13 de junio 2023

Las mujeres influyen de forma decisiva en la salud de la tierra.  Sus manos han moldeado y cuidado la vida en nuestro planeta. Sin embargo, a menudo no perciben ninguna compensaci¨®n por su contribuci¨®n al mantenimiento de la tierra en buenas condiciones, y habitualmente no tienen acceso a los terrenos que cultivan ni pueden ejercer ning¨²n control sobre ellos.

La tierra sufre diariamente un proceso de degradaci¨®n en todo el mundo debido a la cruel combinaci¨®n de sequ¨ªa y desertificaci¨®n que hace peligrar la producci¨®n de alimentos y la vida de las personas que viven de la agricultura. 

Aunque estas condiciones presentan un enorme desaf¨ªo, ya sabemos que las mujeres contribuyen de forma decisiva a superarlo.

Cuando se les ofrece la oportunidad, las mujeres son unas guardianas magn¨ªficas de nuestra tierra. Son eficaces en cuanto al uso de sus amplios conocimientos y capacidades para proteger la tierra, restablecer los terrenos degradados y ayudar a crear resiliencia frente a unas sequ¨ªas cada vez m¨¢s frecuentes a causa del cambio clim¨¢tico.

Sin embargo, a pesar de ser poderosas agentes de cambio, a las mujeres se les niega la posibilidad de realizar estas contribuciones. Debido a las pr¨¢cticas discriminatorias, como un r¨¦gimen de tenencia de la tierra inadecuado, la falta de cr¨¦dito, la desigualdad salarial y el escaso poder en la toma de decisiones, adem¨¢s de la prevalencia de violencia sexual y de g¨¦nero, la participaci¨®n de las mujeres en la gesti¨®n de las tierras se ve muchas veces bloqueada.  

Desde ?frica y Asia hasta Am¨¦rica Latina, vemos c¨®mo las mujeres y las ni?as sufren cuando quedan excluidas en la adjudicaci¨®n de tierras. Actualmente, solo uno de cada cinco agricultores de todo el mundo son mujeres, a pesar de constituir casi la mitad de la fuerza laboral agr¨ªcola del planeta y de producir .

Adem¨¢s, cuando las mujeres enviudan es frecuente que sufran desahucios por parte de sus familias pol¨ªticas, qued¨¢ndose sin ning¨²n lugar a donde ir, y, lo que es quiz¨¢s m¨¢s importante, sin tierras con las que generar ingresos y alimentar a sus hijos. Los derechos de las mujeres para heredar las propiedades de sus esposos siguen sin reconocerse en .

?Por qu¨¦ es importante esta cuesti¨®n? Dado que las , los efectos de la degradaci¨®n de las tierras son especialmente duros para ellas, ya que provoca falta de alimentos, escasez de agua y migraci¨®n forzosa.

Estas condiciones agravan un patr¨®n m¨¢s general de desigualdad de g¨¦nero a escala mundial, y su manifestaci¨®n a trav¨¦s de la violencia y la discriminaci¨®n contra las mujeres y las ni?as. As¨ª ocurre especialmente con las mujeres y las ni?as ind¨ªgenas, las personas con discapacidad y las defensoras de los derechos humanos debido a la discriminaci¨®n m¨²ltiple e intersectorial que padecen.

Garantizar que las mujeres y las ni?as disfrutan en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y participan en la toma de decisiones sobre las tierras es fundamental para lograr la neutralizaci¨®n de la degradaci¨®n de los terrenos. Con ello, adem¨¢s, todo el mundo gana: las propias mujeres, sus familias y el resto de la sociedad.

Por ejemplo, garantizar el derecho de las mujeres y las ni?as contribuye a mejorar los ingresos de los hogares, la seguridad alimentaria, la inversi¨®n en la educaci¨®n de los hijos, la salud y el bienestar, adem¨¢s de reducir la violencia por raz¨®n de g¨¦nero. All¨ª donde las mujeres no tienen derecho a poseer tierras, sus hijos no suelen estar escolarizados al no disponer de unos ingresos familiares dignos que permita darles una educaci¨®n. Por el contrario, los datos demuestran que all¨ª donde las mujeres gozan de mayores derechos sobre las tierras y la herencia, los hijos tienen .

Fotograf¨ªa de Tarja Halonen, embajadora de la Convenci¨®n de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificaci¨®n.

Hay esperanza

En todo el mundo existen numerosos ejemplos positivos de mujeres que luchan por sus derechos y su papel en la gesti¨®n de las tierras.

Sierra Leona ha aprobado recientemente una , que pone fin a seis d¨¦cadas de leyes consuetudinarias que imped¨ªan que las mujeres fueran propietarias de tierras. Las mujeres sierraleonesas tienen ahora los mismos derechos que los hombres a poseer, arrendar o comprar tierras en el pa¨ªs. De hecho, la ley posibilita que las mujeres se conviertan en l¨ªderes de sus aldeas (las llamadas "jefas supremas"); exige que representen al menos el 30% de los cargos p¨²blicos y privados, e impone multas o penas de prisi¨®n a aquellos que discriminen a las mujeres a la hora de adjudicar tierras.

En Tanzania, donde , aquellas que disfrutan de m¨¢s derechos sobre las tierras obtienen unos ingresos hasta 3,8 veces superiores y son m¨¢s proclives a disponer de ahorros personales. Este aspecto subraya otra ventaja a menudo ignorada de dotar a las mujeres de m¨¢s derechos sobre las tierras: una mejora de la seguridad econ¨®mica y mayores oportunidades para las mujeres y las ni?as.

