21 abril 2020

En un peque?o negocio en Asker, las ¨®rdenes de los pedidos cubren las paredes de la sala de reuniones de Sisters in Business. Ruidosas m¨¢quinas de coser y cajas repletas de batas quir¨²rgicas, ocupan la habitaci¨®n principal. 

Las fundadoras de la compa?ia, Sandra Tollefsen y Farzaneh Aghalo, y las mujeres inmigrantes que contrataron, est¨¢n especialmente ocupadas estos d¨ªas. Todas est¨¢n concentrando sus esfuerzos para proporcionar suministros a los trabajadores sanitarios que est¨¢n respondiendo a la crisis de la pandemia de COVID-19 por toda Noruega.

Aghalo y Tollefsen se conocieron en 2007 y abrieron su negocio con la fuerza de mujeres trabajadoras como ellas. Se asociaron con IKEA y el municipio de Asker, y establecieron un taller de costura en una tienda de IKEA y otra en Asker. Los talleres ofrecen a los inmigrantes reci¨¦n llegados una oportunidad para avanzar en sus carreras profesionales. "La mayor¨ªa de estas mujeres tienen muy poca educaci¨®n formal, muy poca experiencia de trabajo y tienen sobre sus espaldas la mayor parte del trabajo de cuidado no remunerado, y las tareas dom¨¦sticas de la casa. Quer¨ªamos hacer algo al respecto", afirma Tollefsen. 

Cuando Noruega impuso medidas estrictas para limitar la propagaci¨®n del COVID-19, muchas compa?¨ªas tuvieron que cerrar. Sisters in Business perdi¨® a sus clientes y acababa de anunciar despedidos cuando recibi¨® un pedido de 100 batas m¨¦dicas. Nunca antes hab¨ªan hecho suministros m¨¦dicos, pero obtuvieron una bata para usar como patr¨®n y desde entonces han estado muy ocupadas. 

¡°Comparo a las mujeres con los soldados en la guerra. Venimos de pa¨ªses devastados por la guerra, as¨ª que esto no es rival para nosotras¡± se r¨ªe Aghalo.

IKEA don¨® dinero para comprar nuevas m¨¢quinas de coser. El municipio de Asker proporcion¨® acceso a instalaciones m¨¢s amplias. Cuando las costureras se quedaron sin botones, los estudiantes se ofrecieron voluntarios para imprimir unos nuevos en 3D. En total, 14 mujeres, la mayor¨ªa de Afganist¨¢n, Algeria, Ir¨¢n, Pakist¨¢n y Somalia, est¨¢n trabajando en "uno de los esfuerzos comunitarios m¨¢s importantes de todos los tiempos", dice Tollefsen. Algunas trabajadoras no saben leer o escribir. "Yo les ayudo a rellenar sus papeles. Saben que aqu¨ª siempre tendr¨¢n ayuda", a?ade Aghalo. "Aqu¨ª, todas somos hermanas".

Trabajadora sonriendo a c¨¢mara frente a su m¨¢quina de coser

A la pregunta de por qu¨¦ no contratan "hermanos", Aghalo explica que sin hombres en el lugar de trabajo, "te puedes sentir libre. No tienes por qu¨¦ llevar el hiyab".

"Mis hijos est¨¢n muy orgullosos", comenta una de las mujeres, Zainab Mohsini. "No solo de m¨ª, sino de todas las mujeres. Me ayudan a llegar al trabajo a la hora. Si puedo ayudar a la sociedad con mi peque?a aguja e hilo, ?por qu¨¦ no deber¨ªa hacerlo?"

El taller, que sigue de cerca las recomendaciones de las autoridades en materia de distanciamiento social, limpieza de equipos y lavado de manos, se ha convertido en una red social de apoyo muy importante para todo el personal.  Es "un negocio familiar", afirman las fundadoras con orgullo.

Noruega ya no tiene una industria textil propia, depende de las importaciones que ahora se han visto expuestas por el COVID-19. Sisters in Business tiene la esperanza de que su trabajo sirva como modelo de capacidad productiva a nivel nacional despu¨¦s de la pandemia. 

"?Imagina cu¨¢nta gente se quedar¨¢ desempleada por culpa del virus!" Tollefsen exclama. "Ahora es cuando de verdad necesitamos dar apoyo a los negocios locales. No podemos volver a hacer las cosas como las sol¨ªamos hacer" 

Este negocio, al proporcionar empleo seguro y sostenible a mujeres inmigrantes, ejemplifica los ideales del Objetivo de Desarrollo Sostenible 8: Trabajo decente y crecimiento econ¨®mico.