Ning¨²n pa¨ªs se ha librado de los efectos devastadores de la pandemia de COVID-19 y la profunda crisis econ¨®mica que esta ha desatado. Estamos aprendiendo nuevas formas de controlar la propagaci¨®n del virus, pero el n¨²mero de infecciones, que ya suman m¨¢s de?, mantiene una implacable trayectoria ascendente. Sin embargo, la repercusi¨®n econ¨®mica probablemente afecte a la mayor¨ªa de las personas mucho m¨¢s que el propio virus.
Algunos pa¨ªses han encontrado distintas v¨ªas para lograr una recuperaci¨®n prudente de la primera ola de la pandemia. Para respaldar sus propias econom¨ªas, los pa¨ªses del G20 y la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE) han creado?. Estaban en lo cierto al tomar esta medida. Por su parte, otros pa¨ªses se tambalean al borde del desastre, puesto que carecen de las opciones de las que s¨ª disponen los pa¨ªses m¨¢s ricos. Est¨¢n necesitados de un apoyo internacional que est¨¦ a la altura de los desaf¨ªos a los que se enfrentan. Muchos de estos pa¨ªses ya padec¨ªan una crisis humanitaria antes de que les golpease la pandemia. Actualmente, las tasas de infecci¨®n est¨¢n aumentado, y las personas m¨¢s vulnerables (mujeres y ni?as, personas con discapacidad y personas de edad) se llevan la peor parte.
El 25 de marzo, el Secretario General de las Naciones Unidas puso en marcha??para ayudar a los pa¨ªses necesitados. Desde entonces, el plan se ha actualizado dos veces.?. No obstante, cinco meses despu¨¦s de su lanzamiento, el plan todav¨ªa cuenta con una financiaci¨®n inferior al 25?% (a fecha de 1 de septiembre de 2020). Esta respuesta inadecuada de las naciones m¨¢s ricas es poco previsora y no beneficia a nadie, ni siquiera a los pa¨ªses m¨¢s ricos. Si no logramos contener la pandemia y sus consecuencias socioecon¨®micas, en el futuro, habr¨¢ problemas mucho mayores y m¨¢s costosos. El virus debe controlarse en todos los pa¨ªses, ya que, de lo contrario, continuar¨¢ circulando por todo el mundo y volver¨¢ a aquellos lugares en los que pens¨¢bamos que se hab¨ªa vencido. No existe otra alternativa mientras esperamos a que se desarrolle una vacuna segura y eficaz, as¨ª como un sistema que garantice un nivel adecuado de inmunizaci¨®n en el plano mundial.
El costo econ¨®mico que entra?a no actuar es enorme: un sinf¨ªn de millones de personas m¨¢s se ver¨¢n arrastradas hacia la extrema pobreza, se perder¨¢n decenios de avances en materia de desarrollo y se dibujar¨¢ la sombra de una generaci¨®n de problemas tr¨¢gicos y exportables. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha advertido de que?270 millones de personas?podr¨ªan verse empujadas al borde de la inanici¨®n a finales de este a?o. Los servicios de salud esenciales (es decir, la inmunizaci¨®n, la prevenci¨®n de la malaria, el control del VIH/SIDA, los partos sin riesgo y la puericultura) se han suspendido. Los centros de salud est¨¢n saturados, el personal no dispone de equipos de protecci¨®n personal y las personas se mantienen alejadas por miedo a contagiarse.
Un aspecto especialmente desalentador de la pandemia es que la violencia de g¨¦nero ha aumentado de manera dr¨¢stica y, en algunos pa¨ªses, las llamadas a los tel¨¦fonos de emergencia especializados se han multiplicado por ocho. El dinero puede ayudar a hacer frente a estos problemas. Con los fondos de los que disponemos, los organismos de las Naciones Unidas y las organizaciones no gubernamentales de primera l¨ªnea est¨¢n consiguiendo grandes avances en lo relativo a la aplicaci¨®n del Plan Mundial de Respuesta Humanitaria a la COVID-19:
- Desde el inicio de la pandemia,?. Se han proporcionado equipos de protecci¨®n personal a m¨¢s de?729.000 trabajadores sanitarios.
