En este D¨ªa de los Derechos Humanos, me gustar¨ªa arrojar algo de luz sobre la violencia sexual; una cuesti¨®n importante sobre la que llevo varios a?os reivindicando concienciaci¨®n. Hace cinco a?os, mi vida cambi¨® dr¨¢sticamente cuando el EIIL (el Estado Isl¨¢mico de Irak y el Levante) invadi¨® Sinjar, mi ciudad natal en Irak, con la intenci¨®n de llevar a cabo un genocidio contra el pueblo yazid¨ª. Los yazid¨ªes, un grupo minoritario etnorreligioso, han sufrido discriminaci¨®n durante mucho tiempo y han sido objeto de una violencia espantosa a manos de diversos grupos extremistas. Los m¨¢s afectados fueron, en especial, los ni?os y las mujeres. Muchos de los que sobrevivimos al genocidio del EIIL no hemos podido volver a la ciudad de Sinjar.

El EIIL destroz¨® a mi familia y a toda mi comunidad. Intentaron convertir a los yazid¨ªes al islam y asesinaron a los hombres y mujeres que se negaron. Las mujeres m¨¢s j¨®venes y los ni?os fueron secuestrados y sometidos al comercio de esclavos sexuales del EIIL. El EIIL me mantuvo en cautiverio y sus militantes abusaron de m¨ª, pero consegu¨ª escapar. Una vez que encontr¨¦ refugio, supe que deb¨ªa contar mi historia y exponer al mundo los cr¨ªmenes de guerra cometidos por el EIIL. Nunca olvidar¨¦ lo que me hicieron, a m¨ª, a mi familia y a mi comunidad, y necesito que todos lo sepan tambi¨¦n.

Desde que empec¨¦ a viajar por el mundo para contar mi historia, adem¨¢s de para dar voz al resto de personas marginadas, he tenido la gran fortuna de conocer a mucha gente fuerte e inspiradora. Conocerles a ellos y sus historias me aporta la esperanza de que, alg¨²n d¨ªa, podremos vivir en un mundo donde no exista la violencia sexual. Nunca pens¨¦ que nuestras historias recibir¨ªan tal atenci¨®n global, pero, ahora que dispongo de esta plataforma, quiero aprovecharla para reclamar justicia y dignidad para los yazid¨ªes y otros supervivientes de la violencia sexual en todo el mundo. Adem¨¢s, espero que mi p¨²blico se sienta inspirado para compartir sus historias y acompa?arme en mi misi¨®n de reclamar justicia. Creo que juntos podemos acabar con la jerarqu¨ªa de voces que nos han silenciado durante demasiado tiempo.

La violencia por raz¨®n de g¨¦nero no solo afecta a las v¨ªctimas, sino tambi¨¦n a las personas cercana a ellas. Los autores de estos delitos utilizan la violencia sexual en un intento de ejercer su dominio y poder sobre comunidades enteras. Las consecuencias son trascendentales y duraderas; las familias y las comunidades sufren de un trauma colectivo y generacional que puede destrozarlas desde dentro.

M¨¦dicos Sin Fronteras public¨® recientemente un informe sobre la grave crisis de salud mental que padecen los yazid¨ªes. Un estudio de 2018 descubri¨® que el 100 % de los yazid¨ªes de Sinuni, Sinjar, que participaron en el mismo ten¨ªan al menos a un familiar que sufr¨ªa alguna enfermedad mental. ?A pesar de ello, la infraestructura existente en Irak para el tratamiento de la salud mental es insuficiente, y existe una gran carencia de profesionales en salud mental que puedan proporcionar a los yazid¨ªes el cuidado que tanto necesitan. No solo debemos abordar el da?o f¨ªsico visible provocado por los criminales de guerra como los que conforman el EIIL, sino que tambi¨¦n tenemos que mejorar el acceso a una atenci¨®n psicol¨®gica adecuada para los miembros de las comunidades que atraviesan una crisis. Adem¨¢s, la imposibilidad de volver al pa¨ªs natal de los yazid¨ªes ha constituido otros de los principales factores de estr¨¦s que afectan a nuestra salud mental. Esta es la raz¨®n por la que la comunidad internacional debe centrarse en llevar a cabo una rehabilitaci¨®n sostenible de Sinjar.

Con el objetivo de que las v¨ªctimas comiencen su proceso de recuperaci¨®n y de prevenir m¨¢s abusos, la comunidad internacional debe llevar ante la justicia a los criminales de guerra por los delitos de violencia sexual y trata de personas, de manera que demuestre al resto del mundo que condena firmemente todas las formas de violencia. Todo ello implica que los autores de estos cr¨ªmenes respondan ante la justicia y sean juzgados p¨²blicamente por sus delitos.

La impunidad es sin¨®nimo de complacencia, y las palabras, sin acci¨®n, infligen el mismo da?o y sufrimiento que los autores de atrocidades en masa y de delitos de violencia sexual. Todas las personas somos iguales y tenemos los mismos derechos humanos, por lo que debemos desafiar la idea de que ciertos grupos importan m¨¢s que otros.

Notas

1M¨¦dicos Sin Fronteras, ¡°Iraq: Yazidi survivors of violence are facing a mental health crisis¡±, 4 de octubre de 2019. Disponible en .

La Cr¨®nica ONU no constituye un registro oficial. Las opiniones expresadas por autores individuales, as¨ª como las fronteras y los nombres mostrados en las designaciones utilizadas en los mapas o en los art¨ªculos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci¨®n de car¨¢cter oficial por parte de las Naciones Unidas.

9 de diciembre de 2019