Programa 21: Capítulo 9
9. PROTECCIÓN DE LA ATMÓSFERA
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9.1 La protección de la atmósfera es una labor amplia
y multidimensional en la que intervienen varios sectores de la actividad
económica. Se recomienda a los gobiernos y a las demás
entidades que se esfuerzan por proteger la atmósfera que examinen
y, cuando proceda, apliquen las opciones y medidas que se exponen en
este capítulo.
9.2 Se tiene presente que muchas de las cuestiones de que se trata en este capítulo
se contemplan en acuerdos internacionales como el Convenio de Viena para la Protección
de la Capa de Ozono de 1985, el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias
que agotan la capa de ozono de 1987, en su forma enmendada, la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, de 1992, y otros
instrumentos internacionales, incluidos los regionales. En el caso de las actividades
contempladas en esos acuerdos, se entiende que las recomendaciones que figuran
en este capítulo no obligan a ningún gobierno a tomar medidas que
superen lo dispuesto en esos instrumentos jurídicos. No obstante, en el
marco de este capítulo, los gobiernos son libres de aplicar medidas adicionales
compatibles con esos instrumentos jurídicos.
9.3 Se tiene también presente que las actividades que se realicen para
alcanzar los objetivos de este capítulo deberían coordinarse con
el desarrollo social y económico en forma integral con el fin de evitar
que tuviesen repercusiones negativas sobre éste, teniendo plenamente en
cuenta las legítimas necesidades prioritarias de los países en
desarrollo por lo que respecta al logro del crecimiento económico sostenido
y la erradicación de la pobreza.
9.4 En este contexto se hace especial referencia al área de programas
A del capítulo 2 del Programa 21 (Fomento del desarrollo sostenible mediante
el comercio).
9.5 En el presente capítulo se incluyen las cuatro áreas de programas
siguientes:
a) Consideración de las incertidumbres: perfeccionamiento de la base científica
para la adopción de decisiones;
b) Promoción del desarrollo sostenible:
i) Desarrollo, eficiencia y consumo de la energía;
ii) Transporte;
iii) Desarrollo industrial;
iv) Desarrollo de los recursos terrestres y marinos y aprovechamiento de las
tierras;
c) Prevención del agotamiento del ozono estratosférico;
d) Contaminación atmosférica transfronteriza.
ÁREAS DE PROGRAMAS
A. Consideración de las incertidumbres: perfeccionamiento de la base científica
para la adopción de decisiones
Bases para la acción
9.6 La preocupación por el cambio climático y la variabilidad climática,
la contaminación del aire y el agotamiento del ozono ha creado una nueva
demanda de información científica, económica y social para
reducir las incertidumbres que aún quedan en esas esferas. Es necesario
mejorar la comprensión y la capacidad de predicción de las diversas
propiedades de la atmósfera y de los ecosistemas afectados, así como
de las repercusiones sobre la salud y de su interacción con los factores
socioeconómicos.
Objetivos
9.7 El objetivo básico de esta área de programas es mejorar la
comprensión de los procesos que afectan a la atmósfera terrestre
a escala mundial, regional y local y que a su vez se ven afectados por ésta,
incluidos, entre otros, los procesos físicos, químicos, geológicos,
biológicos, oceánicos, hidrológicos, económicos y
sociales; aumentar la capacidad e intensificar la cooperación internacional;
y mejorar la comprensión de las consecuencias económicas y sociales
de los cambios atmosféricos y de las medidas de mitigación y respuesta
adoptadas respecto de esos cambios.
