1 septiembre 2007

Actualmente, tanto en el sistema universal como en el sistema interamericano de protecci車n de derechos humanos, existen instrumentos que enfatizan la obligaci車n de los Estados de garantizar el respeto de los derechos de todos los seres humanos, sin distinci車n alguna de raza, g谷nero, religi車n o posici車n pol赤tica. No obstante y pese a que se cuenta con un considerable acervo de tratados, declaraciones y convenciones que salvaguardan esa igualdad de jure, 谷sta a迆n no se traduce en una efectiva igualdad de facto. Y es que, en nuestro criterio, existe una relaci車n indivisible de la pobreza como causa y efecto de violaci車n de los derechos de las personas, que debe ser abordada si se quiere conseguir esa igualdad de facto de modo que los grupos y personas excluidas puedan reclamar sus derechos ante los Estados y obtener respuestas prontas, adecuadas y a un costo razonable para una expansi車n del bienestar que llegue hasta las bases de la sociedad.

Propiamente en nuestro subcontinente, si bien se ha avanzado desde la 谷poca del autoritarismo y las flagrantes violaciones contra la vida y la libertad de la d谷cada de los ochenta, basando hoy la mayor赤a de los pa赤ses del hemisferio sus relaciones pol赤ticas en el modelo de democracia representativa y en el plano econ車mico en las fuerzas de mercado-- que son las que definen la asignaci車n de recursos --la pobreza y exclusi車n social son todav赤a extensas, generando un alto grado de inseguridad econ車mica y expectativas desesperanzadoras para vastos segmentos de la poblaci車n, porque si bien se ha logrado un crecimiento econ車mico de 4,5% en promedio en el periodo 2003-2006, marcando un desempe?o excepcional en los 迆ltimos 25 a?os, y a pesar de que la tasa de la pobreza, de acuerdo a la Comisi車n Econ車mica para Am谷rica Latina (CEPAL), ha descendido ligeramente por primera vez bajo el nivel de 1980, pasando de 40,5% de la poblaci車n en ese a?o a 39,8% en el 2005, esta misma instituci車n se?ala (Panorama Social de Am谷rica Latina 2006) que: ". los alentadores progresos recientes en la materia no deben hacer olvidar que los niveles de pobreza siguen siendo muy elevados, y la regi車n todav赤a tiene por delante una tarea de gran magnitud". A lo que a?ade que: "Una de las caracter赤sticas m芍s sobresalientes de Am谷rica Latina ha sido hist車ricamente la acentuada inequidad de la distribuci車n del ingreso, as赤 como su falta de flexibilidad ante el cambio. Esta desigualdad no solamente excede a la de otras regiones del mundo, sino que adem芍s se mantuvo invariable durante la d谷cada de 1990 e incluso empeor車 a comienzos de la presente d谷cada ".

Entendemos como exclusi車n social los procesos sociales de discriminaci車n de grupos humanos por razones de sexo, etnia, religi車n, convicciones pol赤ticas o ideol車gicas, origen social o condici車n socioecon車mica y las pr芍cticas que no respetan las diferencias ni valoran la diversidad. Las personas y colectividades excluidas est芍n en condiciones de desventaja respecto del resto de la poblaci車n de una manera distinta. En primer lugar, se les deja por fuera de aspiraciones leg赤timas a las que tienen derecho: un nivel de vida adecuado y una inserci車n laboral y social; al no lograrse estas condiciones, se les excluye del modo de vida esperado en sociedades democr芍ticas, con ejercicio de los derechos humanos, sin distinci車n entre los civiles y pol赤ticos y los sociales, culturales, laborales y econ車micos. Son seres humanos y colectividades que, por estas razones, no llegan a ser consideradas como miembros de pleno derecho de la sociedad.

En Latinoam谷rica y el Caribe, el racismo y la discriminaci車n tienen caracter赤sticas hist車ricas, econ車micas, sociales y culturales, que han mantenido a grupos espec赤ficos, entre estos los pueblos ind赤genas, afrodescendientes y mujeres, en condiciones de marginalidad, exclusi車n y pobreza extrema. En ese sentido, la discriminaci車n es un delito no s車lo porque es una conducta contraria a la normativa internacional, sino porque allana el terreno para que se violen sus derechos humanos fundamentales . Igualmente, cuando 谷sta se funda en prejuicios de raza, identidad 谷tnica, nacionalidad o cultura, afecta adem芍s a sujetos colectivos (pueblos y comunidades) que tienen derechos en tanto colectividades, inherentes a su identidad y a su cultura, pero que no siempre cuentan con un estatus jur赤dico o pol赤tico (una ciudadan赤a particular) que les permita defenderse y reclamar. Y las situaciones se agravan, a迆n m芍s, cuando las poblaciones discriminadas se encuentran en condiciones de especial vulnerabilidad, como sucede, e.g., con la poblaci車n penitenciaria.

