En septiembre de 2000, al celebrarse la Cumbre del Milenio en las Naciones Unidas, los l¨ªderes mundiales se comprometieron a no escatimar esfuerzos "para liberar a nuestros semejantes, hombres, mujeres y ni?os, de las condiciones abyectas y deshumanizadoras de la pobreza extrema", y reconocieron que para alcanzar ese objetivo ser¨ªa necesario adoptar medidas especiales en pro de los miembros m¨¢s d¨¦biles de la comunidad internacional.
En consecuencia, en el octavo objetivo de desarrollo del Milenio (ODM) -- fomentar una asociaci¨®n mundial para el desarrollo -- se consideraron las necesidades especiales de los pa¨ªses menos adelantados (PMA). Se exhort¨® a abrir un acceso libre de aranceles y cupos a las exportaciones de los pa¨ªses menos adelantados, a formular un programa mejorado de alivio de la deuda de los pa¨ªses pobres muy endeudados, a cancelar la deuda bilateral oficial, y a otorgar una asistencia para el desarrollo m¨¢s generosa a los pa¨ªses que hayan expresado su determinaci¨®n de reducir la pobreza. Tambi¨¦n abordaron las necesidades especiales de los pa¨ªses en desarrollo sin litoral y de los peque?os Estados insulares en desarrollo. En su conjunto, esos pa¨ªses constituyen casi la mitad de la cantidad de pa¨ªses miembros de las Naciones Unidas. Por consiguiente, para alcanzar las metas de los ODM a escala mundial es necesario concretizar el progreso en esos pa¨ªses.
El logro de los ODM es el componente fundamental de los programas de acci¨®n para los tres grupos de pa¨ªses: el Programa de Acci¨®n de Bruselas para los Pa¨ªses Menos Adelantados (2001); el Programa de Acci¨®n de Almaty para los pa¨ªses en desarrollo sin litoral (2003); y la Estrategia de Mauricio para la ulterior ejecuci¨®n del Programa de Acci¨®n para el desarrollo sostenible de los peque?os Estados insulares en desarrollo (2005). Como m¨ªnimo, esos tres programas de acci¨®n pueden considerarse el marco internacional para alcanzar los ODM en los respectivos grupos. Por otra parte, si bien el resto del mundo ha logrado sustanciales adelantos hacia los ODM, esos grupos de pa¨ªses, en particular los PMA, siguen retrasados.
Seg¨²n el informe de 2007 sobre los objetivos de desarrollo del Milenio, entre 1990 y 2004, la cantidad de personas que viven con menos de 1 d¨®lar diario en los pa¨ªses en desarrollo disminuy¨® en 270 millones. En 2004, un 20% de la poblaci¨®n de pa¨ªses en desarrollo viv¨ªa en extrema pobreza, en comparaci¨®n con 32% en 1990. La matriculaci¨®n en las escuelas primarias aument¨® desde 80% en 2001 hasta 88% en 2005. Adem¨¢s, disminuy¨® la mortalidad infantil. Es preciso celebrar esos ¨¦xitos, pues demuestran que cuando se cuenta con las pol¨ªticas correctas y con el necesario apoyo internacional, es posible alcanzar los ODM.
Lamentablemente, en la mayor¨ªa de los PMA no se ha logrado el mismo nivel de progreso. Las proyecciones basadas en las tendencias actuales indican que el n¨²mero de personas que viven en extrema pobreza en esos pa¨ªses ha de aumentar desde 340 millones, o el 45% de la poblaci¨®n, en 2000, hasta 470 millones, o el 50% de la poblaci¨®n, hacia la fecha fijada como meta para alcanzar los ODM, 2015. En varios PMA tampoco se alcanzar¨¢n otras metas de los ODM, especialmente en ?frica al sur del Sahara, donde se ubica la mayor¨ªa de aquellos pa¨ªses.
Aun cuando si prosiguiera el ritmo actual de progreso, para la mayor¨ªa de los PMA ser¨ªa imposible alcanzar los ODM, en los ¨²ltimos a?os se percibieron algunos signos alentadores. A partir de 2001, el crecimiento econ¨®mico fue, en promedio, de 6.5% anual. Algunos PMA lograron impresionantes resultados en varias esferas de desarrollo humano, entre ellas la matriculaci¨®n en escuelas primarias (Uganda y Rep¨²blica Unida de Tanzan¨ªa), la lucha contra el paludismo (N¨ªger, Togo y Zambia) y el mayor acceso al abastecimiento de agua y al saneamiento (Senegal y Uganda). No obstante, esos adelantos han sido desiguales entre distintos pa¨ªses y con respecto a cada uno de los ocho ODM. Por consiguiente, si bien no cabe duda de que es posible alcanzar los ODM, es preciso abordar eficazmente varios problemas cr¨ªticos, a fin de ampliar y acelerar los adelantos.
