51³Ô¹Ï

Objetivo 5

Lograr la igualdad de g¨¦nero y empoderar a todas las mujeres y las ni?as

?

En un documento titulado ¡°No Empowerment without Rights, No Rights without Politics¡± (¡°no hay empoderamiento sin derechos, no hay derechos sin pol¨ªtica¡±) que se redact¨® para un proyecto de evaluaci¨®n de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), se?alamos que ¡°... los avances hacia la igualdad de g¨¦nero y el empoderamiento de las mujeres en la agenda para el desarrollo requieren un enfoque basado en los derechos humanos, y requieren apoyo para que el movimiento de mujeres active e impulse la agenda. En el tercer ODM no aparece ninguna de las dos cosas. El empoderamiento requiere capacidad de actuar en varias dimensiones: sexual, reproductiva, econ¨®mica, jur¨ªdica y relativa a las pol¨ªticas. Sin embargo, en el tercer ODM se enmarca el empoderamiento de las mujeres en la reducci¨®n de las desigualdades educativas. Al omitir otros derechos y no reconocer los m¨²ltiples derechos humanos interdependientes e indivisibles de las mujeres, se distorsiona el objetivo del empoderamiento y se compartimenta el desarrollo ...¡±.

Tambi¨¦n se?alamos la funci¨®n de las ¡°organizaciones de mujeres ¡­ [como] agentes clave para abrirse camino entre esas distorsiones y compartimentos a todos los niveles que, por tanto, son esenciales para llevar adelante la agenda de la igualdad de g¨¦nero. Sin embargo, las pol¨ªticas que gobiernan el establecimiento de agendas tambi¨¦n influyen en las prioridades de financiaci¨®n, de manera que el apoyo financiero para las organizaciones de mujeres y para proyectos sustantivos de empoderamiento de las mujeres es limitado¡± (Sen y Mukherjee, 2014, p¨¢g. 188).

Muchas cosas han cambiado desde que se formularon los ODM, poco despu¨¦s de la Declaraci¨®n del Milenio del a?o 2000. ?O quiz¨¢ no tantas? Es indudablemente cierto que, en comparaci¨®n con la formulaci¨®n de los ODM, el proceso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ha sido m¨¢s abierto e inclusivo, impulsado por los Estados Miembros de las Naciones Unidas, y ha generado un debate amplio e intenso. Y aun as¨ª, en lo que a justicia de g¨¦nero se refiere, los objetivos tienen un parecido inquietante. El tercer ODM se compromet¨ªa a ¡°Promover la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer¡±; mientras que en el ODS 5 (seg¨²n lo acordado hasta el momento a trav¨¦s del proceso del Grupo de Trabajo Abierto de la Asamblea General) (Naciones Unidas, 2014) se insta a ¡°Lograr la igualdad de g¨¦nero y empoderar a todas las mujeres y las ni?as¡±. Ahora bien, dos importantes diferencias a este nivel son la inclusi¨®n expl¨ªcita de las ni?as y de la palabra ¡°todas¡±, que se puede utilizar para abordar los problemas que afectan a las m¨¢s marginadas y oprimidas. En el nivel de las metas que incluye el objetivo surgen m¨¢s diferencias: mientras que el tercer ODM tiene una ¨²nica meta centrada en la educaci¨®n, el ODS 5 propone un conjunto de metas para poner fin a la discriminaci¨®n, la violencia y las pr¨¢cticas nocivas; reconocer y valorar los cuidados no remunerados; asegurar la participaci¨®n plena y la igualdad de oportunidades de liderazgo en la toma de decisiones; y asegurar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos. Queda por ver c¨®mo se traducir¨¢n en indicadores el ODS 5 y sus metas propuestas, y si esos indicadores ser¨¢n efectivos y se podr¨¢n utilizar para el proceso de supervisi¨®n (cuando se pongan a prueba).

No obstante, pese a los avances logrados en los ODM, sigue habiendo una limitaci¨®n preocupante en el ODS 5: la falta de un claro reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres y las ni?as. Este art¨ªculo se redacta poco despu¨¦s de haberse librado una amarga batalla por la afirmaci¨®n de los derechos humanos de las mujeres y el papel de las defensoras de los derechos humanos y los defensores de los derechos de las mujeres en el per¨ªodo de sesiones de este a?o de la Comisi¨®n de la Condici¨®n Jur¨ªdica y Social de la Mujer (CSW) de las Naciones Unidas. Lo que ocurre en la Comisi¨®n es importante porque se trata de una instituci¨®n que se cre¨® para examinar y supervisar, y porque se encuentra bajo los auspicios de ONU-Mujeres, que ser¨¢ el principal instrumento operacional para la consecuci¨®n del ODS 5.

