27 junio 2013

En el mundo actual, el racismo y la discriminaci車n racial se manifiestan en formas complejas y perturbadoras. En el caso de Europa, estas cuestiones se est芍n convirtiendo cada vez m芍s en elemento esencial de algunos problemas pol赤ticos y sociales. Los Estados miembros del Consejo de Europa1 vienen tomando desde hace varios a?os medidas firmes y sostenidas para luchar contra esta tendencia y hacer frente a las persistentes expresiones de racismo y xenofobia.

Imposible hacer un inventario exhaustivo y enumerar todos los problemas observados; nos limitaremos, pues, a decir que, en general el racismo y la discriminaci車n se manifiestan en todos los aspectos principales de la vida cotidiana, como el empleo, la educaci車n, la vivienda y el acceso a los servicios sociales; en las violaciones de los derechos humanos contra miembros de las comunidades roman赤es; en aptitudes hostiles contra los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo y la estigmatizaci車n de esos grupos; en la creciente frecuencia de los incidentes antisemitas; en la intensificaci車n de las expresiones de islamofobia; en el uso de argumentos racistas, antisemitas y xen車fobos en el discurso pol赤tico; y en un clima negativo en el seno de la opini車n p迆blica, que desempe?a un papel crucial en la aparici車n de expresiones de racismo e intolerancia dentro de la sociedad. Estas tendencias, por supuesto, var赤an en escala de un pa赤s a otro, pero son suficientemente significativas como para suscitar preocupaci車n.

Para hacer frente a la situaci車n, los pa赤ses europeos han concebido respuestas en el plano nacional y europeo. La caracter赤stica principal de las medidas adoptadas por los Estados miembros del Consejo de Europa en los 迆ltimos a?os es que las cuestiones relacionadas con la lucha contra el racismo y la discriminaci車n racial se aborden desde la perspectiva de la protecci車n y promoci車n de los derechos humanos: en otras palabras, el derecho a la protecci車n contra el racismo y la discriminaci車n racial se considera, en primer lugar, un derecho fundamental de todos los seres humanos.

A la hora de elaborar soluciones duraderas, pr芍cticas y viables para luchar contra el racismo y la discriminaci車n racial, las opciones pueden diferir de un pa赤s a otro. Todas las estrategias deben por lo menos incluir medidas en materia de legislaci車n, concienciaci車n, educaci車n, acci車n positiva y participaci車n. Las leyes por s赤 solas no son suficientes para luchar contra el racismo y la discriminaci車n racial, pero obviamente son la piedra angular de esa lucha. En Europa, los mayores adelantos de los 迆ltimos a?os se hicieron en el 芍mbito legal. Muchos Estados miembros han iniciado reformas para complementar sus leyes nacionales de lucha contra la discriminaci車n racial. Desde el punto de vista de las v赤ctimas, este es un paso positivo, dado que la existencia de medidas legales y apropiadas para luchar contra la discriminaci車n racial en forma efectiva, disuasiva y del modo m芍s satisfactorio posible tiene una importancia fundamental. Pero que esa legislaci車n exista no significa necesariamente que se logre garantizar la igualdad de derechos para todos los que viven en esa sociedad. No basta con tipificar como delito la discriminaci車n; debemos tambi谷n combatirla garantizando que las disposiciones previstas se apliquen realmente y se pongan en pr芍ctica. Lo mismo puede decirse de las disposiciones del derecho penal que proh赤ben los actos racistas.

A fin de que todas estas disposiciones sean efectivas, es imperioso que todas las autoridades las apliquen, incluidas la polic赤a y la judicatura. Su mera existencia no basta, se necesitan grandes campa?as de concienciaci車n dirigidas al p迆blico en general y a las posibles v赤ctimas, y debe capacitarse a los funcionarios encargados de su aplicaci車n. Por esta raz車n, es importante establecer un 車rgano nacional independiente que tenga como 迆nica funci車n la lucha contra el racismo y la discriminaci車n racial2 ; muchos Estados miembros del Consejo de Europa ya han tomado medidas para establecerlo.

En lo que respecta a Europa en general, el adelanto m芍s importante de los 迆ltimos a?os ha sido la aprobaci車n del Protocolo No. 12 del Convenio Europeo sobre Derechos Humanos, que entr車 en vigor el 1° de abril de 2005. Este Protocolo contiene una cl芍usula general independiente que proh赤be la discriminaci車n. El hecho de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos pueda recibir solicitudes individuales en este 芍mbito convierte al Protocolo en un instrumento especialmente 迆til para luchar contra la discriminaci車n racial. Por el momento, sin embargo, s車lo 35 de los 47 Estados miembros del Consejo de Europa han firmado el Protocolo No. 12 y s車lo 15 de ellos lo han ratificado3.

