31 octubre 2019

En la ambiciosa Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que fue aprobada por 193 pa赤ses en 2015, no se hace ninguna referencia a la generosidad, la acci車n de dar sin esperar nada a cambio. Si bien puede parecer una omisi車n sorprendente, la Agenda 2030 sigue siendo notable, ya que une a todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas en la lucha por el logro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), no solo a aquellos pa赤ses clasificados tradicionalmente como ※en desarrollo§ o ※menos adelantados§. La Agenda 2030 representa el reconocimiento de que ※estamos todos en el mismo barco§ y de que necesitamos trabajar juntos para construir un mundo mejor.

En muchos sentidos, con la introducci車n de los ODS, hemos empezado a reconocer la gran interdependencia que existe entre todos los seres vivos del planeta y el modo en que las acciones de una persona o un pa赤s pueden afectar a otros que viven a miles de kil車metros de distancia. El cambio clim芍tico es un claro ejemplo de esta interdependencia. Las acciones de un pa赤s pueden desencadenar fen車menos meteorol車gicos extremos como sequ赤as e inundaciones, lo que obstaculiza todos los progresos mundiales hacia la consecuci車n de los ODS.

El grado y la intensidad de la interdependencia entre los distintos ODS y entre los seres vivos en general plantea un dilema moral y conductual. Todos estamos de acuerdo en que vivimos en un planeta con unos recursos finitos. Seg迆n Global Footprint Network, para nuestro nivel de consumo actual se necesitan 1,7 planetas y, para 2030, se necesitar芍n dos Tierras. Con este pasmoso ritmo de consumo, la redistribuci車n de los recursos entre las personas dentro de un mismo pa赤s y entre los distintos pa赤ses es esencial para lograr los ODS.

Esto me lleva a la importancia de la generosidad, que, debido a su car芍cter neurobiol車gico, mejora la felicidad y el bienestar de la persona que da y de la que recibe.

La acci車n de dar es primordial, pero el acto de evitar caer en el hedonismo tambi谷n se puede considerar un acto de generosidad.

Si continuamos con la mentalidad actual, consistente en que debemos aumentar la producci車n para reducir la brecha de la desigualdad, estamos destinados al fracaso. Por el contrario, tenemos que aprender a compartir y asimilar la noci車n de que la riqueza econ車mica por s赤 sola no es la clave de la felicidad. Existen bastantes estudios que demuestran que hay en realidad un ※punto de la felicidad§ a partir del cual cualquier peque?o aumento de la felicidad se ve reducido con cada nuevo d車lar de riqueza material. Esto no se debe confundir con el socialismo ni con el comunismo, sino que es m芍s bien lo que Immanuel Kant denominaba el ※imperativo moral§ de cada persona. La acci車n de dar es primordial, pero el acto de evitar caer en el hedonismo tambi谷n se puede considerar un acto de generosidad.

Es fundamental reconocer que la riqueza econ車mica es realmente importante para entender el bienestar de una forma multidimensional, como argumentaron los economistas Amartya Sen y Joseph Stiglitz, entre muchos otros. Dado que el bienestar es multidimensional y que las personas cuentan con distintos grados de preferencia respecto de las distintas dimensiones del bienestar, la compensaci車n de unos aspectos con otros es una realidad consolidada en la toma de decisiones de nuestro d赤a a d赤a.

Este tipo de decisiones son un poco m芍s complejas en comparaci車n con la propuesta del modelo racional del actual sistema econ車mico neoliberal. En cambio, la toma de decisiones por parte de las personas es altamente irracional, como qued車 claramente demostrado en Las trampas del deseo: C車mo controlar los impulsos irracionales que nos llevan al error (2008), de Dan Ariely, y en Pensar r芍pido, pensar despacio (2011), de Daniel Kahneman. Sin embargo, lo que propongo en este caso es que, aunque percibamos el cerebro emocional como irracional, las 迆ltimas investigaciones neurocient赤ficas indican que desempe?a un papel importante en la toma de decisiones. En caso de que as赤 sea, entonces esta dimensi車n, independientemente de si la calificamos de irracional o de emocional, se podr赤a considerar en realidad como la salvaci車n de la humanidad. No obstante, esto solo ser芍 posible si se entrena el cerebro emocional.

La buena noticia es que las personas son emp芍ticas por naturaleza. Sin embargo, este rasgo natural se ha visto reprimido debido al entorno externo al que estamos sujetos hoy en d赤a. El ritmo de vida vertiginoso, el aumento de la inseguridad laboral, el estr谷s ligado a la necesidad de sobresalir en todo momento y, en los 迆ltimos tiempos, la mayor frecuencia de los fen車menos extremos provocados por el cambio clim芍tico ha mermado nuestra sensibilidad con respecto a los aprietos de los dem芍s. Tenemos que recuperar nuestra tendencia natural hacia la generosidad.

Capacitar a la juventud en la esfera del aprendizaje social y emocional puede ayudar a promover los actos de generosidad. En los 迆ltimos a?os, se ha erigido el aprendizaje social y emocional como un conjunto de competencias (Durlak et al., 2011) a trav谷s del cual las personas reconocen y controlan las emociones, detectan los fines positivos, muestran empat赤a con los dem芍s, adoptan medidas constructivas y promueven la prosperidad humana. Un marco de esta clase, denominado EMC2 (por sus siglas en ingl谷s) (Singh y Duraiappah, 2019), trata de ofrecer capacitaci車n expl赤cita en cuatro competencias, a saber, empat赤a (E), conciencia plena (M), compasi車n (C) y examen cr赤tico (C), a fin de fomentar la generosidad y promover los comportamientos prosociales.