Actividades
9.8 Los gobiernos al nivel que corresponda, con la cooperación de los órganos
competentes de las Naciones Unidas y, según proceda, de organizaciones
intergubernamentales y no gubernamentales, y el sector privado, deberían:
a) Promover la investigación relacionada con los procesos naturales que
afectan a la atmósfera y se ven afectados por ésta, así como
de los vínculos críticos entre el desarrollo sostenible y los cambios
atmosféricos, incluidos los efectos sobre la salud humana, los ecosistemas,
los sectores económicos y la sociedad;
b) Asegurar una cobertura geográfica más equilibrada del Sistema
Mundial de Observación del Clima y sus componentes, incluida la Vigilancia
de la Atmósfera Global, facilitando, entre otras cosas, el establecimiento
y funcionamiento de estaciones adicionales de observación sistemática,
y contribuyendo al desarrollo, utilización y accesibilidad de esas bases
de datos;
c) Promover la cooperación en:
i) El desarrollo de sistemas de detección temprana relativos a los cambios
y las fluctuaciones en la atmósfera;
ii) La creación y mejoramiento de la capacidad de predecir esos cambios
y fluctuaciones y evaluar sus repercusiones ambientales y socioeconómicas;
d) Cooperar en la investigación para desarrollar metodologías y
determinar umbrales de contaminantes atmosféricos, así como niveles
atmosféricos de concentraciones de gases de efecto invernadero, que puedan
causar interferencias antropógenas peligrosas con el sistema climático
y el medio ambiente en su conjunto, y los ritmos de cambio conexos que no permitirían
a los ecosistemas adaptarse naturalmente;
e) Promover el aumento de la capacidad científica, el intercambio de datos
e informaciones científicos, y la facilitación de la participación
y capacitación de expertos y personal técnico, sobre todo en los
países en desarrollo, y cooperar con ellos, en las esferas de la investigación,
la reunión, organización y evaluación de datos, y de la
observación sistemática relacionada con la atmósfera.
B. Promoción del desarrollo sostenible
1. Desarrollo, eficiencia y consumo de la energía
Bases para la acción
9.9 La energía es esencial para el desarrollo económico y social
y el mejoramiento de la calidad de la vida. Sin embargo, la mayor parte de la
energía del mundo se produce y consume en formas que no podrían
perdurar si la tecnología permaneciera constante o si las magnitudes globales
aumentaran notablemente. La necesidad de controlar las emisiones atmosféricas
de gases de efecto invernadero y otros gases y sustancias deberá basarse
cada vez más en la eficiencia en la producción, transmisión,
distribución y consumo de la energía y en una dependencia cada
vez mayor de sistemas energéticos, ecológicamente racionales, sobre
todo de las fuentes de energía nuevas y renovables 1/.
Será necesario utilizar todas las fuentes de energía en formas
que respeten la atmósfera, la salud humana y el medio ambiente en su totalidad.
9.10 Es preciso eliminar los actuales obstáculos al aumento del suministro
de energía ecológicamente racional necesario para seguir el camino
del desarrollo sostenible, en particular en los países en desarrollo.
Objetivos
9.11 El objetivo básico y último de esta área de programas
es reducir los efectos perjudiciales del sector de energía en la atmósfera
mediante la promoción de políticas o de programas, según
proceda, orientados a aumentar la contribución de los sistemas energéticos
ecológicamente racionales y económicos, particularmente los nuevos
y renovables, mediante la producción, la transmisión, la distribución
y el uso menos contaminantes y más eficientes de la energía. Este
objetivo debería reflejar la necesidad de equidad, de un abastecimiento
suficiente de energía y de un aumento del consumo de energía en
los países en desarrollo, y debería tener en cuenta la situación
de los países que dependen en gran medida de los ingresos generados por
la producción, elaboración y exportación, y/o el consumo
de combustibles fósiles y de productos conexos de alto consumo energético,
y/o el uso de combustibles fósiles muy difíciles de reemplazar
por otras fuentes de energía, y la situación de los países
extremadamente vulnerables a los efectos perjudiciales del cambio climático.
