La COVID-19, por terrible que haya sido, est¨¢ lejos de ser la peor pandemia imaginable causada por una enfermedad infecciosa. Hace cien a?os, el mundo sufri¨® una pandemia de gripe debida a un virus que era de cuatro a cinco veces m¨¢s letal que el responsable de la COVID-19. Y solo en este siglo ya ha habido dos brotes epid¨¦micos (SARS y MERS) provocados por dos coronavirus que son, respectivamente, unas 20 y 70 veces m¨¢s letales que el SARS-CoV-2.? Lo ¨²nico que evit¨® una cat¨¢strofe de proporciones insondables fue que no ten¨ªan la capacidad de transmisi¨®n del virus de la COVID-19.
Las vacunas son la principal herramienta con la que las sociedades modernas contrarrestan las amenazas de las enfermedades infecciosas. Son nuestra arma m¨¢s poderosa contra el riesgo de pandemia y ser¨¢n cruciales en cualquier respuesta futura. Cuanto antes se desarrolle y se administre una vacuna eficaz, m¨¢s r¨¢pidamente se podr¨¢ contener y controlar una pandemia incipiente.?
La aspiraci¨®n de la Coalici¨®n para las Innovaciones en Preparaci¨®n para Epidemias (CEPI) es que el mundo sea capaz de responder a la pr¨®xima ?enfermedad X? con una nueva vacuna en tan solo 100 d¨ªas. Es decir, algo m¨¢s de tres meses para neutralizar la amenaza de un pat¨®geno con potencial epid¨¦mico. Con un mejor sistema de vigilancia que permita una detecci¨®n y una alerta r¨¢pidas y con la aplicaci¨®n oportuna y eficaz de medidas no farmac¨¦uticas, lograr una vacuna en solo 100 d¨ªas ofrecer¨ªa al mundo la oportunidad de sofocar la amenaza existencial de un futuro virus pand¨¦mico.
La X de ?enfermedad X? representa todo lo que desconocemos. Es una enfermedad nueva, de la que sabremos muy poco cuando aparezca por primera vez: puede (o no) ser mortal o muy contagiosa, y puede llegar a ser (o no) una aut¨¦ntica amenaza para nuestra forma de vida. Tampoco sabemos cu¨¢ndo o c¨®mo cruzar¨¢ la frontera v¨ªrica entre especies para infectar a las personas. Lo que s¨ª sabemos es que la pr¨®xima ?enfermedad X? se aproxima y debemos estar preparados.
Prepararse para prevenir
Antes de la aparici¨®n del SARS-CoV-2, el r¨¦cord anterior en desarrollo de vacunas lo ostentaba una vacuna viva atenuada contra las paperas que se obtuvo en poco menos de cinco a?os. En comparaci¨®n, los 326 d¨ªas que pasaron desde la identificaci¨®n del SARS-CoV-2 hasta la autorizaci¨®n de una vacuna anti-COVID-19 para uso de emergencia representaron un salto cu¨¢ntico. Ajustando los plazos y acortando las etapas durante todo el desarrollo y replanteando la forma de determinar la seguridad y la eficacia de las vacunas como respuesta a una emergencia, es absolutamente factible reducir ese plazo a 100 d¨ªas.
Lo esencial es estar debidamente preparados.
Desde el punto de vista cient¨ªfico, se trata de realizar avances en todas las fases del ciclo de preparaci¨®n para una pandemia, desde el momento de la identificaci¨®n del nuevo pat¨®geno hasta un r¨¢pido prototipado de una vacuna candidata, pasando por la evaluaci¨®n y la autorizaci¨®n de esa vacuna para que pueda llegar a los brazos de las personas en riesgo.
Desde el punto de vista econ¨®mico, se trata de estar preparados para realizar grandes y arriesgadas inversiones para agilizar la construcci¨®n de nuestras defensas contra las amenazas emergentes, incluso aunque la inversi¨®n pueda no ser rentable.
Desde el punto de vista pol¨ªtico, se trata de reconocer la oportunidad cient¨ªfica, aceptar la obligaci¨®n moral de intentarlo y, lo que es de crucial importancia, hacer llegar la vacuna a todo el mundo, no solo a quienes tienen la gran suerte de haber nacido en pa¨ªses ricos.
La pr¨®xima ?enfermedad X?: la cuesti¨®n no es ?si? aparecer¨¢, sino ?cu¨¢ndo?
Los pat¨®genos emergen y reemergen continuamente, desde la viruela del mono humana y la malaria resistente a los medicamentos hasta la fiebre tifoidea y la peste negra o los mort¨ªferos virus del Nipah y del MERS, pasando por las temibles cepas de gripe aviar y los virus del Zika y del chikungu?a transmitidos por mosquitos. No todas las nuevas enfermedades tienen potencial pand¨¦mico, pero la pr¨®xima que s¨ª lo tenga puede ser tan grave como la COVID-19, o incluso peor.
