Objetivo 2
Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora?de la nutrici¨®n y promover la agricultura sostenible
?
El a?o 2015 ofrece una oportunidad ¨²nica para que la comunidad internacional del desarrollo aproveche y refuerce el impulso iniciado por los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
?
Aprovechar los progresos realizados
La presentaci¨®n de la agenda para el desarrollo despu¨¦s de 2015 se ha programado para septiembre de 2015, lo que nos da el tiempo necesario para celebrar consultas y debatir sobre objetivos puntuales que se necesitan para maximizar los progresos. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) partieron de cero y crearon una base de referencia para las metas mundiales relacionadas con el hambre y la pobreza, mientras que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se establecer¨¢n a plena marcha, impulsados por una d¨¦cada de lecciones aprendidas. Gracias a esta experiencia, los pr¨®ximos a?os ofrecen posibilidades sin precedentes para el desarrollo humano.
En lo que respecta a la nutrici¨®n, el discurso y las medidas actuales responden a una serie de estrategias y enfoques que han ido evolucionando durante la vigencia de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La nutrici¨®n ha captado la atenci¨®n mundial y ha seguido siendo un tema destacado para la mayor¨ªa de los asociados para el desarrollo. Ha habido una serie de iniciativas, procesos y compromisos internacionales de m¨²ltiples interesados que avivan el inter¨¦s, como el Movimiento para el Fomento de la Nutrici¨®n (2009), el Pacto Mundial de la Nutrici¨®n para el Crecimiento (2013), el Reto del Hambre Cero del Secretario General de las Naciones Unidas (2012) y la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrici¨®n.
?
Sistemas alimentarios para la nutrici¨®n
La Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrici¨®n, convocada conjuntamente por la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y celebrada en Roma en noviembre de 2014, reuni¨® a casi 170 Estados Miembros para tratar los m¨²ltiples desaf¨ªos derivados de la malnutrici¨®n. En la Conferencia se elaboraron dos documentos finales: la Declaraci¨®n de Roma sobre la Nutrici¨®n, en la que se describ¨ªan los desaf¨ªos actuales y se recog¨ªa el compromiso de abordarlos en el decenio venidero, y un Marco de Acci¨®n complementario, en el que se enumeraban 60 medidas que los pa¨ªses pueden seleccionar para orientar las estrategias nacionales de nutrici¨®n.
Uno de los mensajes clave de la Conferencia fue que los sistemas alimentarios est¨¢n cambiando con rapidez en todo el mundo y cada vez son m¨¢s complejos. Las tendencias recientes de la industrializaci¨®n, la mundializaci¨®n y la comercializaci¨®n tienen profundas repercusiones en los tipos de alimentos que se producen, el grado en que se procesan y la forma de consumirlos.
En los ¨²ltimos a?os, la comunidad internacional de interesados en la nutrici¨®n ha difundido ese mensaje con m¨¢s intensidad a¨²n, lo que en gran parte refleja la creciente inquietud que suscitan los efectos de las actuales pautas de consumo y producci¨®n y su sostenibilidad. La comercializaci¨®n y la especializaci¨®n de la producci¨®n, la elaboraci¨®n y la venta al por menor agr¨ªcolas han mejorado la eficacia del sistema alimentario mundial, con lo que se ha logrado que haya una amplia variedad de alimentos m¨¢s disponibles y m¨¢s asequibles durante todo el a?o (FAO, 2013, p¨¢g. v), pero las cargas ¡°dobles¡± o incluso ¡°triples¡± de la malnutrici¨®n tambi¨¦n est¨¢n cada vez m¨¢s presentes. En la actualidad, la mayor¨ªa de los pa¨ªses padecen determinadas combinaciones de retraso en el crecimiento, anemia y obesidad y sobrepeso.
Los efectos ambientales negativos que se derivan de estas nuevas pautas de cambio del sistema alimentario son, por nombrar tan solo unos pocos, la degradaci¨®n de la tierra, el uso insostenible del agua y la fuerte dependencia de plaguicidas y fertilizantes. Estos efectos son muy preocupantes, no solo por sus evidentes repercusiones agroecol¨®gicas, sino tambi¨¦n porque aumentan el riesgo de inseguridad alimentaria y pobreza, que a su vez tienen implicaciones perniciosas para la nutrici¨®n y la salud.
Por lo tanto, cada vez est¨¢ m¨¢s extendida la idea de que la calidad de los sistemas alimentarios a nivel mundial, nacional y local refleja el papel integral que representa la agricultura en los resultados sobre nutrici¨®n y seguridad alimentaria. El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2 (¡°poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrici¨®n y promover la agricultura sostenible¡±) es un claro reconocimiento de los v¨ªnculos entre estos importantes componentes. Se trata, adem¨¢s, de un territorio inexplorado que ofrece oportunidades sin precedentes para abordar una serie de desaf¨ªos que afectan a los sistemas alimentarios actuales mediante, entre otros, el aumento del apoyo a los peque?os productores de alimentos, la mejora de la sostenibilidad del medio ambiente, el incremento de la resiliencia en los m¨¦todos de producci¨®n y la reducci¨®n de p¨¦rdidas y desperdicios de alimentos.
