En todo el mundo, hay alrededor de 27 Estados donde las mujeres constituyen menos del 10?% de los parlamentarios.[1] Esta falta de representaci¨®n contin¨²a a pesar del aumento en el n¨²mero de parlamentarias nacionales, que ha pasado del 11,3?% en 1995 al 24,3?% actual.[2] Si bien hacen falta muchas soluciones para garantizar una representaci¨®n m¨¢s inclusiva, primero hay que entender por qu¨¦ y c¨®mo una representaci¨®n igualitaria de la mujer y, especialmente, de mujeres de color en la pol¨ªtica, se traduce en mejoras para la sociedad. Este entendimiento bien podr¨ªa incentivar una mayor voluntad pol¨ªtica y ayudar a garantizar que las estrategias nacionales asignen subvenciones de una forma m¨¢s adecuada.
Las ¨²ltimas investigaciones han demostrado que los pa¨ªses en los que las mujeres conforman, como m¨ªnimo, el 30?% del ¨®rgano legislativo experimentan una mejora significativa del estado de salud de la poblaci¨®n, especialmente en las tasas de mortalidad.[3]?Sin embargo, adem¨¢s de mejorar el estado de salud, la presencia de mujeres en las asambleas electas tiende a reducir los niveles de corrupci¨®n gracias al establecimiento de pol¨ªticas m¨¢s inclusivas para mejorar el servicio p¨²blico y la eliminaci¨®n de redes clandestinas dominadas por hombres.[4] La inclusi¨®n de las mujeres en la pol¨ªtica tambi¨¦n se ha relacionado con un aumento del producto interno bruto nacional (por ejemplo, un aumento del 5 al 10?% solo en los EE.?UU.[5]), ciudades m¨¢s inclusivas[6]?y una mayor respuesta policial a la hora de combatir el crimen, especialmente contra las mujeres y las minor¨ªas.[7] B¨¢sicamente, cuando representaci¨®n de la mujer en la pol¨ªtica es equitativa, esto repercute de manera cuantificable y ostensible sobre el estado de salud, la econom¨ªa, la seguridad, la protecci¨®n y la igualdad, lo que conduce a la elaboraci¨®n de unas pol¨ªticas m¨¢s inclusivas, sostenibles y democr¨¢ticas que benefician a todos. De la misma forma, cuando se excluye a las mujeres de la pol¨ªtica, todo el mundo sale perjudicado.
?C¨®mo podemos hacer que se involucren m¨¢s mujeres en la pol¨ªtica? Como primera medida, se puede abordar la escasez de medios legales, judiciales y policiales disponibles para reducir la violencia y la discriminaci¨®n contra las mujeres que ya forman parte del gobierno. En los ¨²ltimos a?os, las mujeres involucradas en la pol¨ªtica han sido objeto de comentarios mis¨®ginos en numerosas regiones, incluso por parte de legisladores y Jefes de Estado y, aun as¨ª, las repercusiones se limitan a respuestas virales en las redes sociales en vez de cualquier acci¨®n real para contrarrestar los efectos de tales discursos de odio. A nivel mundial, las mujeres se enfrentan significativamente a una mayor resistencia, discriminaci¨®n y abuso, tanto a nivel f¨ªsico como de reputaci¨®n, dentro de los partidos pol¨ªticos y los parlamentos que sus equivalentes masculinos.[8] Hacer que la pol¨ªtica sea m¨¢s segura, m¨¢s meritocr¨¢tica y atractiva para las mujeres es crucial para garantizar una participaci¨®n real. Podemos conseguirlo si exigimos una mayor rendici¨®n de cuentas a nuestros gobiernos, as¨ª como a los medios de comunicaci¨®n.
