Hace veinte a?os, la Asamblea General de las Naciones Unidas declar¨® el 6 de noviembre el D¨ªa Internacional para la Prevenci¨®n de la Explotaci¨®n del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados. Desde entonces, esta conmemoraci¨®n ha atra¨ªdo la atenci¨®n internacional hacia todo lo relacionado con los diamantes de sangre y otros recursos motivo de conflicto, as¨ª como hacia los ataques internacionales al medio ambiente utilizando t¨¢cticas de tierra arrasada.
Hemos hecho importantes progresos en lo que se refiere tanto al entendimiento como a la acci¨®n. En 1991, la??termin¨® su ±ð±¹²¹±ô³Ü²¹³¦¾±¨®²Ô de los da?os medioambientales injustificados provocados por la Guerra del Golfo de 1990-1991, y??indemnizaciones por valor de 5.300?millones de d¨®lares. La??desarroll¨® un??de derecho internacional en materia de protecci¨®n del medio ambiente en relaci¨®n con los conflictos armados. El Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo, antecesor del?, adopt¨® las pautas? (Gesti¨®n de los recursos naturales en escenarios de transici¨®n), de aplicaci¨®n para 38?agencias, fondos y programas de las Naciones Unidas. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha tratado problemas relacionados con los recursos naturales y el medio ambiente en sus resoluciones m¨¢s de??(y sigue sumando).?, que sol¨ªan mencionar solo ocasionalmente los recursos naturales y el medio ambiente, ahora lo hacen con regularidad y de m¨²ltiples formas. Las evaluaciones medioambientales posteriores a los conflictos, a menudo realizadas por el??(PNUMA), se han convertido en una pr¨¢ctica habitual. Respecto a todos estos progresos, cabe se?alar que todas estas medidas introducen la consideraci¨®n del medio ambiente en las preocupaciones en materia de seguridad. Es necesario prestar m¨¢s atenci¨®n a la integraci¨®n de la paz y la seguridad en el desarrollo sostenible.
La guerra es?. Para que sea efectivo, el desarrollo sostenible debe hacer frente a los conflictos y fomentar la paz.
La adopci¨®n del?, "promover sociedades justas, pac¨ªficas e inclusivas para el desarrollo sostenible...", fue un hito importante para integrar inicialmente la paz en el marco de las pol¨ªticas a nivel de todo el sistema de las Naciones Unidas. A diferencia de otros ODS, este no cuenta con metas ni indicadores significativos para seguir el progreso hacia una sociedad pac¨ªfica. Algunas metas son relevantes, en especial la que pide "reducir significativamente todas las formas de violencia y las correspondientes tasas de mortalidad en todo el mundo" (Meta 16.1) y la que aboga por "reducir significativamente las corrientes financieras y de armas il¨ªcitas" (Meta 16.4). En comparaci¨®n con las metas e indicadores detallados de igualdad de g¨¦nero (ODS 5), agua limpia (ODS 6) y justicia homog¨¦nea (parte del?ODS 16), destaca la falta notable de metas e indicadores relacionados con sociedades "pac¨ªficas".
La conferencia de??conmemorar¨¢ el 50?aniversario de la?Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, que lanz¨® el movimiento global medioambiental y condujo a la creaci¨®n del PNUMA. Esta reuni¨®n de alto nivel se celebrar¨¢ del 2 al 3 de junio de 2022 y ofrecer¨¢ una oportunidad ¨²nica de celebrar el progreso y trazar el futuro de la acci¨®n por el medio ambiente. Adem¨¢s de las declaraciones pol¨ªticas que surjan de la reuni¨®n, tambi¨¦n servir¨¢ de plataforma y de trampol¨ªn para que los Estados Miembros, las agencias y otros socios de las Naciones Unidas comiencen a articular un marco m¨¢s inclusivo y efectivo para el desarrollo sostenible.
Desde la?Cumbre para la Tierra, celebrada en R¨ªo de Janeiro en 1992, a menudo el desarrollo sostenible se ha visto como un taburete de tres patas que abarca elementos medioambientales, econ¨®micos y sociales. El ODS 16 presume de haber a?adido una cuarta pata, la paz, y Estocolmo+50 constituye una oportunidad para desarrollar este marco inicial. Otras metas e indicadores son un punto de partida, pero nada m¨¢s all¨¢.
Necesitamos voluntad para tratar la paz y el desarrollo sostenible de manera m¨¢s directa para poder entender los v¨ªnculos que mantienen y aquellas de sus dimensiones sobre las que podr¨ªa convenir actuar. No es tan f¨¢cil como parece.
En primer lugar, es necesario entender mejor las conexiones entre paz, conflicto y desarrollo sostenible. El??sirvi¨® de instrumento para identificar muchos de estos v¨ªnculos y hemos seguido investigando las din¨¢micas relacionadas. Aunque hemos adquirido un mejor conocimiento de los problemas, a¨²n queda mucho por aprender, en particular, en lo relativo a qu¨¦ soluciones son efectivas bajo qu¨¦ circunstancias.
En segundo lugar, necesitamos voluntad para actuar. De manera general, muchos medioambientalistas se muestran reticentes a la hora de incorporar consideraciones de paz y seguridad en su trabajo. Hay un miedo a que, si la seguridad entra en el ¨¢mbito del medio ambiente, los pa¨ªses se vean obligados a actuar militarmente en esferas que no entienden. A nivel internacional, la "securitizaci¨®n" de las preocupaciones medioambientales dar¨ªa al Consejo de Seguridad la justificaci¨®n para participar en lo que muchos pa¨ªses consideran sus asuntos internos y soberanos. Teniendo en cuenta estas preocupaciones, la existencia del ODS 16 es un milagro menor.?
