Maryja, con su ultranacionalismo, su homofobia y su reputaci車n antisemita, se ha convertido en heraldo semioficial del Gobierno.
Mi pa赤s tampoco es inmune. El Partido Nacional Brit芍nico (BNP) se ha convertido en la cuarta fuerza pol赤tica, con 56 concejales, y va camino de conseguir esca?os en la Asamblea de Londres en mayo de 2008 y en el Parlamento Europeo un a?o despu谷s. El BNP ha explotado con cinismo los atentados terroristas perpetrados en el Reino Unido para fomentar la islamofobia. Despu谷s de los atentados cometidos en Londres en julio de 2005, reparti車 folletos en los que se mostraba el autob迆s siniestrado despu谷s de la explosi車n con el eslogan "Tal vez sea hora de escuchar al BNP" y ha repetido la misma maniobra tras los atentados terroristas fallidos de Londres y Glasgow de este verano.

?Qu谷 pueden hacer los partidos democr芍ticos de Europa para empezar a devolver a los extremistas a los m芍rgenes de la escena pol赤tica, que es el lugar que les corresponde? En primer lugar, todos los partidos tienen que autoimponerse un principio de restricci車n y no hacer el juego a los racistas haci谷ndose eco de su mensaje para obtener beneficios electorales a corto plazo y, en segundo lugar, hay que tomar medidas a nivel de la Uni車n Europea. Si bien todos los Estados miembros de la Uni車n est芍n obligados por sus leyes a combatir el racismo y la xenofobia, en la pr芍ctica el grado de aplicaci車n var赤a considerablemente de un Estado a otro. Ser赤a conveniente contar con una legislaci車n contra el racismo m芍s rigurosa y amplia. El verdadero reto consiste en velar por que las leyes vigentes se hagan efectivas en cada pa赤s, de manera que todos los residentes en Europa tengan los mismos derechos y deberes y no est谷n divididos por sexo, raza o naci車n.

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