Actividades
9.12 Los gobiernos al nivel que corresponda, con la cooperación de los órganos
competentes de las Naciones Unidas y, según proceda, de organizaciones
intergubernamentales y no gubernamentales, y el sector privado, deberían:
a) Cooperar en la búsqueda y el desarrollo de fuentes energéticas
económicamente viables y ecológicamente racionales, para promover
la disponibilidad de un mayor abastecimiento de energía como apoyo a los
esfuerzos por lograr un desarrollo sostenible, en particular en los países
en desarrollo;
b) Promover el desarrollo en el plano nacional de metodologías apropiadas
para la adopción de decisiones integradas de política energética,
ambiental y económica para el desarrollo sostenible, entre otras cosas
mediante evaluaciones del impacto ambiental;
c) Promover la investigación, el desarrollo, la transferencia y el uso
de mejores tecnologías y prácticas de alto rendimiento energético,
entre ellas, tecnologías endógenas en todos los sectores pertinentes,
prestando especial atención a la rehabilitación y la modernización
de los sistemas de generación de energía, en particular en los
países en desarrollo;
d) Promover la investigación, el desarrollo, la transferencia y el uso
de tecnologías y prácticas para el establecimiento de sistemas
energéticos ecológicamente racionales, entre ellos, sistemas energéticos
nuevos y renovables, prestando particular atención a los países
en desarrollo;
e) Promover el aumento de las capacidades institucional, científica, de
planificación y de gestión, particularmente en los países
en desarrollo, para desarrollar, producir y utilizar formas de energía
cada vez más eficientes y menos contaminantes;
f) Examinar las diversas fuentes actuales de abastecimiento de energía
para determinar en qué forma se podría aumentar la contribución
de los sistemas energéticos ecológicamente racionales en su
conjunto, en particular los sistemas energéticos nuevos y renovables,
de manera económicamente eficiente, teniendo en cuenta las características
sociales, físicas, económicas y políticas propias de los
respectivos países, y estudiando y aplicando, según proceda, medidas
para salvar cualquier obstáculo a su establecimiento y uso;
g) Coordinar planes energéticos en los planos regional y subregional,
según proceda, y estudiar la viabilidad de una distribución eficiente
de energía ecológicamente racional a partir de fuentes de energía
nuevas y renovables;
h) De conformidad con las prioridades nacionales en materia de desarrollo socioeconómico
y medio ambiente, evaluar y, según proceda, promover políticas
o programas eficaces en función de los costos, que incluyan medidas
administrativas, sociales y económicas, con el fin de mejorar el rendimiento
energético;
i) Aumentar la capacidad de planificación energética y de gestión
de programas sobre eficiencia energética, así como de desarrollo,
introducción y promoción de fuentes de energía nuevas y
renovables;
j) Promover normas o recomendaciones apropiadas sobre rendimiento energético
y emisiones a nivel nacional 2/ orientadas
hacia el desarrollo y uso de tecnologías que reduzcan al mínimo
los efectos adversos sobre el medio ambiente;
k) Fomentar la ejecución, en los planos local, nacional, subregional y
regional, de programas de educación y toma de conciencia sobre el uso
eficiente de la energía y sobre sistemas energéticos ecológicamente
racionales;
l) Establecer o aumentar, según proceda, en cooperación con el
sector privado, programas de etiquetado de productos para proporcionar información
a los encargados de adoptar decisiones y a los consumidores sobre oportunidades
de un uso eficiente de la energía.
2. Transporte
Bases para la acción
9.13 El sector del transporte tiene un papel esencial y positivo que desempeñar
en el desarrollo económico y social, y es indudable que las necesidades
de transporte aumentarán. Sin embargo, como el sector del transporte es
también fuente de emisiones atmosféricas, es necesario revisar
los sistemas de transporte existentes y lograr un diseño y una gestión
eficaces de los sistemas de tráfico y transporte.
