Cada vez con m¨¢s frecuencia, la escasez de agua se considera un riesgo sist¨¦mico mundial. Desde 2012, en los ¨²ltimos siete informes anuales sobre riesgos, el Foro Econ¨®mico Mundial enumera las crisis de agua como uno de los cinco riesgos principales en cuanto a la repercusi¨®n que podr¨ªa tener en la econom¨ªa mundial.1 Un estudio reciente demuestra que dos tercios de la poblaci¨®n mundial viven en condiciones de grave escasez de agua durante al menos un mes al a?o.2 Casi la mitad de estas personas viven en China o la India. A lo largo del a?o, unos 500 millones de personas sufren la grave escasez de agua en el mundo.
El consumo excesivo de agua es una pr¨¢ctica generalizada. Algunos r¨ªos como el r¨ªo Amarillo en China o el r¨ªo Colorado en los Estados Unidos ya ni siquiera llegan a desembocar en el oc¨¦ano. A su paso, el agua de estos r¨ªos se recoge para abastecer a los agricultores, a las industrias y a los hogares. El mar de Aral, en Asia Central, y el lago Urmia, en la Rep¨²blica Isl¨¢mica del Ir¨¢n, han desaparecido casi por completo como consecuencia del uso de agua r¨ªo arriba. Adem¨¢s, las reservas de aguas subterr¨¢neas se est¨¢n agotando a ritmos preocupantes en todos los continentes. Por ejemplo, los Estados Unidos est¨¢n sobreexplotando los acu¨ªferos de las Altas Llanuras y del Valle Central; la India y el Pakist¨¢n, los acu¨ªferos del curso superior del Ganges y del curso inferior del Indo; y China, el acu¨ªfero de China septentrional. Muchas veces, las tasas de extracci¨®n son de 10 a 50 veces superiores a las tasas de recarga natural.3 En muchos lugares, como el Yemen, los niveles de agua subterr¨¢nea se reducen un metro cada a?o. La contaminaci¨®n del agua tambi¨¦n est¨¢ generalizada. Los fertilizantes y plaguicidas empleados en la agricultura terminan en los r¨ªos, de forma que se infringen las normas de calidad del agua sin que las autoridades tomen medidas formales. Varios de los riachuelos de Bangladesh y China se ven rojos, violetas o azules a causa de las aguas residuales que vienen de la industria textil, cuyos colores dependen de la ¨²ltima moda de los pa¨ªses occidentales.
Algunos de nosotros, como yo, vivimos en zonas lluviosas donde la escasez de agua parece un problema lejano, pero que, aun as¨ª, nos afecta. Sorprendentemente, el 40% de la huella de agua de los consumidores europeos proviene de fuera del continente, a menudo, de lugares que sufren graves problemas relacionados con el agua. Gran parte de nuestra comida y de muchos otros productos se importan desde pa¨ªses con cuencas de captaci¨®n que sufren estr¨¦s h¨ªdrico. Para la producci¨®n alimentaria en concreto, se utilizan grandes cantidades de agua. Para producir un filete de 200 gramos, se consume una media de 3.000 litros de agua. Para producir una chocolatina de 200 gramos, se necesitan 3.400. Se comercia intensivamente con pienso para el ganado y alimentos para nuestro consumo directo que, con frecuencia, proceden de lugares donde existe escasez de agua. Por ejemplo, se ha calculado que aproximadamente el 50% de la huella de agua de los consumidores del Reino Unido proviene de las cuencas fluviales donde el consumo de agua supera los niveles sostenibles, todas ellas fuera del pa¨ªs.4
A pesar de que gran parte del agotamiento y la contaminaci¨®n de los recursos h¨ªdricos lleva ocurriendo desde hace a?os, todav¨ªa no hemos encontrado una respuesta adecuada. Propongo tres medidas para conseguir un uso del agua m¨¢s sostenible.5 En primer lugar, los Gobiernos deber¨¢n establecer l¨ªmites de huella de agua para todas las cuencas de captaci¨®n del mundo. Estos l¨ªmites son necesarios para establecer un umbral de consumo de agua en todas las cuencas fluviales. Uno de los l¨ªmites depender¨¢ de la disponibilidad local de agua y variar¨¢ a lo largo del a?o, ya que, en la ¨¦poca seca, la cantidad m¨¢xima de agua disponible para el consumo es menor. Adem¨¢s, no toda el agua de los r¨ªos se puede utilizar. Se deber¨¢ conservar un volumen m¨ªnimo de agua para el mantenimiento de los ecosistemas y la biodiversidad. De ellos dependen tambi¨¦n los medios de subsistencia de las personas que viven r¨ªo abajo. Los l¨ªmites de huella de agua tambi¨¦n se pueden utilizar para establecer un nivel m¨¢ximo de contaminaci¨®n en una cuenca de captaci¨®n, el cual depender¨¢ de su capacidad de asimilaci¨®n. Cuando hay un l¨ªmite, tenemos que asegurarnos de que el n¨²mero de "permisos de huella de agua" concedidos a usuarios espec¨ªficos no lo supera. Solo de esta forma podremos garantizar que el volumen de usos de agua y el volumen de cargas de contaminantes permanecen dentro de niveles sostenibles. Deber¨ªamos aceptar que el uso del agua no constituye necesariamente un problema, siempre y cuando se purifique el agua utilizada y se devuelva al r¨ªo o al acu¨ªfero del que se extrajo. As¨ª, la huella de agua mide solo el uso consuntivo de agua, es decir, el agua que no se devuelve a la fuente de la que se ha extra¨ªdo, y el volumen de agua contaminada, es decir, el agua que no se ha limpiado antes de su eliminaci¨®n.