Tambi¨¦n es crucial reconocer la importancia de inculcar el liderazgo desde edades tempranas, especialmente, fomentando la convicci¨®n en ni?as j¨®venes de que tienen el derecho y, en algunos momentos, la responsabilidad, de ocupar el espacio pol¨ªtico. En los EE.?UU., el n¨²mero de ni?as y ni?os de siete a?os que quieren llegar a la presidencia es equitativo, pero una vez cumplidos los 15?a?os, ese n¨²mero se desploma un 50?% en el caso de ellas, pero se mantiene en el caso de ellos.[9] No obstante, reconocer el trabajo de las mujeres pol¨ªticas y darles visibilidad puede inspirar a las nuevas generaciones a involucrarse en la pol¨ªtica. Este reconocimiento se hace, en parte, poniendo de ejemplo a l¨ªderes y mujeres pol¨ªticas destacadas y cuestionando las percepciones de c¨®mo son. A mediados de 2018, el asombro de la menor de 2?a?os, Parker Curry, al contemplar el retrato de la ex primera dama de los Estados Unidos, Michelle Obama, despert¨® el inter¨¦s a nivel internacional.[10] Poco despu¨¦s, la expresi¨®n de moda ¡°No puedes ser lo que no puedes ver¡± se populariz¨® no solo por referirse a Parker Curry, sino a otras mujeres j¨®venes de todo el mundo cuando defend¨ªan su opini¨®n sobre las l¨ªderes a las que admiraban. En todo el mundo, las mujeres pol¨ªticas estaban siendo aclamadas en un momento ¨²nico.
En mi trabajo como promotora de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cofundadora del Grupo de trabajo de l¨ªderes emergentes y miembro de la Comisi¨®n de Alto Nivel sobre el Empleo en el ?mbito de la Salud y el Crecimiento Econ¨®mico, he visto de primera mano c¨®mo nuestras experiencias y oportunidades durante la infancia condicionan nuestro potencial y realidades futuros. Si, desde una edad temprana, una ni?a o una mujer no sienten que tengan poder sobre su propio cuerpo, puede ser todo un reto para ellas creer que podr¨ªan presentar su candidatura para un cargo p¨²blico. La negaci¨®n del control sobre el propio cuerpo y de las posibilidades de elecci¨®n resulta desalentador al nivel m¨¢s personal y tiene importantes repercusiones p¨²blicas. La capacidad de ejercer los derechos sexuales y reproductivos afecta a la capacidad econ¨®mica de las mujeres (m¨¢s a¨²n en el caso de las mujeres pobres y de color), de la misma forma que los avances legales en los derechos sexuales y reproductivos repercuten positivamente en la participaci¨®n de las mujeres en la pol¨ªtica.[11]?Los efectos son circulares: cuantas m¨¢s mujeres participen de forma activa en la pol¨ªtica, mayores cambios generar¨¢n las mujeres pol¨ªticas en las discusiones gubernamentales y legislativas para que se centren en las pol¨ªticas que hagan referencia a los derechos reproductivos.[12] El poder personal es crucial para involucrar a las mujeres en la pol¨ªtica, pero lo opuesto tambi¨¦n resulta cierto: en los pa¨ªses donde se han establecido y legislado los derechos reproductivos es donde m¨¢s ataques y negativas reciben, y cuantas m¨¢s mujeres veamos uni¨¦ndose y present¨¢ndose a cargos p¨²blicos para defender su poder personal y econ¨®mico, mayor ser¨¢ la repercusi¨®n sobre las j¨®venes, ahora y en el futuro.
Por todo esto, garantizar la participaci¨®n de las mujeres en la pol¨ªtica debe dar un paso m¨¢s: debemos transformar nuestras premisas culturales respecto a los rasgos que definen el liderazgo. Desde un punto de vista estereot¨ªpico, los rasgos femeninos suelen verse como algo ¡°accesorio¡± al liderazgo, mientras que los atributos masculinos se suelen describir como la justificaci¨®n del ¨¦xito en los puestos de liderazgo (especialmente, aquellos desempe?ados por hombres).[13] A principios del 2019, Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelandia, reaccion¨® a un terrible ataque terrorista con
simpat¨ªa, amor e integridad, demostr¨¢ndonos? a todos c¨®mo debe ser el liderazgo.[14] En 2015, la legisladora argentina, Victoria Donda P¨¦rez, demostr¨® c¨®mo el liderazgo y la maternidad no son incompatibles amamantando a su beb¨¦ durante una audiencia parlamentaria.[15]?Aceptar y ampliar distintos estilos de liderazgo es fundamental para lograr una inclusi¨®n y representaci¨®n mayores, adem¨¢s de ser la v¨ªa m¨¢s eficiente para destacar y fomentar la diversidad en la pol¨ªtica.