Reconocer los derechos de las mujeres sobre las tierras permitir¨¢ una restauraci¨®n m¨¢s r¨¢pida de las mismas, ya que tambi¨¦n se facilita el acceso a mercados, financiaci¨®n, formaci¨®n, tecnolog¨ªas transformadoras en cuestiones de g¨¦nero y otros servicios esenciales. Las mujeres invierten m¨¢s en insumos tecnol¨®gicos que pueden producir mayores rendimientos. De hecho, la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura estima que si las mujeres tuvieran el mismo acceso que los hombres a los recursos productivos, el n¨²mero de personas que sufren hambre en el mundo podr¨ªa reducirse .

Cuando se les ofrecen las oportunidades adecuadas, las mujeres tambi¨¦n pueden sacar provecho de los conocimientos tradicionales y encontrar soluciones innovadoras para hacer frente a la desertificaci¨®n, la degradaci¨®n de la tierra y las sequ¨ªas. Ya se observan las ventajas que ello ofrece en pa¨ªses como Jordania, donde un vivero dirigido por mujeres utiliza .

Me impresion¨® el caso de la Sra. Mangala, una agricultora de la India. Gracias a los subsidios que concedi¨® el departamento de silvicultura del pa¨ªs, consigui¨® invertir en agricultura arb¨®rea, lo que le permiti¨® . Esto demuestra en qu¨¦ medida mejorar el acceso de las mujeres a recursos productivos y financieros de forma paralela no solo puede ayudar a su empoderamiento, sino tambi¨¦n a alimentar a comunidades enteras.

Promover los derechos de las mujeres sobre las tierras: un esfuerzo conjunto

Las mujeres son poderosas agentes de cambio. La igualdad de g¨¦nero debe incorporarse en todas las dimensiones relacionadas con los problemas que azotan a las tierras: sequ¨ªa, degradaci¨®n y desertificaci¨®n.

Resiliencia forjada en la arena: Una mujer camina en un pueblo en el desierto del Chad

Todos podemos contribuir a que esto sea una realidad. En el D¨ªa Mundial de Lucha contra la Desertificaci¨®n y la Sequ¨ªa, los gobiernos deben eliminar inmediatamente las barreras legales que impiden que las mujeres y las ni?as sean propietarias o herederas de tierras. De forma m¨¢s general, las mujeres deben tener la oportunidad de participar en las decisiones que afecten a la gesti¨®n, la conservaci¨®n y la restauraci¨®n de las tierras. Los pa¨ªses con m¨¢s mujeres parlamentarias dan prioridad al papel de las mujeres y las ni?as en la protecci¨®n de las tierras. Son, adem¨¢s, m¨¢s proclives a ratificar tratados importantes y a retirar tierras para su conservaci¨®n. Lamentablemente, los datos procedentes de la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza y de los Recursos Naturales (UICN) indican que solo el .

Es necesario cerrar urgentemente la enorme brecha entre las mujeres que sufren en mayor medida las consecuencias de la sequ¨ªa, la degradaci¨®n de las tierras y la desertificaci¨®n, y aquellos que controlan los recursos y est¨¢n facultados para tomar decisiones que afectar¨¢n a dichas mujeres directamente.

El sector privado tambi¨¦n desempe?a un papel decisivo en este ¨¢mbito. Al facilitar el acceso al cr¨¦dito, las entidades financieras privadas pueden ayudar a las mujeres a adquirir la tecnolog¨ªa y los insumos que necesitan para mejorar el rendimiento de las cosechas, conservar la fertilidad del suelo y proteger las tierras contra la degradaci¨®n.

Por ¨²ltimo, pero no por ello menos importante, las comunidades deben hacerse responsables de esta problem¨¢tica. Varias iniciativas est¨¢n liderando un proceso de cambio para promover el di¨¢logo con las autoridades e impulsar reformas agrarias, dando prioridad a las mujeres afectadas. Una campa?a llevada a cabo en el Chad moviliz¨® a m¨¢s de 25.000 mujeres rurales en siete provincias para que pudieran hablar con una sola voz y ser escuchadas por las autoridades. El resultado fue la .

La Convenci¨®n de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificaci¨®n ha situado la igualdad de g¨¦nero en el centro de su mandato, y lo ha hecho por una buena raz¨®n. Su  reconoce el papel primordial de las mujeres para una gesti¨®n sostenible de las tierras. Con la adopci¨®n del plan, las partes en la Convenci¨®n reconoc¨ªan la importancia de la igualdad de g¨¦nero como principio rector en todas las pol¨ªticas y decisiones relativas a la acci¨®n para combatir la desertificaci¨®n, la degradaci¨®n de la tierra y la sequ¨ªa. Esperamos que este plan se ejecute de manera ininterrumpida, ya que constituye un catalizador esencial para avanzar en la consecuci¨®n de la igualdad de g¨¦nero a la vez que defiende nuestra tierra, nuestros alimentos y nuestro clima.

Resolver la desigualdad de g¨¦nero no solo es lo correcto: si garantizamos los derechos de las mujeres y las ni?as, y dotamos a las mujeres de plenas facultades para aprovechar sus capacidades, conocimientos, talento y potencial de liderazgo, nuestras sociedades sencillamente saldr¨¢n ganando. Debemos trabajar juntos para crear un futuro igualitario en el que las mujeres puedan participar activamente en los esfuerzos mundiales de restauraci¨®n de las tierras y contribuir a ellos, mejorar la resiliencia a las sequ¨ªas y promover unas comunidades pr¨®speras. Nuestras valiosas tierras dependen de ello.

 

La °ä°ù¨®²Ô¾±³¦²¹?°¿±·±«? no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as¨ª como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art¨ªculos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci¨®n por parte de las Naciones Unidas.?