?
Garantizar que la nutrici¨®n no caiga en el olvido
De los 17 ODS y las 169 metas propuestas por el Grupo de Trabajo Abierto de las Naciones Unidas, solo el ODS 2 incluye una disposici¨®n sobre la nutrici¨®n. No obstante, ya supone un logro que se integre el sustento en el contexto de la seguridad alimentaria y la agricultura sostenible, pues con ello se reconoce el papel fundamental de los enfoques sobre nutrici¨®n basados en los alimentos. Por otra parte, al consolidar nutrici¨®n, seguridad alimentaria y agricultura en el mismo objetivo se refuerza la rendici¨®n de cuentas respecto de los efectos que tienen los m¨¦todos de producci¨®n agr¨ªcola y el desarrollo del sistema alimentario en la salud y el medio ambiente.
El riesgo de la formulaci¨®n adoptada para el ODS 2 es que el concepto de ¡°mejora de la nutrici¨®n¡± se confunda con la idea tradicional de reducci¨®n del hambre, con lo que la atenci¨®n recaer¨ªa por defecto en la cantidad de alimentos y la disponibilidad cal¨®rica nacional, y no en la calidad de los alimentos disponibles y el acceso a ellos por parte de personas y hogares. Se trata de un problema habitual en el discurso de la seguridad alimentaria. Aunque la definici¨®n original de seguridad alimentaria de la Cumbre Mundial sobre la Alimentaci¨®n de 1996 se refer¨ªa a la disponibilidad de alimentos adecuados, seguros, diversos y nutritivos para todos y durante todo el a?o, con el paso del tiempo este concepto se ha reducido en muchos contextos a la disponibilidad cal¨®rica bruta. En consecuencia, ahora hablamos a menudo de ¡°seguridad alimentaria y nutrici¨®n¡± para evitar que esta ¨²ltima caiga en el olvido.
?C¨®mo podemos conseguir que ese componente de nutrici¨®n del ODS 2 se respete y no quede eclipsado? Se ofrecen dos sugerencias, basadas en la premisa de que la clave est¨¢ en tener en cuenta la calidad (y no la cantidad) de los alimentos. En primer lugar, la productividad agr¨ªcola debe prestar atenci¨®n a los alimentos ricos en nutrientes. En segundo lugar, los pa¨ªses deben reconocer que hay muy diversos puntos de partida para mejorar la nutrici¨®n mediante los sistemas agr¨ªcolas y alimentarios. Hay muchas formas de aumentar la calidad de los alimentos disponibles en un entorno alimentario determinado. De hecho, gracias a la rapidez con la que avanzan la comercializaci¨®n y la especializaci¨®n de la producci¨®n agr¨ªcola actual, hay una amplia variedad de oportunidades.
?
Localizar los puntos de partida
El Marco de Acci¨®n de la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrici¨®n incluye una secci¨®n sobre sistemas alimentarios sostenibles que promuevan dietas saludables con m¨¢s recomendaciones que casi cualquier otra secci¨®n. Entre otras medidas, se propone fomentar la diversificaci¨®n de los cultivos, establecer a nivel nacional normas alimentarias o centradas en los nutrientes, reforzar la producci¨®n y la elaboraci¨®n de alimentos a escala local, y estudiar instrumentos de regulaci¨®n o de car¨¢cter voluntario para promover dietas saludables. El amplio alcance de las recomendaciones es indicativo de la cantidad de m¨¦todos con los que se puede promover el ¨¦nfasis nutricional de los sistemas agr¨ªcolas y alimentarios. Sin embargo, la dificultad estriba en determinar cu¨¢les de esos numerosos puntos de partida ser¨¢n m¨¢s eficaces, habida cuenta de las preferencias socioculturales, el ambiente pol¨ªtico y el panorama de pol¨ªticas circundante.
Mientras que los primeros factores enunciados corresponden sin duda a cada pa¨ªs, se est¨¢ fraguando un consenso internacional sobre los ¨¢mbitos de pol¨ªticas con m¨¢s potencial para incidir en la nutrici¨®n. Cabe mencionar los siguientes: pol¨ªticas de producci¨®n agr¨ªcola, estrategias dise?adas para incidir en el poder adquisitivo de los consumidores (por ejemplo, transferencias en efectivo, subsidios al consumo), pol¨ªticas relativas a la transformaci¨®n de los alimentos y la demanda de los consumidores, y pol¨ªticas comerciales y de mercado tales como los aranceles o las prohibiciones a la importaci¨®n (Global Panel on Agriculture and Food Systems for Nutrition, 2014).
De manera general, debe ponerse el ¨¦nfasis en aprovechar los recursos normativos para lograr que haya m¨¢s alimentos variados y nutritivos disponibles y asequibles, con lo que se conseguir¨¢ que los sistemas alimentarios sean m¨¢s sensibles a la nutrici¨®n. En ese proceso tienen mucha importancia las pr¨¢cticas de producci¨®n viables desde el punto de vista ambiental que mejoran la sostenibilidad agr¨ªcola a largo plazo (con los consiguientes efectos positivos en la seguridad alimentaria y la nutrici¨®n).