Objetivos
9.14 El objetivo básico de esta área de programas es elaborar y
promover políticas o programas, según proceda, eficaces en función
de los costos, a fin de limitar, reducir o controlar, según el caso, las
emisiones perjudiciales en la atmósfera y otros efectos ambientales adversos
del sector del transporte, teniendo en cuenta las prioridades de desarrollo,
así como las circunstancias concretas locales y nacionales y los aspectos
de seguridad.
Actividades
9.15 Los gobiernos al nivel que corresponda, con la cooperación de los órganos
competentes de las Naciones Unidas y, según proceda, de organizaciones
intergubernamentales y no gubernamentales, y el sector privado, deberían:
a) Desarrollar y promover, según proceda, sistemas de transporte económicos,
más eficientes, menos contaminantes y más seguros, en particular
sistemas de transporte colectivo integrado rural y urbano, así como redes
de caminos ecológicamente racionales, teniendo en cuenta la necesidad
de establecer prioridades sociales, económicas y de desarrollo sostenibles,
particularmente en los países en desarrollo;
b) Facilitar, en los planos internacional, regional, subregional y nacional,
la disponibilidad y transferencia de tecnologías de transporte seguras,
eficientes, en particular en cuanto al uso de recursos, y menos contaminantes,
sobre todo a los países en desarrollo, así como la ejecución
de programas apropiados de capacitación;
c) Reforzar, según proceda, su labor de reunión, análisis
e intercambio de la información pertinente sobre la relación entre
el medio ambiente y el transporte, prestando particular atención a la
observación sistemática de las emisiones y a la elaboración
de una base de datos sobre transporte;
d) De conformidad con las prioridades nacionales en materia de desarrollo socioeconómico
y medio ambiente, evaluar y, según proceda, promover políticas
o programas eficaces en función de los costos que incluyan medidas administrativas,
sociales y económicas a fin de fomentar el uso de modos de transporte
que reduzcan al mínimo los efectos perjudiciales para la atmósfera;
e) Desarrollar o perfeccionar, según proceda, mecanismos para integrar
las estrategias de planificación del transporte y las estrategias de planificación
de asentamientos urbanos y regionales, con miras a reducir los efectos del transporte
sobre el medio ambiente;
f) Estudiar, dentro del marco de las Naciones Unidas y de sus comisiones regionales,
la viabilidad de convocar conferencias regionales sobre el transporte y el medio
ambiente.
3. Desarrollo Industrial
Bases para la acción
9.16 La industria es esencial para la producción de bienes y servicios
y es una fuente importante de empleo e ingresos; por consiguiente, el desarrollo
industrial es esencial para el crecimiento económico. Al mismo tiempo,
la industria es uno de los principales usuarios de recursos y materiales y, en
consecuencia, las actividades industriales originan emisiones que afectan a la
atmósfera y al medio ambiente en general. La protección de la atmósfera
se podría ampliar, entre otras cosas, mediante un aumento de la eficiencia
de los recursos y materiales en la industria, mediante la instalación
o el mejoramiento de tecnologías de reducción de la contaminación
y la sustitución de clorofluorocarbonos y otras sustancias que agotan
el ozono con las sustancias apropiadas, así como mediante la reducción
de desechos y subproductos.
Objetivos
9.17 El objetivo básico de esta área de programas es estimular
el desarrollo industrial en formas que reduzcan al mínimo los efectos
perjudiciales para la atmósfera, entre otras cosas, aumentando la eficiencia
en la producción y consumo industriales de todos los recursos y materiales,
perfeccionando las tecnologías de reducción de la contaminación,
y creando nuevas tecnologías ecológicamente racionales.