Se conocen actualmente unos 260 virus ¡ªpertenecientes a unas 25 familias v¨ªricas¡ª con capacidad de infectar a los humanos. Siendo realistas, no podemos crear nuevas vacunas individuales contra varios centenares o m¨¢s de amenazas potenciales o emergentes, por no hablar de los m¨¢s de 1,6 millones de especies de virus a¨²n no descubiertas que puede haber en hu¨¦spedes de mam¨ªferos o de aves, pero s¨ª podemos desarrollar vacunas contra prototipos de estas amenazas. En otras palabras, podemos concentrar nuestros esfuerzos en pat¨®genos que ejemplifiquen algunas o todas las peores caracter¨ªsticas de una determinada familia de virus.
En muchos sentidos, la COVID-19 es una prueba de concepto de la estrategia basada en una ?vacuna prototipo? para el desarrollo r¨¢pido de vacunas contra nuevas amenazas v¨ªricas.
Varios a?os antes de la aparici¨®n del SARS-CoV-2, los cient¨ªficos ya trabajaban en vacunas contra los virus del MERS y del SARS, pat¨®genos de la misma familia de virus que el que causa COVID-19. Los conocimientos obtenidos les permitieron cambiar de rumbo r¨¢pidamente y responder al nuevo virus con una inusitada rapidez, preparando el terreno para el esfuerzo sin precedentes que supuso el desarrollo de vacunas contra la COVID-19.?
Tambi¨¦n fueron importantes, en la historia del desarrollo de la vacuna contra la COVID-19, los extraordinarios avances en tecnolog¨ªa de vacunas que dieron fruto precisamente en el momento adecuado.
Durante a?os, antes de la aparici¨®n del SARS-CoV-2, los cient¨ªficos hab¨ªan estado perfeccionando las denominadas plataformas de respuesta r¨¢pida para fabricar vacunas mediante una t¨¦cnica modular denominada plug-and-play. Algunas usaban la tecnolog¨ªa de ARNm y otras, como ChAdOx de la Universidad de Oxford, empleaban vectores virales. Gracias a estos trabajos, cuando la ?enfermedad X? surgi¨® y se identific¨® como infecci¨®n por SARS-CoV-2, los fabricantes de vacunas pudieron acoplar modularmente una regi¨®n del genoma del nuevo coronavirus que desencadenar¨ªa una respuesta inmunitaria.?
Con objeto de ayudar al mundo a prepararse para prevenir futuras pandemias, la propuesta de la CEPI es que los cient¨ªficos creen una serie de vacunas candidatas para cada familia de virus y, a continuaci¨®n, seleccionen unas pocas como prototipos que se someter¨¢n a rigurosos ensayos cient¨ªficos, incluyendo estudios de seguridad y posolog¨ªa en humanos.
De este modo, cuando un nuevo virus emergente cruce la frontera entre especies ¡ªy no se trata en absoluto de ?si? suceder¨¢, sino de ?cu¨¢ndo?¡ª, habremos acumulado una enorme cantidad de informaci¨®n sobre la seguridad y la inmunogenicidad tanto de la tecnolog¨ªa de plataforma plug-and-play como de los ant¨ªgenos de virus estrechamente relacionados (si no exactamente identificables) con la ?enfermedad X?.
En ¨²ltima instancia, la ventaja de tiempo conseguida mediante los sistemas de vigilancia mundial y los programas de detecci¨®n y alerta r¨¢pidas, junto con las medidas de contenci¨®n ya conocidas, deber¨ªa comportar que el n¨²mero de casos de cualquier nuevo brote de la ?enfermedad X? fuese relativamente peque?o. Con una gran biblioteca de conocimientos acumulados, la inserci¨®n de una secuencia gen¨¦tica de una nueva y amenazadora ?enfermedad X? nos dar¨ªa una ventaja de meses para contener no solo el brote y el nuevo virus, sino fundamentalmente su potencial pand¨¦mico.
Invertir ahora para ahorrar despu¨¦s
Si hay algo que hemos descubierto durante la crisis de la COVID-19, es que las pandemias son tremendamente caras. A finales de 2025, cinco a?os despu¨¦s del inicio de la pandemia, se prev¨¦ que la COVID-19 habr¨¢ costado al mundo 28 billones de d¨®lares. El coste humano es algo que nunca podremos cuantificar, pero sus consecuencias se har¨¢n notar sin duda durante generaciones.
Pero estar debidamente preparados no resulta barato. Crear una biblioteca de vacunas podr¨ªa implicar el desarrollo de hasta 100 prototipos vacunales para garantizar que el banco de conocimientos fuera capaz de ayudarnos a cubrir casi cualquier amenaza. Es una tarea ardua, pero no infinita, y adem¨¢s es totalmente factible si los gobiernos y el sector farmac¨¦utico trabajan juntos. La CEPI, por su lado, ha creado un plan antipandemias de 3.500 millones de d¨®lares que prev¨¦ iniciar y coordinar la creaci¨®n de la biblioteca de vacunas a lo largo de los pr¨®ximos cinco a?os. En comparaci¨®n con el impacto econ¨®mico de billones de d¨®lares que ha tenido la COVID-19, este plan antipandemias, con un coste de 3.500 millones de d¨®lares, no constituye solo una inversi¨®n rentable, sino que es exactamente lo que el mundo necesita para garantizar que nuestros hijos e hijas no tengan que volver a enfrentarse a las p¨¦rdidas y dificultades que la COVID-19 nos ha infligido.
?
La Cr¨®nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as¨ª como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art¨ªculos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci¨®n por parte de las Naciones Unidas.?