29 septiembre 2015

Mucho antes de convertirme en Secretario General, las Naciones Unidas ocupaban un lugar especial en mi vida.

Yo ten¨ªa 6 a?os cuando estall¨® la guerra de Corea. Conservo recuerdos v¨ªvidos de mi pueblo en llamas y de c¨®mo mi familia se refugi¨® en las monta?as cercanas. Pero hay una imagen a¨²n m¨¢s perdurable: la visi¨®n de la bandera de las Naciones Unidas y de los muchos miles de personas que trabajaban bajo ella para responder a nuestra dif¨ªcil situaci¨®n. Nos salvamos del hambre gracias a las operaciones de ayuda alimentaria de las Naciones Unidas. Recibimos libros de texto de las Naciones Unidas para que mis compa?eros y yo pudi¨¦ramos continuar nuestra educaci¨®n a pesar de que nuestra escuela hab¨ªa quedado reducida a escombros. Y cuando nos sent¨ªamos asustados y solos y nos pregunt¨¢bamos si el mundo exterior se preocupaba por nuestro sufrimiento, las tropas de numerosos pa¨ªses, unidas en el azul de las Naciones Unidas, sacrificaban sus vidas para restablecer la seguridad y la paz. De esta manera, el gran valor de las Naciones Unidas qued¨® impreso en m¨ª a una edad temprana, profundamente y, tal como ha resultado, para siempre.

Hoy en d¨ªa, millones de personas de todo el mundo siguen confiando en las Naciones Unidas para que garanticen su seguridad, protejan a sus hijos y les ayuden a asegurar su futuro. Sus necesidades y aspiraciones son mi mayor motivaci¨®n. Debido a mi infancia, y despu¨¦s de decenios de servicio p¨²blico, s¨¦ hasta qu¨¦ punto pueden las Naciones Unidas cambiar el curso de las cosas.

Al conmemorar el 70? aniversario de las Naciones Unidas, podemos ver que el mundo ha cambiado radicalmente desde que los redactores de la Carta se reunieran en San Francisco en 1945. Se ha ampliado el n¨²mero de miembros de la Organizaci¨®n y han surgido nuevas potencias. La globalizaci¨®n, la urbanizaci¨®n, las migraciones, los cambios demogr¨¢ficos, los avances tecnol¨®gicos, el cambio clim¨¢tico y otros acontecimientos trascendentales contin¨²an rehaciendo nuestras sociedades y transformando las relaciones internacionales.

Tambi¨¦n podemos enorgullecernos de los logros alcanzados en el pasado. Las Naciones Unidas se fundaron para evitar otra guerra mundial y han tenido ¨¦xito en este sentido. En la mayor parte del planeta, las personas disfrutan de vidas m¨¢s largas y saludables. Nuestros esfuerzos tambi¨¦n han contribuido a empoderar a las mujeres, promover el derecho internacional y proteger el medio ambiente.

Sin embargo, somos muy conscientes de que ha habido muchos contratiempos en el camino y que la situaci¨®n actual est¨¢ marcada por los conflictos, la explotaci¨®n, los desplazamientos y la desesperaci¨®n. En realidad, el camino que lleva a establecer un mundo de dignidad y paz para ¡°nosotros los pueblos¡± es un viaje que no termina nunca.

A pesar de las dificultades actuales y las m¨²ltiples crisis en la agenda de las Naciones Unidas, creo que todos los que trabajan para las Naciones Unidas y junto a ellas son afortunados por prestar servicios en este momento. El 70? aniversario se conmemora en un a?o de decisiones potencialmente trascendentales sobre nuestro futuro com¨²n, entre ellas la aprobaci¨®n de una nueva y transformadora agenda de desarrollo sostenible y un acuerdo ambicioso sobre el cambio clim¨¢tico. Podr¨ªan necesitarse varios a?os para lograr estos avances. Pero mi esperanza es que alg¨²n d¨ªa, al mirar atr¨¢s y considerar nuestra labor, podamos decir con orgullo: ¡°Fuimos parte de aquello; lo hicimos juntos; esto es lo que las Naciones Unidas ayudaron a poner en marcha¡±.

El logro de este legado compartido seguir¨¢ exigiendo mucho de nosotros hoy. Durante esta labor, a menudo recordar¨¦ el consejo que me dieron cuando estaba en la ense?anza media. ¡°Mant¨¦n la cabeza por encima de las nubes¡±, dec¨ªa nuestro director, ¡°y los pies bien firmes en el suelo, y a continuaci¨®n avanza paso a paso¡±.

Mantener la cabeza por encima de las nubes significa mantenerse fiel a nuestros principios. Mantener los pies en el suelo significa permanecer conectado a la realidad de la vida de las personas. Y avanzar paso a paso significa tomar medidas pr¨¢cticas para lograr nuestras metas.

Como Secretario General, he tratado de adoptar este enfoque, armado con los principios de la Carta, el testimonio de las personas a las que servimos y, sobre todo, el entregado personal de las Naciones Unidas que, a menudo corriendo riesgos personales, nos permite avanzar en nuestras metas. Soy muy consciente de las enormes responsabilidades que se me han confiado e igualmente consciente de que el ¨¦xito en las Naciones Unidas es producto del gran esfuerzo, el sacrificio y el ejemplo del personal de las Naciones Unidas, que dan forma a la colaboraci¨®n internacional que defendemos.

En este aniversario y todos los d¨ªas, debemos utilizar nuestro poder e influencia para hacer lo que sea correcto y necesario a fin de defender la Carta. Si bien no podemos evitar los terremotos y los sunamis, podemos contribuir mucho a la hora de afrontar los desastres que surgen de la locura y la falta de visi¨®n del ser humano. Este es un per¨ªodo de prueba, pero sobre todo un per¨ªodo de enormes oportunidades. A medida que la distinci¨®n entre lo nacional y lo internacional sigue desvaneci¨¦ndose, podemos y debemos utilizar las lecciones aprendidas a lo largo de estos 70 a?os para permanecer unidos como una sola familia humana y trazar un camino hacia un futuro m¨¢s seguro y sostenible para todos.

?

La Cr¨®nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as¨ª como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art¨ªculos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci¨®n por parte de las Naciones Unidas.?