En el d¨ªa de hoy, 4 de enero de 2022, se conmemora el 213er aniversario del nacimiento de Louis Braille, el inventor del sistema t¨¢ctil que muchos de nosotros utilizamos como nuestra principal herramienta de alfabetizaci¨®n.
No obstante, en la era actual de las tecnolog¨ªas avanzadas, las redes sociales y la posible sobrecarga informativa, muchos a¨²n sufren de "hambruna de lectura", una falta de acceso a cientos de miles de obras, simplemente porque no somos capaces de ponernos de acuerdo sobre c¨®mo colaborar para hacer llegar la informaci¨®n a todas las personas del mundo. Se supone que nosotros, los humanos, somos la especie m¨¢s evolucionada de la Tierra; desde luego, somos la m¨¢s inteligente y, aun as¨ª, tras haber acordado por fin el , su implementaci¨®n y las acciones verdaderas est¨¢n llegando a un ritmo tediosamente lento. Este Tratado busca aunar a autores, personas con dificultades para acceder al texto impreso y bibliotecas e instituciones educativas de todo el mundo para poner a disposici¨®n de todos y hacer accesible la informaci¨®n impresa. Es un gran paso adelante, pero ahora hace falta m¨¢s que concienciaci¨®n y confianza en las buenas voluntades.
Cuando un joven Louis Braille invent¨® el c¨®digo braille en 1824, estoy segura de que no ten¨ªa en mente en ese momento una perspectiva purista del derecho al acceso a la informaci¨®n; es decir, el derecho a la lectura. Sab¨ªa lo que quer¨ªa y se puso manos a la obra: tom¨® el control de una situaci¨®n nefasta, en lugar de sacar la mano para pedir limosna. En aquellos d¨ªas y tristemente en muchos lugares tambi¨¦n en la actualidad, pedir limosna sigue siendo la forma m¨¢s b¨¢sica de "recibir ayuda" de la comunidad, incluso a nivel gubernamental.
La concienciaci¨®n sobre nuestros derechos supone un gran avance, y las Naciones Unidas, al igual que otras estructuras e instituciones, no deben nunca subestimar el poder del conocimiento y la conciencia, pero lo que ahora necesitamos como nunca antes es m¨¢s acci¨®n: que m¨¢s gente se implique, que m¨¢s gente sacuda los sistemas vigentes, intervenga en la maquinaria de la burocracia y desempe?e un papel innovador.
Ahora es el momento de que las Naciones Unidas y la , a trav¨¦s de su , apuren el ritmo y aceleren la disponibilidad de materiales educativos, recreativos y de cualquier otra fuente de informaci¨®n, para que, si el conocimiento es poder y el bol¨ªgrafo es m¨¢s poderoso que la espada, el poder de la palabra est¨¦ en manos de todos nosotros.
Ahora bien, no debemos esperar que sea un camino de rosas. A lo largo de su vida, Louis Braille no recibi¨® el reconocimiento por su incre¨ªble y visionario invento. De hecho, fue ridiculizado por ello, como suele ser tristemente el caso para personas disruptoras, mediadoras e innovadoras. La gente teme el cambio; basta recordar lo que ocurri¨® en la era preindustrial cuando se invent¨® la rueda.
Ahora ha llegado el momento de que las Naciones Unidas y otros organismos similares faciliten financiaci¨®n y apoyo para la creaci¨®n de capacidades, de forma que m¨¢s cient¨ªficos, o incluso gente corriente, puedan invertir su tiempo en el desarrollo de soluciones creativas en los ¨¢mbitos de lectores de libros digitales, aplicaciones m¨®viles u opciones de hogar inteligente, entre otras soluciones que no puedo ni imaginar ahora mismo.
No quiero solamente rendir homenaje a Louis Braille recordando lo que hizo por nosotros, sino desafiar a todo el mundo a que d¨¦ un impulso a sus esfuerzos, pues el trabajo a¨²n no est¨¢ hecho. Mientras yo dispongo de al menos cinco opciones tecnol¨®gicas que me facilitan el acceso a la informaci¨®n en Braille y voz sintetizada, en la comunidad de 253 millones de personas ciegas o de baja visi¨®n, muchos a¨²n no pueden utilizar estas herramientas, ya sea porque estas oportunidades y soluciones no son asequibles, ya sea porque, cuando est¨¢n disponibles a un precio limitado, no se ha logrado concienciar de esta disponibilidad a todo el mundo. El conocimiento de lo que los gobiernos, las empresas y las Naciones Unidas pueden hacer para facilitar un mayor acceso sigue siendo limitado.
La pandemia de COVID-19 nos ha ense?ado lo que puede ocurrir cuando las comunidades cient¨ªficas y m¨¦dicas colaboran con el sector empresarial: nunca antes se hab¨ªan desarrollado vacunas eficaces en tan poco tiempo. Tambi¨¦n hemos demostrado ser resilientes y flexibles a la hora de seguir adelante con nuestras vidas, utilizando incluso soluciones digitales para vernos los unos a los otros. ?Por qu¨¦ no hacer lo mismo cuando se trata de acceder a la informaci¨®n?
En conclusi¨®n, quiero dar las gracias a Louis Braille, no solo por inventar su liberador c¨®digo, sino tambi¨¦n por desafiarnos a todos nosotros a asumir la responsabilidad de promover el acceso a la alfabetizaci¨®n.
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La Cr¨®nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as¨ª como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art¨ªculos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci¨®n por parte de las Naciones Unidas.?