La mayor赤a de las v赤ctimas de la discriminaci車n racial en la regi車n son colectividades (y miembros de comunidades) con identidades particulares, que se desarrollan a partir de ejes como la etnicidad, la cultura, la nacionalidad, la lengua y el territorio, teniendo en com迆n el hecho de presentarse y ser percibidos como diferentes respecto de otra identidad dominante, entendida como nacional . Quienes persisten en ser diferentes y reclaman ser tratados como tales, son estigmatizados de muy diversas maneras, entre las cuales la atribuci車n de una raza como estereotipo y de un conjunto de prejuicios que les desvaloriza es un recurso todav赤a presente. En esta condici車n, la discriminaci車n se basa en la negaci車n del derecho a la diferencia y, por tanto, del car芍cter diverso (multi谷tnico, multicultural) del conjunto de la sociedad y del Estado.

Recientemente, Louise Arbour, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, expresaba: "Junto a la pobreza, la discriminaci車n constituye otra fuente recurrente de inhabilitaci車n y de negaci車n de derechos, libertad y dignidad . y, a pesar de los numerosos esfuerzos de la comunidad internacional, el racismo y las pr芍cticas racistas contin迆an produci谷ndose de manera sutil, viciosa e insidiosa, estando presentes en la vida cotidiana a trav谷s de una variedad de maneras de socializaci車n". Igualmente, el Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Ban Ki-moon, se ha referido tambi谷n a la discriminaci車n racial como un peligroso obst芍culo al desarrollo nacional.

Sin embargo, es preciso destacar algunos de los avances globales logrados a la fecha. La Conferencia Preparatoria de las Am谷ricas (Santiago de Chile, 2000) fue significativa porque los Estados de la regi車n reconocieron que la identidad de las Am谷ricas no puede disociarse de su car芍cter multirracial, pluri谷tnico, multicultural, multiling邦e y pluralista y que esta diversidad social constituye un aporte a la convivencia humana y a la construcci車n de culturas de respeto mutuo y de sistemas pol赤ticos democr芍ticos; asimismo, por vez primera reconocieron la existencia de la discriminaci車n institucionalizada y posibles reparaciones por los sufrimientos y da?os causados por 谷sta. De igual manera, la Conferencia Mundial de Durban, con su Declaraci車n y Plan de Acci車n, ha contribuido a que en algunos pa赤ses de la regi車n se establezcan distintas instancias estatales para poner en ejecuci車n sus recomendaciones.

En julio de 2006 se realiz車 en Brasil la Conferencia Regional de las Am谷ricas contra el Racismo, la Discriminaci車n Racial, la Xenofobia y Formas Conexas de Intolerancia, como un foro que reuni車 tanto a la sociedad civil como a gobiernos e instituciones internacionales, con el acompa?amiento de la ONU y, especialmente, de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, con el fin de fomentar el di芍logo sobre los avances y desaf赤os en el cumplimiento del Plan de Acci車n de la Conferencia de Durban. La discusi車n gir車 en torno a: i) la necesidad de dar nuevo impulso a la implementaci車n de los compromisos de Estado adquiridos en las Declaraciones y Planes de Acci車n de las Conferencias de Santiago (2000) y Durban (2001), entendiendo que sus contenidos y acuerdos constituyen un avance sustantivo en la lucha contra el racismo, la discriminaci車n racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia, especialmente en el reconocimiento de los derechos de las v赤ctimas de la esclavitud y del colonialismo o v赤ctimas de discriminaci車n m迆ltiple o agravada; ii) la necesidad de que el Sistema de Naciones Unidas, retome los acuerdos alcanzados en Durban, en un proceso valorativo semejante al que ha tenido lugar en el caso de todas las restantes conferencias y Cumbres Internacionales; iii) igual tratamiento por parte de la OEA y de los organismos multilaterales subregionales; iv) la necesidad de elaborar un "赤ndice de igualdad racial" internacional que permita la adecuaci車n, estandarizaci車n y regulaci車n del examen de las formas actuales de discriminaci車n y racismo, su cuantificaci車n, la formulaci車n de indicadores y la implementaci車n de medidas especificas para su modificaci車n; v) la adecuaci車n de los "Objetivos del Milenio" a los prop車sitos establecidos por la Conferencia de las Am谷ricas y la Conferencia de Durban, para que las Metas del Milenio se apliquen como referencia para medir los procesos realzados en el desarrollo pol赤tico, econ車mico y social de los pueblos y poblaciones afrodescendientes e ind赤genas; vi) que se concluya y adopte una Convenci車n Interamericana contra el Racismo y la Discriminaci車n; vii) que se incremente el apoyo t谷cnico y financiero de los gobiernos y las agencias internacionales para la implementaci車n de los planes de acci車n, la generaci車n de indicadores y el cumplimiento de las Metas del Milenio, as赤 como promover y fortalecer los organismos estatales de promoci車n de equidad 谷tnica y racial en la regi車n .