Por 迆ltimo, los Estados miembros dieron un nuevo paso en la lucha contra el racismo y la discriminaci車n racial en 1994 cuando establecieron y pusieron en funcionamiento la Comisi車n Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI). Esta Comisi車n, cuya labor se basa en el respeto de los derechos humanos, tiene como funci車n proteger contra el racismo y todas las formas de discriminaci車n racial a todas las personas que se encuentran en el territorio de los Estados miembros del Consejo de Europa. La ECRI est芍 formada por miembros independientes e imparciales cuyas actividades estatutarias incluyen la vigilancia del racismo y la discriminaci車n racial en cada pa赤s, la formulaci車n de recomendaciones sobre pol赤ticas generales y la concienciaci車n y difusi車n de informaci車n a trav谷s de sus relaciones con la sociedad civil4.

Uno de los principales logros de la ECRI es haber conseguido que se modifiquen las leyes y la pr芍ctica en el plano nacional y en el plano europeo para luchar contra el racismo y la intolerancia en forma m芍s efectiva5. Sin duda una de sus principales contribuciones es que ha hecho comprender que "racismo" y "discriminaci車n racial" son conceptos que cambian y ahora incluyen actos dirigidos contra personas o grupos, no s車lo a causa de su color u origen 谷tnico, sino tambi谷n de su idioma, religi車n o nacionalidad. El prerrequisito fundamental para luchar efectivamente contra el racismo y la discriminaci車n racial es reconocer que estos problemas existen. La ECRI ha revelado formas cotidianas y generalizadas de racismo y discriminaci車n racial en el plano paneuropeo, que crean obst芍culos importantes y a veces insuperables para muchos individuos.

En el futuro inmediato, los gobiernos europeos deben hacer frente a varios retos, dos de los cuales son muy importantes: conseguir la aplicaci車n efectiva de las medidas de lucha contra el racismo y la discriminaci車n racial en un entorno cada vez m芍s determinado por la lucha contra el terrorismo; y abordar la cuesti車n de la integraci車n, que es objeto de un debate general en la mayor赤a de los pa赤ses europeos. Cabe se?alar la Recomendaci車n No. 8 de pol赤tica general de la ECRI relativa a la lucha contra el racismo en el marco de la lucha contra el terrorismo y la Recomendaci車n No. 11 de pol赤tica general, aprobada el 29 de junio de 2007, relativa a la lucha contra el racismo y la discriminaci車n racial en las actividades de la polic赤a. Esta 迆ltima contiene una definici車n del uso de perfiles raciales y pide a los Estados Miembros que definan claramente y proh赤ban por ley el uso de estos perfiles. Dado que el uso de perfiles raciales ha aumentado y cobrado nuevas dimensiones en el marco de la lucha contra el terrorismo, la Recomendaci車n No. 11 es un medio 迆til de hacer frente a una forma concreta de discriminaci車n racial. En cuanto a la integraci車n, es esencial subrayar en谷rgicamente que el 谷xito de toda estrategia de integraci車n se basar芍 esencialmente en la importancia que asigne a la lucha contra la discriminaci車n en general, sobre todo la discriminaci車n racial. El principio de no discriminaci車n y las pol赤ticas encaminadas a la consecuci車n de la igualdad son la base necesaria para lograr la integraci車n.

En definitiva, los signos alentadores que se observan en el plano nacional y en Europa demuestran que los gobiernos y la sociedad civil participan en forma genuina en la lucha contra el racismo y la discriminaci車n racial en todo el continente. Sin embargo, esta lucha est芍 lejos de haberse ganado y ahora m芍s que nunca es necesario avanzar para orientar a nuestros pa赤ses y para poner en pr芍ctica y permitir que cobre su pleno significado el principio universal "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos".

Notas
1. Los 47 Estados miembros del Consejo de Europa son: Albania, Alemania, Andorra, Armenia, Austria, Azerbaiy芍n, B谷lgica, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Espa?a, Estonia, la ex Rep迆blica Yugoslava de Macedonia, Federaci車n de Rusia, Finlandia, Francia, Georgia, Grecia, Hungr赤a, Irlanda, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Moldova, M車naco, Montenegro, Noruega, Pa赤ses Bajos, Polonia, Portugal, el Reino Unido, Rep迆blica Checa, Rumania, San Marino, Serbia, Suecia, Suiza, Turqu赤a y Ucrania.
2. V谷ase la Recomendaci車n No. 2 de pol赤tica general de la ECRI sobre 車rganos especializados en luchar contra el racismo, la xenofobia, el antisemitismo y la intolerancia en el plano nacional.
3. Para mayor informaci車n sobre el Protocolo No. 12, v谷ase .
4. Para mayor informaci車n sobre la ECRI y su labor, v谷ase .
5. V谷ase la Recomendaci車n No. 7 de pol赤tica general sobre la legislaci車n nacional para luchar contra el racismo y la discriminaci車n racial.

?

La Cr車nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as赤 como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art赤culos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci車n por parte de las Naciones Unidas.?