A medida que crece la evidencia de una crisis de p¨¦rdida de biodiversidad ampliamente provocada por las actividades humanas, puede parecer que el desarrollo sostenible no puede incluir la conservaci¨®n de la vida silvestre. Pero la labor de la Convenci¨®n sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) y de otros importantes convenios relativos a la vida silvestre y la diversidad biol¨®gica muestra que la implementaci¨®n de un marco global para la conservaci¨®n puede arrojar resultados positivos para el desarrollo humano.
Es justificable pensar que la conservaci¨®n de la vida silvestre, los h¨¢bitats y los ecosistemas, y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas son dif¨ªciles de conciliar.
De hecho, algunos ODS, como el objetivo?14 (vida submarina) o el objetivo?15 (vida terrestre) hacen un llamamiento a la conservaci¨®n de estos ecosistemas y sus componentes. Sin embargo, otros como el objetivo?1 (fin de la pobreza), piden el progreso econ¨®mico de toda la humanidad, lo que inevitablemente exigir¨¢ que hagamos uso de la vida silvestre, incluidos animales como peces y reptiles, as¨ª como productos vegetales, como maderas y plantas medicinales.
Una investigaci¨®n reciente dibuja un terrible panorama del estado de la vida silvestre y la biodiversidad mundiales como resultado de las actividades humanas. El de 2019, publicado por la Plataforma Intergubernamental Cient¨ªfico-Normativa sobre Diversidad Biol¨®gica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en ingl¨¦s), es claro: cerca de un mill¨®n de especies, un cuarto de todas las formas de vida conocidas, podr¨ªan enfrentarse a la extinci¨®n en cuesti¨®n de d¨¦cadas como resultado directo de la sobreexplotaci¨®n humana, el cambio clim¨¢tico y la degradaci¨®n de los h¨¢bitats. El tambi¨¦n sit¨²a la p¨¦rdida de diversidad biol¨®gica y el colapso de los ecosistemas entre las cinco principales amenazas a que se enfrentar¨¢ la humanidad en los pr¨®ximos diez a?os.
Desde tiempos inmemoriales, las sociedades y las econom¨ªas humanas han dependido de la diversidad biol¨®gica de manera fundamental. Por ejemplo, gente de todo el mundo utiliza innumerables especies de la fauna y la flora silvestres en su d¨ªa a d¨ªa como alimento o para la fabricaci¨®n de productos sanitarios, muebles, viviendas, souvenirs, cosm¨¦ticos y ropa.
Las Partes de la Convenci¨®n sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres () son conscientes de la importancia de garantizar que el uso de la vida silvestre para el comercio internacional sea sostenible, legal y rastreable por el bien de las personas, la prosperidad y el planeta.
Mediante la implicaci¨®n cooperativa de gobiernos, organizaciones internacionales, grupos de la sociedad civil local e internacional, comunidades y actores del sector privado, se ha creado un marco en el que el uso regulado de la vida silvestre y sus h¨¢bitats respalda tanto la conservaci¨®n como el bienestar humano, contribuyendo as¨ª al logro de los ODS, en particular los objetivos 1, 14 y 15, e incluso el objetivo 12 (garantizar modalidades de consumo y producci¨®n sostenibles).
Conectar la conservaci¨®n, los medios de sustento sostenibles y las econom¨ªas nacionales
La CITES es el acuerdo medioambiental multilateral m¨¢s antiguo en lo que respecta a su fecha de entrada en vigor. ?Junto con otras convenciones relacionadas con la diversidad biol¨®gica, como la Convenci¨®n de Ramsar sobre los Humedales, el Convenio sobre la Diversidad Biol¨®gica (CDB) o la Convenci¨®n sobre la Conservaci¨®n de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CEM), por nombrar algunas, la CITES ha servido para unir a los gobiernos en la creaci¨®n de un marco global de la biodiversidad que fortalece las labores de conservaci¨®n tanto de especies y sus h¨¢bitats, como de los ecosistemas m¨¢s amplios. Otros actores, como organizaciones internacionales, ONG, industria y universidad, tambi¨¦n participan como observadores y socios en el trabajo de la Convenci¨®n.
El objetivo del acuerdo es garantizar que el comercio internacional de animales y plantas silvestres no amenaza su supervivencia. Las Partes de la Convenci¨®n se esfuerzan por que el comercio internacional de fauna y flora silvestres sea sostenible, legal y rastreable, de forma que pueda contribuir a la salud del planeta, a los medios de sustento de las comunidades que conviven con la vida silvestre y a las econom¨ªas nacionales para un desarrollo sostenible.
La CITES constituye una de las herramientas m¨¢s potentes del mundo para la conservaci¨®n de la vida silvestre mediante la regulaci¨®n del comercio internacional. Las 183?Partes en la Convenci¨®n (182?Estados y la Uni¨®n Europea) contemplan la conservaci¨®n como un pilar fundamental a la hora de regular el comercio de aproximadamente 37.000?especies de flora y fauna silvestres.