Actividades
9.18 Los gobiernos al nivel que corresponda, con la cooperación de los órganos
competentes de las Naciones Unidas y, según proceda, de organizaciones
intergubernamentales y no gubernamentales, y el sector privado, deberían:
a) De conformidad con las prioridades nacionales en materia de desarrollo socioeconómico
y medio ambiente, evaluar y, según proceda, promover políticas
o programas eficaces en función de los costos que incluyan medidas administrativas,
sociales y económicas a fin de reducir al mínimo la contaminación
industrial y los efectos perjudiciales para la atmósfera;
b) Alentar a la industria para que aumente y fortalezca su capacidad de crear
tecnologías, productos y procesos que sean seguros y menos contaminantes
y que utilicen más eficientemente todos los recursos y materiales, así como
la energía;
c) Cooperar en la creación y transferencia de dichas tecnologías
industriales y en el establecimiento de la capacidad necesaria para gestionar
y utilizar tales tecnologías, particularmente con respecto a los países
en desarrollo;
d) Elaborar, mejorar y aplicar sistemas de evaluación del impacto ambiental
a fin de fomentar el desarrollo industrial sostenible;
e) Promover la utilización eficiente de materiales y recursos, teniendo
en cuenta los ciclos vitales de los productos a fin de obtener los beneficios
económicos y ambientales de la utilización de los recursos con
más eficiencia y la generación de menos desechos;
f) Apoyar la promoción de tecnologías y procesos industriales menos
contaminantes y más eficientes, teniendo en cuenta las posibilidades de
acceso a la energía de cada zona, sobre todo a fuentes de energía
renovables y seguras, con miras a limitar la contaminación industrial
y los efectos perjudiciales para la atmósfera.
4. Desarrollo de los recursos terrestres y marinos y aprovechamiento de
la tierra
Bases para la acción
9.19 Las políticas relativas a los recursos y al aprovechamiento de la
tierra provocarán cambios en la atmósfera y se verán afectadas
por ellos. Ciertas prácticas relacionadas con los recursos terrestres
y marinos y el aprovechamiento de la tierra pueden reducir los sumideros de gases
de efecto invernadero y aumentar las emisiones atmosféricas. La pérdida
de diversidad biológica puede reducir la resistencia de los ecosistemas
a las variaciones climáticas y a los daños producidos por la contaminación
del aire. Los cambios atmosféricos pueden causar profundos efectos
en los bosques, la diversidad biológica y los ecosistemas de agua dulce
y marinos, y en las actividades económicas, como la agricultura. Con frecuencia
los objetivos de política de los distintos sectores pueden divergir y
por eso es preciso considerarlos de manera integrada.
Objetivos
9.20 Los objetivos de esta área de programas son:
a) Promover la utilización de los recursos marinos y terrestres y las
prácticas apropiadas de aprovechamiento de la tierra que contribuyan a:
i) La reducción de la contaminación atmosférica y/o la limitación
de las emisiones antropógenas de gases de efecto invernadero;
ii) La conservación, la gestión sostenible y el mejoramiento, según
proceda, de todos los sumideros de gases de efecto invernadero;
iii) La conservación y la utilización sostenible de los recursos
naturales y ambientales;
b) Velar por que los cambios atmosféricos reales y potenciales y sus consecuencias
socioeconómicas y ecológicas se tomen plenamente en cuenta al planificar
y aplicar políticas y programas relativos a las prácticas de utilización
de los recursos terrestres y marinos y de aprovechamiento de la tierra.
Actividades
9.21 Los gobiernos al nivel que corresponda, con la cooperación de los órganos
competentes de las Naciones Unidas y, según proceda, de organizaciones
intergubernamentales y no gubernamentales, y el sector privado, deberían:
a) De conformidad con las prioridades nacionales en materia de desarrollo socioeconómico
y medio ambiente, evaluar y, según proceda, promover políticas
o programas eficaces en función de los costos que incluyan medidas administrativas,
sociales y económicas, a fin de fomentar las prácticas ecológicamente
racionales de utilización de la tierra;
b) Aplicar políticas y programas que desalienten las prácticas
de aprovechamiento de la tierra inadecuadas y contaminantes y promuevan la utilización
sostenible de los recursos terrestres y marinos;
c) Examinar la posibilidad de promover la elaboración y uso de prácticas
relativas a los recursos terrestres y marinos y al aprovechamiento de la tierra
que ayuden a resistir mejor los cambios y fluctuaciones atmosféricos;
d) Promover el aprovechamiento sostenible y la cooperación en la conservación
y el perfeccionamiento, según proceda, de los sumideros y depósitos
de gases de efecto invernadero, en particular de la biomasa, los bosques y los
océanos, así como de otros ecosistemas terrestres, costeros y marinos.
