La comunidad internacional ha cumplido la primera parte del Sexto objetivo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio: detener e invertir la propagaci車n del VIH. Por lo menos 56 pa赤ses han estabilizado o reducido las nuevas infecciones por el VIH en m芍s de 25% en los diez 迆ltimos a?os, y ello se hace m芍s evidente en el ?frica Subsahariana, la regi車n m芍s afectada por la epidemia. Las nuevas infecciones por VIH entre los ni?os se han reducido en 25%, un notable avance hacia el logro de la casi total eliminaci車n de la transmisi車n maternoinfantil en 2015. Adem芍s, hoy m芍s de cinco millones de personas reciben tratamiento antirretroviral, lo que ha reducido las muertes relacionadas con el SIDA en m芍s de 20% en los cinco 迆ltimos a?os. No obstante, dado que actualmente m芍s de 33 millones de personas viven con el VIH, se registran 2,6 millones de nuevas infecciones por el VIH y ocurrieron casi 2 millones de muertes en 2009, son fr芍giles las ganancias logradas con la respuesta al SIDA.
En junio de 2011, los l赤deres mundiales se reunir芍n en la Asamblea General de las Naciones Unidas para renovar sus compromisos en relaci車n con la respuesta al SIDA. Esta Reuni車n de alto nivel sobre el SIDA es oportuna, puesto que se celebrar芍 al cumplirse 10 a?os de la aprobaci車n de la Declaraci車n de compromiso en la lucha contra el VIH/SIDA y cinco a?os de la formulaci車n del compromiso mundial de lograr el acceso universal a la prevenci車n, el tratamiento, la atenci車n y el apoyo relacionados con el VIH.
La oportunidad que brinda la Reuni車n de alto nivel es monumental. La comunidad internacional tiene la responsabilidad 迆nica de establecer una respuesta global contra el SIDA dirigida al logro de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminaci車n y cero muertes relacionadas con el SIDA.
En esa reuni車n se alentar芍 a los l赤deres mundiales a crear un nuevo programa de responsabilidades compartidas, as赤 como a formular un nuevo pacto social mundial para el VIH que tenga presente la r芍pida evoluci車n del mundo actual. Habida cuenta de que disminuye la disponibilidad de fondos para la respuesta al SIDA, la gobernanza y el r谷gimen de financiaci車n tradicionales ya no son sostenibles. Convendr芍 que los l赤deres mundiales examinen medios para aprovechar las oportunidades que ofrece el papel cada vez mayor de los nuevos poderes pol赤ticos en el desarrollo, al igual que el en谷rgico crecimiento econ車mico de muchos pa赤ses con capacidad para asignar m芍s recursos nacionales a la financiaci車n de sus respectivas respuestas nacionales al SIDA. No obstante, se necesita un nuevo pacto, un pacto por el que se trate de hallar el mejor equilibrio posible entre los recursos externos e internos sobre la base de la capacidad de pago del pa赤s y la carga que le impone la enfermedad.
La segunda esfera fundamental que deber芍 abordarse en junio ser芍 la promoci車n de un renacimiento de la prevenci車n del VIH a escala mundial. Solo una revoluci車n en la prevenci車n del VIH podr芍 llevarnos a lograr el objetivo de cero nuevas infecciones por el virus. Los mejores enfoques de la respuesta actual deben realzarse con un r芍pido acceso a instrumentos de que se dispone hace pocos a?os o est芍n en proceso de desarrollo, como la circuncisi車n masculina y los geles y las p赤ldoras antirretrovirales utilizados para bloquear la transmisi車n del VIH, incluso en los ni?os, y una mayor disponibilidad del tratamiento. Junto con esta revoluci車n en la prevenci車n se necesita imperiosamente superar las violaciones de los derechos humanos y garantizar leyes que favorezcan, y no entorpezcan, nuestros esfuerzos comunes.
Invertir y por 迆ltimo detener el SIDA requiere la puesta en pr芍ctica de una respuesta amplia que incorpore innovaciones en los 芍mbitos pol赤tico, social, econ車mico y cient赤fico, as赤 como la plena utilizaci車n de tecnolog赤as existentes y rentables. Estoy convencido de que la respuesta al SIDA puede extraer ense?anzas y beneficios de la asociaci車n con otros sectores que han logrado aumentos de la demanda y mercados sostenidos por medio de la innovaci車n constante. Aunque el desarrollo de innovaciones ha experimentado cambios en virtud de la participaci車n de interesados nuevos y diferentes de los sectores p迆blico y privado, se requiere un examen de la manera en que, con la aplicaci車n de las nuevas tecnolog赤as, podr赤amos lograr el acceso universal a los servicios de prevenci車n, tratamiento, atenci車n y apoyo en materia de VIH.
Los l赤deres y las j車venes que se re迆nan en Nueva York tendr芍n una plataforma para identificar los elementos nuevos capaces de cambiar la situaci車n y ayudar as赤 a que la respuesta al SIDA provoque en los j車venes de ambos sexos una transformaci車n que les permita actuar como agentes del cambio. De todas las cuestiones acuciantes que enfrenta hoy d赤a la respuesta al SIDA, una de las que debe abordarse con m芍s urgencia es la del impacto del VIH en las j車venes y las ni?as. En ?frica Meridional las j車venes tienen cinco veces m芍s probabilidades de ser infectadas por el VIH que los hombres j車venes. Abordar los factores sociales y estructurales que determinan que las j車venes y las ni?as sean m芍s vulnerables al VIH coadyuvar芍 a su autonom赤a y har芍 retroceder la epidemia.
La 迆ltima esfera importante en el programa de reestructuraci車n es lograr mejores v赤nculos y sinergias entre el VIH y la tuberculosis, la mortalidad maternoinfantil, otras enfermedades contagiosas y no contagiosas y los programas de salud mundiales. Durante los tres 迆ltimos decenios hemos presenciado la forma en que el SIDA ha pasado a formar parte de los problemas de los pa赤ses en materia de salud y desarrollo, sin embargo, muchos servicios de salud de pa赤ses de ingresos bajos y medianos todav赤a est芍n organizados en torno al modelo de atenci車n de un episodio de enfermedad infecciosa aguda. Ha llegado el momento de explorar medios que permitan aprovechar la ampliaci車n de la atenci車n del VIH para fortalecer no solo la prestaci車n de servicios de calidad durante per赤odos espec赤ficos de la vida, como el embarazo y la infancia, sino tambi谷n respuestas a una diversidad de otras enfermedades cr車nicas mediante la informaci車n, el perfeccionamiento y el fortalecimiento de los sistemas necesarios para prestar una atenci車n continuada a los millones de personas que la necesitan.
En junio de 2011 tendremos una oportunidad hist車rica para tomar como base y mejorar los resultados de los tres 迆ltimos decenios. Las promesas que formulen los l赤deres mundiales, y las palabras que pronuncien, definir芍n el decenio venidero, el decenio que estoy seguro de que se?alar芍 el comienzo del fin del SIDA.
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