Los miembros de una delegaci車n del Consejo de Seguridad se re迆nen con los refugiados rohiny芍s en el campamento de refugiados de Cox's Bazar (Bangladesh). 29 de abril de 2018. Foto de las Naciones Unidas/Caroline Gluck.

La empat赤a es la capacidad general de reconocer las emociones y conectar con la situaci車n emocional de los dem芍s, por ejemplo, la felicidad, el entusiasmo, la tristeza o el miedo. La empat赤a est芍 integrada de forma natural en el cerebro humano, en la ※red de neuronas espejo§ (Baird et al, 2011), y constituye la base de la estructura social.

La conciencia plena es el autocontrol y el desarrollo de la concienciaci車n, que surge al prestar atenci車n a las experiencias del momento actual (Jon Kabat-Zinn, 2013). Est芍 dise?ada para crear conciencia sobre a) d車nde reside la atenci車n; b) c車mo se experimentan las emociones y los sentimientos en el cuerpo; y c) c車mo pueden influir los pensamientos, las creencias, los valores y las emociones en la capacidad de las personas de prestar atenci車n y controlar las emociones.

La compasi車n, al igual que la generosidad, es la capacidad de adoptar medidas positivas para aliviar el sufrimiento de los dem芍s. Para ello, se requiere una acci車n conductual motivada por la necesidad y el deseo de mejorar el bienestar ajeno, y constituye la base fundamental para promover el comportamiento prosocial.

El examen cr赤tico es la capacidad de cuestionarse y evaluar de manera constante las decisiones, las acciones y los cambios conductuales a trav谷s de la observaci車n, la experiencia, el pensamiento, el razonamiento y el juicio.

Es necesario practicar y experimentar cada una de las competencias del aprendizaje social y emocional para poder aprenderlas; la belleza de este proceso de aprendizaje reside en que aumenta la amabilidad de las personas. Distintas investigaciones revelan que el acto de dar produce en realidad el neurotransmisor de la serotonina responsable de la sensaci車n de bienestar, de manera que aumenta la felicidad (Luks, 1988). Los actos constantes de generosidad ponen en marcha una espiral ascendente de felicidad, invierten la espiral descendente de la depresi車n y reducen los niveles del neurotransmisor negativo del 芍cido 污-aminobut赤rico (GABA) (Esch y Stefano, 2011).

La generosidad, la gran ausente de la Agenda 2030, quiz芍s sea la 迆nica manera de alcanzar nuestros objetivos.

Un llamamiento a la acci車n dirigido a la juventud mundial, para que multiplique y celebre sus actos de bondad, contrarrestar芍 de forma significativa la dosis diaria de noticias e informaciones negativas que recibimos a trav谷s de las plataformas de nuestros medios de comunicaci車n. En muchos sentidos, actuar de un modo generoso es una forma de protestar contra la tendencia actual de perseguir la felicidad aumentado el consumo personal y tratando de conseguir lo m芍ximo posible para uno mismo. La generosidad, la gran ausente de la Agenda 2030, quiz芍s sea la 迆nica manera de alcanzar nuestros objetivos.

Referencias

Baird, A. D., Scheffer, I.? E. y Wilson, S. J. ※Mirror neuron system involvement in empathy: A critical look at the evidence§. Social Neuroscience, vol. 6, n迆m. 4, p芍gs. 327 a 335, (2011). Disponible en: https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/17470919.2010.547085.

Durlak, J. A.,?Weissberg, R. P.,?Dymnicki, A. B,?Taylor, R. D. y Schellinger, K. B. (2011). ※The impact of enhancing students' social and emotional learning: a meta-analysis of school-based universal interventions. Child Dev.?Vol. 82, n迆m. 1, p芍gs. 405 a 432. Disponible en https://casel.org/wp-content/uploads/2016/06/meta-analysis-child-development-1.pdf

Esch, Tobias y George B Stefano. ※The neurobiological link between compassion and love§. Medical science monitor: international medical journal of experimental and clinical research. Vol. 17, n迆m. 3 (2011): RA65-75. doi:10.12659/msm.881441.

Kabat-Zinn, Jon, Full catastrophe living: using the wisdom of your body and mind to face stress, pain, and illness (New York, Bantam Books, 2013).

Luks, Allan, ※Doing Good: Helper's High§, Psychology Today. Vol. 22, n迆m. 10 (1988).

Singh, N., C. y Duraiappah, A.K., (2019) ※EMC2 每 a whole brain framework for social and emotional learning§. Documento de posici車n del Instituto Mahatma Gandhi de Educaci車n para la Paz y el Desarrollo Sostenible (MGIEP) de la Organizaci車n de las Naciones Unidas para la Educaci車n, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

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1 de noviembre de 2019

La Cr車nica ONU no constituye un registro oficial. Las opiniones expresadas por autores individuales, as赤 como las fronteras y los nombres mostrados en las designaciones utilizadas en los mapas o en los art赤culos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci車n de car芍cter oficial por parte de las Naciones Unidas.

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La Cr車nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as赤 como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art赤culos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci車n por parte de las Naciones Unidas.?