?
Medir los avances
El ODS 2 abre las puertas a una amplia gama de puntos de partida en materia de pol¨ªticas y programas para mejorar la nutrici¨®n a trav¨¦s de la agricultura. No obstante, en lo que respecta al seguimiento y la evaluaci¨®n de la nutrici¨®n, los par¨¢metros son m¨¢s estrictos. Hasta la fecha, existe un amplio consenso sobre los mejores indicadores para medir la consecuci¨®n de los resultados m¨¢s importantes sobre nutrici¨®n. Se trata de un conjunto recomendado por el Comit¨¦ Permanente de Nutrici¨®n de las Naciones Unidas (UNSCN) que comprende el retraso en el crecimiento, la emaciaci¨®n, el sobrepeso, la lactancia materna exclusiva, el peso bajo al nacer y la prevalencia de la anemia entre las mujeres en edad reproductiva. Esos indicadores se utilizan para evaluar el avance hacia las metas de nutrici¨®n mundiales de la Asamblea Mundial de la Salud y para estimar el porcentaje del presupuesto nacional asignado a la nutrici¨®n (UNSCN, 2014).
Se est¨¢ promoviendo la inclusi¨®n de todos esos indicadores en el ODS 2. Entre el conjunto de indicadores nutricionales acordado por el UNSCN figura la diversidad alimentaria m¨ªnima en la mujer (MDD-W), que se define como el porcentaje de mujeres entre 15 y 49 a?os que consumen por lo menos cinco de los diez grupos de alimentos definidos (FANTA/FAO, 2014). En la actualidad, este indicador es la ¨²nica opci¨®n validada para evaluar la calidad de la dieta adulta individual. Es una medida indirecta de la suficiencia de micronutrientes en la dieta de las mujeres en edad reproductiva. Las mujeres que consumen por lo menos cinco de los diez grupos de alimentos tienen m¨¢s posibilidades de satisfacer sus necesidades de micronutrientes que las que consumen alimentos de menos grupos. El indicador MDD-W es un indicador clave que vincula todos los componentes del ODS 2 recalcando la calidad nutricional de la ingesta y poniendo a la vez de relieve la importancia de la agricultura para promover la buena salud (UNSCN, 2014).
Es importante se?alar que, en general, la elaboraci¨®n y validaci¨®n de indicadores basados en los alimentos se ha quedado ostensiblemente a la zaga de otros tipos de medici¨®n relacionados con la nutrici¨®n. La mayor¨ªa de esos indicadores no han cambiado en lo esencial desde la d¨¦cada de 1970; siguen midiendo la disponibilidad y el acceso a las calor¨ªas (Herforth, 2015), lo que refleja la visi¨®n reduccionista de la seguridad alimentaria que se mencion¨® m¨¢s arriba. Es imprescindible aumentar la demanda y la disponibilidad de indicadores sobre la idoneidad de la dieta, comparables a escala mundial y recopilados de forma rutinaria, a fin de que los sistemas agr¨ªcolas y alimentarios se atengan a unos est¨¢ndares m¨¢s exigentes y m¨¢s centrados en la salud. En este sentido, el ODS 2 ofrece enormes posibilidades.
?
?
Referencias
?
Comit¨¦ Permanente de Nutrici¨®n de las Naciones Unidas, Indicadores de nutrici¨®n prioritarios para los Objetivos de Desarrollo Sostenible posteriores a 2015. Informe de pol¨ªtica. Ginebra. Disponible en .
Global Panel on Agriculture and Food Systems for Nutrition (2014). How Can Agriculture and Food System Policies Improve Nutrition? Technical Brief, November 2014. Londres. Disponible en: .
Herforth, Anna (2015). (En prensa) ¡°Access to Adequate Nutritious Food: New Indicators to Track Progress and Inform Action¡±. En The Fight against Hunger and Malnutrition: The Role of Food, Agriculture, and Targeted Policies, David E. Sahn, ed. Oxford University Press.
Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (2013). El estado mundial de la agricultura y la alimentaci¨®n 2013: sistemas alimentarios para una mejor nutrici¨®n. Roma. Disponible en .
Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura, y Asistencia T¨¦cnica sobre Alimentos y Nutrici¨®n (FANTA) (2014). Introducing the Minimum Dietary Diversity¨CWomen (MDD-W): Global Dietary Diversity Indicator for Women, July 15¨C16, 2014. Washington D.C. Disponible en .
Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura y Organizaci¨®n Mundial de la Salud (2014). Declaraci¨®n de Roma sobre la Nutrici¨®n. Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrici¨®n, Roma, 19 a 21 de noviembre de 2014. Disponible en .
Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura y Organizaci¨®n Mundial de la Salud (2014). Marco de Acci¨®n. Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrici¨®n, Roma, 19 a 21 de noviembre de 2014. Disponible en .
?
La Cr¨®nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as¨ª como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art¨ªculos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci¨®n por parte de las Naciones Unidas.?