La implementaci¨®n de la Convenci¨®n por las Partes, con el apoyo de las autoridades locales y la participaci¨®n de organizaciones internacionales, ONG, comunidades, sociedad civil y algunas empresas, se ha traducido en programas que han impulsado el surgimiento de oportunidades de medios de sustento sostenibles como parte de la labor de fortalecimiento de la conservaci¨®n de especies amenazadas.
Efectos locales de un marco global
Un ejemplo de ello se refiere a la , una especie animal end¨¦mica de las tierras altas de los Andes sudamericanos. Las vicu?as, apreciadas por la alta calidad de la fibra de su lana, fueron explotadas hasta casi la extinci¨®n antes de ser incluidas en la lista del de la Convenci¨®n CITES en 1975, con lo que se prohibi¨® su comercio internacional. En consecuencia, las poblaciones nacionales de vicu?as se recuperaron y, desde entonces, varias subespecies han pasado al ´¡±è¨¦²Ô»å¾±³¦±ð?±õI de la CITES, que permite reanudar un comercio regulado.
Desde 2007, con las regulaciones de la CITES a¨²n en vigor, el Gobierno de Bolivia desarroll¨® un programa de esquila de fibra de vicu?a en estrecha consulta con las comunidades locales, que result¨® en un sector que en 2019 ya representaba aproximadamente el 20?% de las exportaciones del pa¨ªs, con lo que se logr¨® empoderar a las poblaciones locales. Aunque a¨²n existe la caza furtiva de vicu?as, los datos apuntan a que su conservaci¨®n ha sido exitosa: las poblaciones han pasado de unos 3.000?animales en 1969 a m¨¢s de 160.000?en 2018, y la especie ahora se incluye entre las de "preocupaci¨®n menor" de la Lista Roja de la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza y de los Recursos Naturales (UICN).
Las investigaciones llevadas a cabo por las Partes y socios de la CITES han puesto de manifiesto en repetidas ocasiones que la ejecuci¨®n de un marco global de comercio regulado, de la mano de labores gubernamentales por empoderar a las comunidades de la zona y de los pa¨ªses de tr¨¢nsito, impulsa la conservaci¨®n de especies de tierra, mar y aire. Ya sea la rentable pero controlada captura de por parte de grupos abor¨ªgenes de los Territorios del Norte de Australia, la cosecha sostenible de o el sistema preferencial de cupos para brasile?os ind¨ªgenas dependientes de la pesca del , los esfuerzos cooperativos por implementar el marco CITES para la conservaci¨®n de la vida silvestre frecuentemente han dado sus frutos tanto para las especies animales y vegetales, como para los pueblos que dependen de ellos.
Fomento de la cooperaci¨®n continua y el cambio transformador
Este a?o, los Estados miembros de la CITES, organizaciones multilaterales, ONG y entidades implicadas en la conservaci¨®n y el uso sostenible de la biodiversidad llevar¨¢n a cabo acciones de concienciaci¨®n sobre la importancia de la diversidad biol¨®gica y sus componentes con motivo del "supera?o de la biodiversidad". Importantes eventos y conferencias en todo el mundo situar¨¢n la biodiversidad y los desaf¨ªos que plantea detener su p¨¦rdida al frente de la agenda del desarrollo sostenible.
Dada la gravedad de la actual crisis de p¨¦rdida de biodiversidad, estos esfuerzos est¨¢n orientados a la adopci¨®n de un marco global de la biodiversidad ambicioso y transformador que vaya alineado con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible. En la Conferencia de las Partes de 2019 se adopt¨® la , que posiciona la Convenci¨®n como l¨ªder de la promoci¨®n del cambio transformador, la sostenibilidad medioambiental, econ¨®mica y social y el logro de los ODS. La secretar¨ªa de la CITES sacar¨¢ a la palestra esta visi¨®n el 3 de marzo, el D¨ªa Mundial de la Vida Silvestre.
Este D¨ªa fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2013 como celebraci¨®n anual de la flora y la fauna silvestres del mundo, con la Secretar¨ªa de las Naciones Unidas como su principal facilitador. Cada a?o se organizan eventos de alto nivel en la Sede de las Naciones Unidas de Nueva York y Ginebra en torno a un tema principal. En 2020, el lema "Garantizar el sostenimiento de la vida en la tierra" abarca todas las especies animales y vegetales silvestres como componentes clave de la diversidad biol¨®gica del mundo. Con la ayuda de socios fundamentales, como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el CDB, la secretar¨ªa de la CITES resaltar¨¢ el lugar especial que ocupa la vida silvestre en la biodiversidad mundial y su inmenso valor para la humanidad.
Movilizando a partes interesadas p¨²blicas y privadas, redoblaremos nuestro llamamiento a todos los actores en este D¨ªa Mundial de la Vida Silvestre de 2020 para que trabajemos juntos por la eliminaci¨®n de las amenazas a la biodiversidad y por el impulso de la conservaci¨®n de la vida silvestre, a la vez que beneficiamos a todos aquellos que dependen de la fauna y la flora silvestres para sus medios de sustento y apoyamos el desarrollo sostenible.
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