14 mayo 2020

13 de mayo de 2020

La salud mental es un elemento central de nuestra condici¨®n humana.

Nos permite vivir una vida plet¨®rica y provechosa y participar en la vida de nuestras comunidades.

Pero el virus del COVID-19 no solo ataca nuestra salud f¨ªsica; tambi¨¦n aumenta el sufrimiento psicol¨®gico.

La aflicci¨®n por la p¨¦rdida de seres queridos, la conmoci¨®n causada por la p¨¦rdida del empleo, el aislamiento y las restricciones a la circulaci¨®n, las dificultades de la din¨¢mica familiar, la incertidumbre y el miedo al futuro.

Los problemas de salud mental, como la depresi¨®n y la ansiedad, son algunas de las mayores causas de sufrimiento en nuestro mundo.

A lo largo de mi vida, y en mi propia familia, he estado cerca de los m¨¦dicos y psiquiatras que tratan esas afecciones. Cuando era primer ministro de mi pa¨ªs, Portugal, y luego como Alto Comisionado para los Refugiados, llegu¨¦ a ser plenamente consciente del sufrimiento que causan. Este sufrimiento suele verse exacerbado por el estigma y la discriminaci¨®n, lo que es absolutamente inaceptable.

Tras decenios de abandono y falta de inversi¨®n en los servicios de salud mental, la pandemia del COVID-19 est¨¢ afectando ahora a las familias y comunidades con un estr¨¦s mental adicional.

Quienes corren un mayor riesgo son los trabajadores sanitarios de primera l¨ªnea, las personas mayores, los adolescentes y los j¨®venes, los que padecen trastornos de salud mental preexistentes y los que est¨¢n atrapados en conflictos y crisis.

Debemos ayudar y acompa?ar a esas personas.

Insto a los gobiernos, la sociedad civil, las autoridades sanitarias y otras entidades a que se re¨²nan urgentemente para abordar la dimensi¨®n de salud mental de esta pandemia.

Incluso cuando la pandemia quede bajo control, el dolor, la ansiedad y la depresi¨®n seguir¨¢n afectando a las personas y las comunidades.

Este es el contexto en que se enmarca el informe de pol¨ªticas sobre el COVID-19 y la salud mental que presentamos hoy.

Los servicios de salud mental son una parte esencial de todas las respuestas gubernamentales al COVID-19, y deben ampliarse y financiarse en su totalidad.

Las pol¨ªticas deben apoyar y atender a las personas afectadas por trastornos de salud mental y prote-ger sus derechos humanos y su dignidad. Los confinamientos y las cuarentenas no deben discriminar a quienes tienen una mala salud mental.

A medida que nos recuperamos de la pandemia, debemos establecer m¨¢s servicios de salud mental a nivel de la comunidad y asegurarnos de que la salud mental se incluya en la cobertura sanitaria univer-sal.

Las Naciones Unidas est¨¢n firmemente comprometidas con la creaci¨®n de un mundo en el que to-dos, en todas partes, puedan recurrir a alguien para obtener apoyo psicol¨®gico.

Insto a los gobiernos, la sociedad civil, las autoridades sanitarias y otras entidades a que se re¨²nan urgentemente para abordar la dimensi¨®n de salud mental de esta pandemia.

Y exhorto en particular a los gobiernos a que anuncien compromisos ambiciosos en materia de salud mental en la venidera Asamblea Mundial de la Salud. 

 

 
 

 

 

Informe de pol¨ªticas: el COVID-19 y la necesidad de actuar en relaci¨®n con la salud mental   [MS Word]