La pandemia del COVID-19 est¨¢ causando un sufrimiento humano incalculable y devastaci¨®n econ¨®mica en todo el mundo.
Hace poco ped¨ª un alto el fuego inmediato a escala global para centrarnos en nuestra lucha com¨²n para combatir la pandemia.
Hice un llamamiento en favor del fin de la violencia en todas partes, sin dilaci¨®n.
Pero la violencia no se limita al campo de batalla.
Para muchas mujeres y ni?as, la amenaza es mayor precisamente all¨ª donde deber¨ªan estar m¨¢s seguras.
En sus propios hogares.
As¨ª que hoy hago un nuevo llamamiento a la paz en los hogares de todo el mundo.
Sabemos que los confinamientos y las cuarentenas son esenciales para reducir el COVID-19. Pero pueden hacer que las mujeres se vean atrapadas con parejas abusivas.
En las ¨²ltimas semanas, con el aumento de las presiones econ¨®micas y sociales y del miedo, hemos visto un estremecedor repunte global de la violencia dom¨¦stica.
En algunos pa¨ªses se ha duplicado el n¨²mero de mujeres que llaman a los servicios de asistencia.
Por otra parte, los proveedores de salud y la polic¨ªa est¨¢n desbordados y el personal escasea.
Los grupos locales de apoyo est¨¢n paralizados o carecen de fondos. Algunos centros para v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero est¨¢n cerrados; otros est¨¢n llenos.
Insto a todos los gobiernos a que la prevenci¨®n y la reparaci¨®n en los casos de violencia contra las mujeres sean una parte vital de sus planes nacionales de respuesta contra el COVID-19.
Eso supone aumentar las inversiones en los servicios en l¨ªnea y el apoyo a las organizaciones de la sociedad civil.
Asegurarse de que los sistemas judiciales sigan enjuiciando a los maltratadores.
Crear sistemas de alerta de emergencia en farmacias y supermercados.
Declarar los centros de acogida como servicios esenciales.
Y encontrar formas seguras para que las mujeres puedan buscar apoyo, sin poner sobre aviso a sus maltratadores.
Los derechos y las libertades de las mujeres son esenciales para lograr sociedades fuertes y resilientes.
Juntos podemos y debemos prevenir la violencia en todas partes, de las zonas de guerra a los hogares de las personas, mientras trabajamos para vencer al COVID-19.