- La Organizaci¨®n Mundial de la Salud ha enviado?, adem¨¢s de concentradores de ox¨ªgeno, term¨®metros infrarrojos y m¨¢scaras de ox¨ªgeno.
- En el Brasil, el buque hospital Solidarity, operado por la ONG World Vision y la Iglesia Presbiteriana de Manaos, est¨¢ suministrando a las comunidades m¨¢s remotas de la regi¨®n amaz¨®nica art¨ªculos de higiene y atenci¨®n m¨¦dica.
- Casi. Los organismos han garantizado que los servicios que hacen frente a la violencia de g¨¦nero sigan estando disponibles, incluidos los teleservicios psicosociales.
- Un servicio a¨¦reo gestionado por el PMA ha llegado a 64 destinos distribuidos por ?frica, Asia, Am¨¦rica Latina y Oriente Medio?. Una red de ocho centros de respuesta humanitaria ha transportado carga a 166 pa¨ªses.
- El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)?y sus asociados han ayudado, al menos, a??y han proporcionado servicios fundamentales de agua, saneamiento e higiene a?. Otras organizaciones han proporcionado suministros de jab¨®n, detergente y cloro a millones de personas.
- Puesto que las restricciones de movimiento siguen en vigor, se ha respaldado la ense?anza a distancia, todo ello mientras aumentan los programas de asistencia en efectivo como una forma de proporcionar ayudas para la subsistencia.
- Se han proporcionado suministros a millones de refugiados, desplazados internos, migrantes y comunidades de acogida, los cuales presentan un riesgo elevado de contraer la COVID-19 en asentamientos con una alta densidad de poblaci¨®n, y los organismos est¨¢n brindando acceso a los servicios de salud y abogando por su inclusi¨®n en la respuesta nacional en materia de salud.
Todos estos constituyen resultados tangibles que se pueden conseguir cuando se dispone de financiaci¨®n, por ejemplo, a trav¨¦s del??y los fondos mancomunados para pa¨ªses concretos que gestiona mi oficina, la Oficina de Coordinaci¨®n de Asuntos Humanitarios. Los proyectos respaldados por estos fondos ya han llevado las campa?as de sensibilizaci¨®n sobre la salud, as¨ª como equipos de protecci¨®n personal, equipos sanitarios y suministros m¨¦dicos a?. Quiero expresar mi agradecimiento a los numerosos donantes que han contribuido a esta respuesta. No obstante, es necesario realizar un mayor esfuerzo a medio y largo plazo, puesto que nos enfrentamos a enormes problemas excepcionales.
Necesitamos un mayor apoyo financiero de inmediato para el Plan Mundial de Respuesta Humanitaria a la COVID-19 y otras iniciativas complementarias. Es fundamental que las instituciones financieras internacionales elaboren una nueva estrategia para desembolsar dinero con el fin de satisfacer las necesidades de las personas que se encuentran en los pa¨ªses m¨¢s vulnerables.
La historia reciente demuestra que las naciones acaudaladas pueden lidiar con problemas en los ¨¢mbitos nacional y mundial al mismo tiempo. Tras la crisis financiera de 2008 y 2009, la recaudaci¨®n de fondos para los llamamientos humanitarios coordinados por las Naciones Unidas aument¨® como reflejo de la solidaridad internacional. Desde el punto de vista de la salud p¨²blica, resulta l¨®gico ayudar a todos los pa¨ªses a combatir el virus. Desde el punto de vista econ¨®mico, resulta l¨®gico actuar de inmediato y con generosidad en los entornos m¨¢s fr¨¢giles para evitar que se cumplan las hip¨®tesis m¨¢s pesimistas. No es necesario esperar a que toquemos fondo para aprender esa lecci¨®n.
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La Cr¨®nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as¨ª como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art¨ªculos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci¨®n por parte de las Naciones Unidas.?