Por las razones anteriormente indicadas, es evidente que la erradicaci車n de la discriminaci車n requiere, entre las medidas m芍s importantes e inmediatas, del desarrollo de una pol赤tica de Estado que, a la misma vez, combata el racismo y la discriminaci車n racial y promueva la diversidad como una condici車n del desarrollo con equidad y de la plena vigencia de los derechos humanos. Dicha pol赤tica es particularmente importante en los 芍mbitos de la educaci車n en derechos humanos, el acceso a la justicia, la participaci車n pol赤tica de la poblaci車n afrodescendiente y el goce de los derechos econ車micos, sociales y culturales. Asimismo, es pertinente desarrollar un conjunto de indicadores que permita examinar con objetividad el grado en el cual las pol赤ticas p迆blicas cumplen esta doble funci車n, establecer mecanismos de monitoreo de sus avances, e identificar los d谷ficit que requieren un mayor esfuerzo, tal y como la estrategia de trabajo del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH), particularmente a partir del a?o 2000 . El 谷nfasis de esta estrategia est芍 basado en la necesidad de subsanar las insuficiencias de la democracia en la regi車n, sin abandonar la concepci車n sobre la integralidad de los derechos fundamentales y la necesidad de trabajar con un enfoque multidisciplinario. La aplicaci車n de las perspectivas transversales ya se?aladas significa el reconocimiento de la realidad regional y la oficializaci車n de una postura que, desde hace varios a?os, permea las diferentes iniciativas surgidas en el seno del IIDH, a partir del principio rector de fortalecer la universalidad desde la especificidad y promover la igualdad desde la diversidad.

Notas

1. Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) manifiesta que: "Los pa赤ses de Am谷rica Latina y el Caribe tienen uno de los 赤ndices de inequidad m芍s altos del mundo en desarrollo. Es una regi車n donde los ingresos, recursos y oportunidades, sistem芍tica y en forma desproporcionada, se concentran en un segmento de la poblaci車n, en las elites de la sociedad. Durante mucho tiempo, la pobreza y la degradaci車n social que resultan de la inequidad de la regi車n se consideraron problemas meramente econ車micos. S車lo en los 迆ltimos a?os se le ha dado mayor atenci車n y an芍lisis a una compleja serie de pr芍cticas sociales, econ車micas y culturales que resultan en exclusi車n social: en el acceso limitado a los beneficios del desarrollo a ciertas poblaciones con base en su raza, etnia, g谷nero y/o capacidades f赤sicas". (BID, Sobre la exclusi車n social: declaraci車n de la Misi車n, 2003).

2. La incidencia entre el racismo y la discriminaci車n racial, entendida como la privaci車n de derechos humanos por ocasi車n o motivo de raza o etnicidad (e incluso por otros motivos semejantes), puede apreciarse en el caso recientemente resuelto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, conocido como "Yean y Bosico" que aborda un aspecto de la situaci車n que viven muchos haitianos y dominicanos de origen haitiano, en Rep迆blica Dominicana. El caso pone de manifiesto la privaci車n del derecho a la nacionalidad, al nombre y a la personalidad jur赤dica, y como tales afectaciones repercuten posteriormente en el acceso de las ni?as en el sistema educativo formal (Vid. Corte Interamericana de Derechos Humanos, Ni?as Yean y Bosico v. Rep迆blica Dominicana, Serie C No. 130, p芍rrs. 125-207).

3. Nuevamente la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha tenido la posibilidad de abordar la situaci車n en las que se pretende la limitaci車n de derechos de las personas no pertenecientes al "patr車n dominante". As赤 el caso L車pez ?lvarez, expresamente invoca la situaci車n de privados de libertad de origen gar赤funa, que son privados de la posibilidad de expresarse en su propia lengua (Vid. Corte Interamericana de Derechos Humanos, L車pez ?lvarez v. Honduras, Serie C No. 141, p芍rrs. 160-174).

4. Por ende, se afirma que en nuestra subregi車n la discriminaci車n constituye una pr芍ctica y una conducta perversa mediante la construcci車n de estereotipos y prejuicios independientes de la normatividad, dif赤ciles de perseguir con la justicia y de erradicar de la sociedad; por el contrario, la discriminaci車n es altamente proporcional a la desigualdad, lo cual agrava sus efectos e induce a afirmar que se trata de un mecanismo de marginaci車n econ車mica y pol赤tica.

5. Entre ellas pueden citarse la creaci車n de comisiones gubernamentales para el dise?o y establecimiento de pol赤ticas p迆blicas de combate al racismo y la discriminaci車n racial.

6. Informaci車n complementaria puede obtenerse en:

7. En otro art赤culo desarrollar谷 un conjunto de sugerencias acerca de las medidas de pol赤tica que podr赤an tomar los gobiernos para promover la multiculturalidad en dichos 芍mbitos tem芍ticos, basado en la experiencia acumulada por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos el cual, en 27 a?os de trabajo, y particularmente a partir del 2000, ha consolidado una estrategia de promoci車n activa de los derechos humanos basada en la priorizaci車n de cuatro ejes tem芍ticos y tres perspectivas transversales. Los cuatro ejes tem芍ticos son: educaci車n en derechos humanos, justicia y seguridad, participaci車n pol赤tica y vigencia de los derechos econ車micos, sociales y culturales; las tres perspectivas transversales consisten en la equidad de g谷nero, el reconocimiento y preservaci車n de la diversidad 谷tnica y cultural y fomento de espacios para la participaci車n de la sociedad civil y su interacci車n con el Estado.

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