C. Prevención del agotamiento del ozono estratosférico
Bases para la acción
9.22 El análisis de los datos científicos recientes ha confirmado
los crecientes temores respecto del continuo agotamiento de la capa de ozono
estratosférico de la Tierra debido al cloro y bromo reactivos procedentes
de los clorofluorocarbonos (CFC), los halones y otras sustancias afines artificiales. Si
bien el Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono de
1985 y el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa
de ozono de 1987 (en su forma enmendada en Londres, en 1990) fueron logros importantes
en el plano internacional, el contenido total de cloro de las sustancias que
agotan la capa de ozono en la atmósfera ha seguido aumentando. Esta tendencia
puede invertirse si se aplican las medidas de control que figuran en el Protocolo.
Objetivos
9.23 Los objetivos de esta área de programas son:
a) Alcanzar los objetivos fijados en el Convenio de Viena y el Protocolo de Montreal
y sus enmiendas de 1990, incluso la consideración en dichos instrumentos
de las necesidades y condiciones especiales de los países en desarrollo
y el acceso de éstos a sustancias distintas de las que agotan la capa
de ozono. Deberían promoverse las tecnologías y los productos naturales
que reducen la demanda de sustancias que agotan la capa de ozono;
b) Elaborar estrategias destinadas a mitigar los efectos negativos de la radiación
ultravioleta que llega a la superficie de la Tierra como resultado del agotamiento
y la modificación de la capa de ozono estratosférico.
Actividades
9.24 Los gobiernos al nivel que corresponda, con la cooperación de los órganos
competentes de las Naciones Unidas y, según proceda, de organizaciones
intergubernamentales y no gubernamentales, y el sector privado, deberían:
a) Ratificar, aceptar o aprobar el Protocolo de Montreal y sus enmiendas de 1990;
hacer efectivas, prontamente, sus contribuciones a los fondos fiduciarios de
Viena y Montreal y al Fondo Multilateral Provisional; y contribuir, según
proceda, a las actividades que se están realizando en virtud del Protocolo
de Montreal y sus mecanismos de aplicación, entre ellas, el suministro
de sucedáneos de los CFC y demás sustancias que agotan la capa
de ozono y la facilitación de la transferencia de las tecnologías
correspondientes a los países en desarrollo, a fin de que puedan cumplir
con las obligaciones del Protocolo;
b) Apoyar una mayor expansión del Sistema Mundial de Observación
del Ozono, facilitando, mediante fondos bilaterales y multilaterales, el establecimiento
y funcionamiento de nuevas estaciones de observación sistemática,
especialmente en el cinturón tropical del hemisferio sur;
c) Participar activamente en la evaluación continua de la información
científica y los efectos para la salud y el medio ambiente, así como
las consecuencias tecnológicas y económicas, del agotamiento del
ozono estratosférico; y considerar otras medidas que resulten justificadas
y viables en función de tales evaluaciones;
d) Sobre la base de los resultados de las investigaciones acerca de los efectos
de la radiación ultravioleta adicional que llega a la superficie de la
Tierra, considerar la posibilidad de tomar medidas correctivas apropiadas en
las esferas de la salud humana, la agricultura y el medio marino;
e) Reemplazar los CFC y demás sustancias que agotan la capa de ozono,
con arreglo a lo dispuesto en el Protocolo de Montreal, reconociendo que la conveniencia
de este reemplazo debería evaluarse en forma integral y no simplemente
sobre la base de su contribución a la solución de un problema atmosférico
o ambiental.