En la Declaraci¨®n pol¨ªtica de la CSW (Naciones Unidas, 2015), que es el principal resultado del per¨ªodo de sesiones, los derechos humanos aparecen primeramente en un p¨¢rrafo introductorio; una segunda vez en el p¨¢rrafo 2, donde se reconoce que la aplicaci¨®n de la Declaraci¨®n y Plataforma de Acci¨®n de Beijing y la Convenci¨®n sobre la Eliminaci¨®n de Todas las Formas de Discriminaci¨®n contra la Mujer se refuerzan mutuamente para el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres y las ni?as; y de nuevo en el p¨¢rrafo 5, donde se indica que los derechos humanos de las mujeres son una de las 12 esferas de especial preocupaci¨®n (de la Declaraci¨®n y Plataforma de Acci¨®n de Beijing). El intento de que los derechos humanos fueran el hilo conductor de todo el documento no prosper¨®, pero tampoco el intento de eliminar todas las menciones. No obstante, en el principal p¨¢rrafo dispositivo (p¨¢rr. 6), en el que los gobiernos se comprometen a adoptar medidas, no hay ninguna referencia expl¨ªcita a los derechos humanos, ni tampoco en ning¨²n otro p¨¢rrafo.

El acuerdo para incluir las limitadas menciones a los derechos humanos en la Declaraci¨®n pol¨ªtica solo se logr¨® tras largas negociaciones en las que se combatieron alegaciones tales como las de un Estado observador seg¨²n el cual los derechos de las mujeres no eran m¨¢s que una de las 12 esferas de la Declaraci¨®n y Plataforma de Acci¨®n de Beijing y no merec¨ªan una menci¨®n especial. El hecho de que los derechos humanos de las mujeres y las ni?as deban ser motivo de disputa 15 a?os despu¨¦s de la Declaraci¨®n del Milenio y 20 a?os despu¨¦s de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer es producto del rechazo. Este rechazo trata de neutralizar los avances y los cambios muy reales en las normas y los marcos para el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres que acordaron por consenso los Estados Miembros durante las conferencias de las Naciones Unidas (en Viena, El Cairo y Beijing) en la d¨¦cada de 1990. Si bien la financiaci¨®n para poner en pr¨¢ctica esas normas y marcos ha sido lamentablemente insuficiente, como se?alan Sen y Mukherjee en sus art¨ªculos, es esencial que se hayan establecido las normas.

Los derechos humanos son motivo de disputa porque, a diferencia de las pol¨ªticas y los programas, suelen ser m¨¢s claramente justiciables y pueden utilizarse para que los gobiernos y otras entidades respondan de sus actos u omisiones. El rechazo a los derechos humanos de las mujeres ha estado liderado por Estados Miembros (y Estados observadores) de las Naciones Unidas con malos antecedentes en materia de discriminaci¨®n contra la mujer, as¨ª como de leyes, pol¨ªticas y pr¨¢cticas que sustentan la desigualdad de g¨¦nero en una amplia gama de cuestiones. Un recordatorio elocuente de qui¨¦nes son los principales patrocinadores del rechazo fue la negativa a reconocer en la Declaraci¨®n pol¨ªtica el papel fundamental de las defensoras de los derechos humanos y los defensores de los derechos de la mujer que arriesgan su libertad y su vida con frecuencia para proteger y promover los derechos humanos de las ni?as y las mujeres en situaci¨®n de riesgo. Sin embargo, la falta no es solo de ellos. La negativa de otros Estados Miembros a reconocer que los derechos econ¨®micos, sociales y culturales est¨¢n interrelacionados y son inseparables de los derechos civiles y pol¨ªticos tambi¨¦n representa un serio desaf¨ªo para avanzar hacia el cumplimiento del ODS 5.

Por ¨²ltimo, tambi¨¦n hay que preguntarse: ?d¨®nde est¨¢ el meollo? Cada ODS (como se indica en el informe del Grupo de Trabajo Abierto) va acompa?ado de las metas y los medios de implementaci¨®n. En los vinculados al ODS 5 se mencionan las reformas jur¨ªdicas y la tecnolog¨ªa (5.a, 5.b y 5.c), pero no se hace referencia a la financiaci¨®n. Teniendo en cuenta que la principal deficiencia en el cumplimiento del tercer ODM fue la escasez de recursos financieros, la dificultad de financiar el ODS 5 seguir¨¢ representando un obst¨¢culo fundamental mientras no pase a ser un asunto central de sus medios de implementaci¨®n.

?

Referencias

Fukuda-Parr, Sakiko, Alicia Ely Yamin y Joshua Greenstein (2014). ¡°The Power of Numbers: A Critical Review of Millennium Development Goal Targets for Human Development and Human Rights¡±. Journal of Human Development and Capabilities, vol. 15, n¨²ms. 2 y 3, p¨¢gs. 105 a 117.

Naciones Unidas, Consejo Econ¨®mico y Social (2015), Comisi¨®n de la Condici¨®n Jur¨ªdica y Social de la Mujer, Declaraci¨®n pol¨ªtica con ocasi¨®n del vig¨¦simo aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, 5 de marzo de 2015 (E/CN.6/2015/L.1).

Naciones Unidas, Informe del Grupo de Trabajo Abierto de la Asamblea General sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, 12 de agosto de 2014 (). Se puede consultar en: .

Sen, Gita y Avanti Mukherjee (2014). ¡°No Empowerment without Rights, No Rights without Politics: Gender-equality, MDGs and the post-2015 Development Agenda¡±. Journal of Human Development and Capabilities, vol. 15, n¨²ms. 2 y 3, p¨¢gs. 188 a 202.