Independientemente del plano pol¨ªtico, hay un conjunto robusto de evidencias y conocimientos cient¨ªficos relativos a las numerosas formas en que est¨¢n interrelacionados medio ambiente, conflicto y paz. Hay dimensiones econ¨®micas y pol¨ªticas, en particular, respecto a los recursos valiosos. Hay dimensiones identitarias, en particular, respecto a tierra y territorio. Tambi¨¦n hay dimensiones hist¨®ricas y estructurales, que se puede vincular con el legado del colonialismo. A medida que la ciencia de estas realidades se fortalece, las pol¨ªticas y la acci¨®n deben acompa?arla.
Reconocer los v¨ªnculos entre desarrollo sostenible y paz no significa que el resto de asuntos relacionados con el desarrollo se conviertan en cuestiones de seguridad.
El desarrollo de enfoques que tengan en cuenta los conflictos pone de manifiesto la forma en que el desarrollo sostenible puede ganar efectividad a trav¨¦s de una consideraci¨®n de paz y seguridad. Resulta ilustrativa una??de 2020 de la programaci¨®n del??relativa a situaciones de fragilidad y afectadas por el conflicto. Una parte sustancial de los m¨¢s de 4.000?proyectos del FMAM en materia de medio ambiente se ha llevado a cabo en situaciones marcadas por la fragilidad y el conflicto. Se han gastado m¨¢s de 4.000?millones de d¨®lares de financiaci¨®n del FMAM (en torno a un 30?%) en pa¨ªses afectados por conflictos armados con m¨¢s de 1.000?muertes en la batalla. Y el 88?% de los proyectos del FMAM a nivel nacional se lanzaron en situaciones fr¨¢giles categorizadas como de "alerta" (es decir, muy fr¨¢giles) o de "advertencia" (es decir, de preocupaci¨®n).1?Los contextos fr¨¢giles y de conflicto han tenido impactos estad¨ªsticamente significativos en el resultado de los proyectos.
Resulta notable que, en el momento de la ±ð±¹²¹±ô³Ü²¹³¦¾±¨®²Ô, el FMAM no contaba con ninguna pol¨ªtica, pauta o garant¨ªa respecto a conflictos o fragilidad. En su lugar, estas consideraciones se dejaron a las agencias implementadoras. No obstante, solo la mitad de ellas contaba con pol¨ªticas referentes a programaci¨®n sensible a los conflictos.
Independientemente de las limitaciones en las pautas sobre sensibilidad a los conflictos, los proyectos del FMAM han innovado y empleado cinco estrategias sensibles a conflictos para gestionar los riesgos que plantean los conflictos y la fragilidad: reconocimiento, prevenci¨®n, mitigaci¨®n de riesgos, consolidaci¨®n de la paz y aprendizaje. El punto de partida es reconocer la presencia de violencia armada e inseguridad en el ¨¢rea del proyecto, aunque muchos de estos proyectos no tomen el paso siguiente de intentar gestionar los riesgos relacionados con el conflicto. El resto de medidas, aparte del reconocimiento, buscan gestionar los riesgos asociados a los conflictos y la fragilidad (v¨¦ase la Figura?1 anterior).
Tal como muestra la figura, muchos proyectos apoyados por el FMAM reconocen los riesgos asociados a los conflictos y la fragilidad y proponen medidas para gestionarlos. Para reducir los riesgos relacionados con los conflictos, algunos responsables de proyectos optan por elegir ¨¢reas que no se ven afectadas por los conflictos. Esto reduce los riesgos, pero deja las zonas que m¨¢s asistencia necesitan sin la atenci¨®n necesaria. Otros proyectos aplicaron estrategias de mitigaci¨®n, como enfoques participativos y alerta temprana. Algunos proyectos aprovecharon activamente oportunidades de consolidaci¨®n de la paz presentadas por la situaci¨®n de conflicto, a menudo para generar apoyo pol¨ªtico para el proyecto (por ejemplo, apoyando la implementaci¨®n del acuerdo de paz en Colombia en 2016). Muchos proyectos del FMAM incorporan las lecciones aprendidas tanto de sus propias experiencias como de otras programaciones.
En la mayor¨ªa de los casos, las programaciones de conservaci¨®n sensibles a conflictos no cambian la misi¨®n de las organizaciones medioambientales. Al contrario, la sensibilidad a conflictos se ve como una forma de minimizar los riesgos asociados con los conflictos y de maximizar las oportunidades. Los proyectos de conservaci¨®n sensibles a conflictos tienen m¨¢s probabilidades de alcanzar sus objetivos. Por definici¨®n, la sensibilidad a conflictos ilustra c¨®mo el desarrollo sostenible puede integrar la consideraci¨®n del conflicto y la paz sin "securitizar" el desarrollo.?
Estocolmo+50 ser¨¢ un punto de inflexi¨®n para que la comunidad internacional reflexione sobre los logros y los aprendizajes y para que trace estrat¨¦gicamente el camino a seguir. La paz sostenible y un medio ambiente sostenible deben ser centrales en cualquier visi¨®n del desarrollo sostenible, si queremos que sea de verdad sostenible. Conseguir esta visi¨®n necesitar¨¢ de una mayor integraci¨®n de las agencias, los fondos y los programas de las Naciones Unidas que trabajan por la paz y el desarrollo sostenible.
Nota:
1Fondo para el Medio Ambiente Mundial, "Evaluation of GEF support in fragile and conflict-affected situation", preparada por la Oficina de Evaluaci¨®n Independiente del FMAM, reuni¨®n virtual, del 7 al 10 de diciembre de 2020, p¨¢g. vii. Disponible en https://bit.ly/3q6C8P3.
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La Cr¨®nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as¨ª como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art¨ªculos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci¨®n por parte de las Naciones Unidas.?