D. Contaminación atmosférica transfronteriza
Bases para la acción
9.25 La contaminación transfronteriza tiene efectos nocivos para la salud
de los seres humanos y otros efectos perjudiciales en el medio ambiente, como
la pérdida de árboles y bosques y la acidificación de masas
de agua. Las redes que vigilan la contaminación atmosférica no
cubren todas las regiones por igual y los países en desarrollo están
muy poco representados. La falta de datos fidedignos sobre las emisiones fuera
de Europa y América del Norte limita considerablemente las posibilidades
de medir la contaminación atmosférica transfronteriza. También
es insuficiente la información sobre los efectos de la contaminación
atmosférica en el medio ambiente y la salud en otras regiones.
9.26 La Convención de 1979 sobre la contaminación atmosférica
transfronteriza a larga distancia y sus protocolos han establecido un régimen
regional en Europa y América del Norte, basado en un proceso de examen
y en programas cooperativos de observación sistemática y evaluación
de la contaminación atmosférica e intercambio de información
al respecto. Estos programas deben mantenerse y ampliarse y sus resultados deben
compartirse con otras regiones del mundo.
Objetivos
9.27 Los objetivos de esta área de programas son:
a) Elaborar y aplicar tecnologías de control y medición de la contaminación
producida por fuentes fijas y móviles de contaminación atmosférica
y elaborar otras tecnologías ecológicamente racionales;
b) Observar y evaluar sistemáticamente las fuentes y la magnitud de la
contaminación atmosférica transfronteriza producida por procesos
naturales y actividades antropógenas;
c) Fortalecer la capacidad, en particular de los países en desarrollo,
para medir y determinar los movimientos y los efectos de la contaminación
atmosférica transfronteriza y elaborar modelos al respecto, mediante el
intercambio de información y la formación de expertos, entre otras
actividades;
d) Desarrollar la capacidad para evaluar y mitigar la contaminación atmosférica
transfronteriza producida por accidentes industriales y nucleares, desastres
naturales y la destrucción deliberada y/o accidental de recursos naturales;
e) Promover la adopción de nuevos acuerdos regionales para limitar la
contaminación atmosférica transfronteriza, y la aplicación
de los existentes;
f) Elaborar estrategias encaminadas a reducir las emisiones que provocan la contaminación
atmosférica transfronteriza y sus efectos.
Actividades
9.28 Los gobiernos al nivel que corresponda, con la cooperación de los órganos
competentes de las Naciones Unidas y, según proceda, de las organizaciones
intergubernamentales y no gubernamentales, el sector privado y las instituciones
financieras, deberían:
a) Establecer y/o fortalecer acuerdos regionales para la lucha contra la contaminación
atmosférica transfronteriza y cooperar, en particular con los países
en desarrollo, en las esferas de la observación y la evaluación
sistemáticas, la construcción de modelos y el desarrollo e intercambio
de tecnologías para la limitación de las emisiones procedentes
de fuentes móviles y fijas de contaminación atmosférica.
En este contexto, se debería hacer más hincapié en la consideración
del alcance, las causas y los efectos socioeconómicos y para la salud
de la radiación ultravioleta, la acidificación del medio ambiente
y el daño causado a los bosques y a la vegetación en general por
los fotooxidantes;
b) Establecer o fortalecer sistemas de alerta temprano y mecanismos de intervención
en relación con la contaminación atmosférica transfronteriza
que resulta de accidentes industriales y desastres naturales, así como
de la destrucción deliberada y/o accidental de recursos naturales;
c) Facilitar las oportunidades de capacitación y el intercambio de datos
e información y de experiencias nacionales y/o regionales;
d) Cooperar en los planos regional, multilateral y bilateral para evaluar la
contaminación atmosférica transfronteriza y elaborar y ejecutar
programas que incluyan medidas concretas para reducir las emisiones a la atmósfera
y hacer frente a sus efectos ambientales, económicos, sociales y de otra índole.