Uno de los principales obst¨¢culos que se oponen al logro de los ODM en los PMA es la alta tasa de crecimiento de la poblaci¨®n. Aun cuando la poblaci¨®n de esos pa¨ªses constituye el 12% del total mundial, los 50 PMA aportar¨¢n la cuarta parte del aumento demogr¨¢fico mundial entre la actualidad y 2015. Nueve de los 10 pa¨ªses que tendr¨¢n las m¨¢s altas tasas medias de crecimiento demogr¨¢fico entre 2005 y 2010 ser¨¢n PMA. Las tasas de fecundidad han estado disminuyendo en los pa¨ªses en desarrollo en general, pero en 13 de ellos -- todos PMA, salvo uno -- las tasas de fecundidad siguen siendo altas y no dan indicios de disminuir. Aparte de erosionar los efectos del crecimiento econ¨®mico, esas tendencias tambi¨¦n tienen consecuencias negativas sobre las posibilidades de alcanzar los ODM, especialmente en cuanto a la eliminaci¨®n de la pobreza y el hambre, la mejora de la salud de madres y ni?os y la lucha contra el VIH/SIDA y otras enfermedades.
La falta de acceso a los servicios de planificaci¨®n de la familia es una de las principales causas de esa inquietante situaci¨®n. Si se ofreciera un mayor acceso a los servicios de salud reproductiva y si se ampliaran los medios de acci¨®n de la mujer, as¨ª se contribuir¨ªa a reducir las altas tasas de fecundidad y de mortalidad de madres y ni?os, y, en ¨²ltima instancia, tambi¨¦n las muy altas tasas de crecimiento de la poblaci¨®n. Al reducir el n¨²mero de alumbramientos no deseados tambi¨¦n se ayudar¨ªa a reducir la pobreza, aun cuando indudablemente esto no bastar¨ªa por s¨ª mismo. El mayor impulso al crecimiento econ¨®mico, la creaci¨®n de empleo y la elevaci¨®n del ingreso de los pobres son factores de importancia igualmente crucial.
El logro de los ODM en los pa¨ªses menos adelantados, en los pa¨ªses en desarrollo sin litoral y en los peque?os Estados insulares en desarrollo requiere efectuar sustanciales inversiones en servicios sociales b¨¢sicos, infraestructura f¨ªsica y recursos humanos. En particular, es necesario prestar m¨¢s atenci¨®n a los sectores de agricultura, energ¨ªa, transporte y comunicaciones, as¨ª como al refuerzo de las capacidades institucionales y t¨¦cnicas. Los recursos necesarios para esas inversiones exceden las posibilidades de esos pa¨ªses y por ende, el apoyo internacional tiene importancia crucial. En general, en los ¨²ltimos a?os mejor¨® el apoyo internacional a los pa¨ªses vulnerables; no obstante, es necesario intensificar los esfuerzos por alcanzar las metas de que se asigne entre 0,15% y 0,2% del ingreso nacional bruto de pa¨ªses desarrollados a la asistencia a los PMA, y 0,7% a otros pa¨ªses en desarrollo. Tiene igual importancia fomentar la capacidad de los pa¨ªses vulnerables a fin de que generen sus propios recursos, inclusive mediante el aumento de las inversiones y el fomento de una participaci¨®n equitativa en el intercambio comercial internacional.
Como lo indic¨® el Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon: "Los ODM todav¨ªa son asequibles, a condici¨®n de que actuemos de inmediato. Esto requerir¨¢ una racional gobernabilidad con amplia inclusi¨®n, mayores inversiones p¨²blicas, crecimiento econ¨®mico, mayor capacidad de producci¨®n y creaci¨®n de empleo digno". Para los pa¨ªses menos adelantados, los pa¨ªses en desarrollo sin litoral y los peque?os Estados insulares en desarrollo, la aplicaci¨®n plena y oportuna de sus respectivos programas de acci¨®n es un eficaz medio de alcanzar este objetivo.
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