No cabe duda de que las sociedades inclusivas y progresistas se enfrentan a un retroceso a escala mundial, y que se est¨¢n poniendo a prueba o incluso, en determinadas regiones, bajo asedio la igualdad de g¨¦nero, y de manera m¨¢s generalizada, los ODS. En lugar de fotografiar a mujeres en entornos pol¨ªticos, lo que debemos hacer es proteger y fomentar los derechos de las mujeres centr¨¢ndonos en lo que realmente podemos cambiar y causar. Podemos y debemos garantizar que las ni?as j¨®venes de todo el mundo puedan tomar decisiones sobre su propio cuerpo. Podemos y debemos garantizar que nosotros mismos, junto con los medios de comunicaci¨®n que asimilamos y las comunidades de las que formamos parte, destaquemos y ampliemos la labor de las l¨ªderes. Por ¨²ltimo, debemos ¡ªy podemos¡ª garantizar la modificaci¨®n de la lengua que empleamos al hablar del liderazgo de la mujer. No solo podemos centrarnos en abordar los desaf¨ªos actuales. Debemos hacer todo el ruido posible a la hora de respaldar los derechos de las mujeres y las mujeres que, d¨ªa a d¨ªa, abogan por ellos, para que las ni?as de hoy y de ma?ana sepan que en la pol¨ªtica hay espacio para ellas y que es su derecho y responsabilidad ocupar dicho espacio.
Notas
[1] Uni¨®n Interparlamentaria, ¡°Women in national parliaments¡±, a 1 de febrero del 2019. Disponible en .
[2] Ibid.
[3]?Ross Macmillan, Naila Shofia y Wendy Sigle, ¡°Gender and the Politics of Death: Female Representation, Political and Developmental Context, and Population Health in a Cross-National Panel¡±, Demography, vol. 55, n¨²mero 5, pp. 1905¨C1934 (octubre del 2018). Disponible en .
[4] Monika Bauhr, Nicholas Charron y Lena W?ngnerud, ¡°Close the political gender gap to reduce corruption: How women's political agenda and risk aversion restricts corrupt behaviour¡±, en U4 Brief 2018:3, Anti-Corruption Resources Centre), Monica Kirya, ed. (Noruega, Chr. Michelsen Institute [CMI], 2018).? Disponible en .
[5]?Beth Ann Bovino y Jason Gold, ¡°The Key to Unlocking U.S. GDP Growth? Women¡±, (S&P Global, 2017). Disponible en
[6] Vera Baboun, ¡°Creating Inclusive Cities with Gender Policies¡±, NewCities, 5 de marzo del 2018. Disponible en .
[7] Lakshmi Iyer, Prachi Mishra, Anandi Mani y Petia Topalova, ¡°The Power of Political Voice: Women¡¯s Political Representation and Crime in India¡±, American Economic Journal: Applied Economics, 4(4) (2012): 165-193. Disponible en .
[8] Leah Culhane y Jemima Olchawski, ¡°Strategies for success: Women's experiences of selection and election in UK Parliament¡±, Fawcett Society (Londres, 2018). Disponible en .
[9] ¡°How Many Teenage Girls Aspire To Be President Of The United States?¡±, The Mother List, 26 de febrero del 2014. Disponible en .
[10] Michael S. Rosenwald, ¡°¡®A moment of awe¡¯: Photo of little girl captivated by Michelle Obama portrait goes viral¡±, Washington Post, 4 de marzo del 2018. Disponible en .
[11]?Sandra Pepera, ¡°Why Women in Politics?¡±, Women Deliver. 28 de febrero del 2018. Disponible en .
[12] Sarah Kliff, ¡°The research is clear: electing more women changes how government works¡±, Vox, actualizaci¨®n del 8 de marzo del 2017. Disponible en .
[13] Andrea C. Vial y Jaime L. Napier, ¡°Unnecessary Frills: Communality as a Nice (But Expendable) Trait in Leaders¡±, Frontiers in Psychology, 15 de octubre del 2018. Disponible en .
[14] Suzanne Moore, ¡°Jacinda Ardern is showing the world what real leadership is: sympathy, love and integrity¡±, The Guardian (edici¨®n de los Estados Unidos). 18 de marzo del 2019. Disponible en .
[15] Chris Mandle, ¡°Argentinian politician Victoria Donda Perez praised after breastfeeding photo taken during parliamentary session goes viral¡±, Independent, 24 de julio del 2015. Disponible en .
La Cr¨®nica ONU no constituye un registro oficial. Las opiniones expresadas por autores individuales, as¨ª como las fronteras y los nombres mostrados en las designaciones utilizadas en los mapas o en los art¨ªculos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci¨®n de car¨¢cter oficial por parte de las Naciones Unidas.
?
La Cr¨®nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as¨ª como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art¨ªculos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci¨®n por parte de las Naciones Unidas.?