Medios de ejecución
Cooperación internacional y regional
9.29 Los instrumentos jurídicos en vigor han creado estructuras institucionales
que se relacionan con los propósitos de esos instrumentos y la labor al
respecto debería proseguir básicamente en esos contextos. Los gobiernos
deberían continuar y aumentar su cooperación en los planos regional
y mundial, así como en el sistema de las Naciones Unidas. En ese contexto,
cabe hacer referencia a las recomendaciones contenidas en el capítulo
38 del Programa 21 (Arreglos institucionales internacionales).
Aumento de la capacidad
9.30 Los países, en cooperación con los órganos competentes
de las Naciones Unidas, los donantes internacionales y las organizaciones no
gubernamentales, deberían movilizar recursos técnicos y financieros
y facilitar la cooperación técnica con países en desarrollo
a fin de reforzar sus capacidades técnicas y de gestión, planificación
y administración para promover el desarrollo sostenible y la protección
de la atmósfera, en todos los sectores pertinentes.
Desarrollo de los recursos humanos
9.31 Es preciso adoptar y fortalecer programas de educación y de toma
de conciencia en los planos local, nacional e internacional que se refieran a
la promoción del desarrollo sostenible y a la protección de la
atmósfera, en todos los sectores pertinentes.
Financiación y evaluación de los costos
9.32 La secretaría de la Conferencia ha estimado que el costo total medio
por año (1993-2000) de ejecución de las actividades del área
de programas A ascenderá a unos 640 millones de dólares, que la
comunidad internacional suministrará a título de donación
o en condiciones de favor. Estas estimaciones son indicativas y aproximadas únicamente
y no han sido objeto de examen por los gobiernos. Los costos reales y las condiciones
financieras, incluidas las no concesionarias, dependerán, entre otras
cosas, de las estrategias y los programas específicos que los gobiernos
decidan ejecutar.
9.33 La secretaría de la Conferencia ha estimado que el costo total medio
por año (1993-2000) de ejecución de las actividades del programa
en cuatro etapas del área de programas B ascenderá a unos 20.000
millones de dólares, que la comunidad internacional suministrará a
título de donación o en condiciones de favor. Estas estimaciones
son indicativas y aproximadas únicamente y no han sido objeto de examen
por los gobiernos. Los costos reales y las condiciones financieras, incluidas
las no concesionarias, dependerán, entre otras cosas, de las estrategias
y los programas específicos que los gobiernos decidan ejecutar.
9.34 La secretaría de la Conferencia ha estimado que el costo total medio
por año (1993-2000) de ejecución de las actividades del área
de programas C será de unos 160 a 590 millones de dólares a título
de donación o en condiciones de favor. Estas estimaciones son indicativas
y aproximadas únicamente y no han sido objeto de examen por los gobiernos.
Los costos reales y las condiciones financieras, incluidas las no concesionarias,
dependerán, entre otras cosas, de las estrategias y los programas específicos
que los gobiernos decidan ejecutar.
9.35 La secretaría de la Conferencia ha incluido los costos de la asistencia
técnica y los programas experimentales en los párrafos 9.32 y 9.33.
Notas
1/ Las fuentes de energía
nuevas y renovables son las energías heliotérmica, solar fotovoltaica,
eólica, hidroeléctrica, de biomasa, geotérmica, marina,
animal y humana, de las que se trata en los informes del Comité sobre
el Aprovechamiento y la Utilización de las Fuentes de Energía Nuevas
y Renovables, preparados específicamente para la Conferencia (véanse
A/CONF.151/PC/119 y A/AC.218/1992/5).
2/ Ello incluye
las normas o recomendaciones promovidas por las organizaciones regionales
de integración económica.
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