La segunda medida consiste en establecer par¨¢metros de huella de agua para todas las necesidades que requieren una gran cantidad de agua, como los alimentos, las bebidas, la ropa, las flores y la bioenerg¨ªa. Debemos promover las mejores tecnolog¨ªas y las mejores pr¨¢cticas disponibles para conseguir los niveles m¨¢s bajos de uso y contaminaci¨®n del agua. El desperdicio de agua en la agricultura y la industria es de gran magnitud. Si establecemos par¨¢metros de huella de agua para los productos, tendremos la medida de lo que son niveles razonables de uso de agua, lo que incluye tambi¨¦n las fases de la cadena de suministro de un producto. Diferentes estudios ya han demostrado que se pueden conseguir importantes ahorros de agua y una gran reducci¨®n de la contaminaci¨®n de esta simplemente sustituyendo las pr¨¢cticas desactualizadas por otras mejores que ya est¨¢n disponibles. Ser¨ªa ideal que los consumidores se mantuvieran informados y dispusieran de opciones. Hoy en d¨ªa, es dif¨ªcil comprar productos respetuosos con los recursos h¨ªdricos, simplemente porque existe una gran falta de informaci¨®n al respecto. Los gobiernos deben promover una mayor transparencia de los productos mediante la imposici¨®n de obligaciones a las empresas de demostrar que han cumplido ciertos criterios m¨ªnimos de producci¨®n. No es solo importante para los consumidores que se sit¨²an al final de la cadena de suministro, sino tambi¨¦n para las empresas que quieren abastecerse de manera sostenible. Los par¨¢metros de huella de agua tambi¨¦n ser¨¢n ¨²tiles para los gobiernos a la hora de conceder permisos de huella de agua a usuarios espec¨ªficos, ya que estos permisos pueden limitarse a casos en los que sea absolutamente necesaria, en funci¨®n del tipo de producci¨®n.
La tercera medida consiste en promover un uso del agua m¨¢s justo entre las comunidades. En los Estados Unidos de Am¨¦rica y en Europa Meridional, los consumidores tienen una huella de agua de casi el doble de la media mundial. Dado que el volumen de agua por habitante del mundo es limitado, debemos compartirlo y determinar qu¨¦ niveles directos e indirectos de uso del agua por persona son razonablemente aceptables. Para ello, es necesaria una acci¨®n pol¨ªtica del m¨¢s alto nivel que dar¨¢ lugar, sin duda, a muchos puntos de vista muy diferentes. Es probable que haya debates y negociaciones similares cuando busquemos una respuesta a los desaf¨ªos del cambio clim¨¢tico. Si queremos estabilizar nuestra huella de agua total para evitar que siga aumentando, el consumo medio anual por persona deber¨¢ disminuir de 1.385 metros c¨²bicos en el a?o 2000 a 835 metros c¨²bicos para 2100, en vista del crecimiento demogr¨¢fico esperado. Aunque sin duda podemos sobrevivir con esa cantidad de agua, muchos de nosotros tendremos que ajustar nuestras modalidades de consumo para reducir el uso directo e indirecto de agua.
Si queremos que todos los ciudadanos del mundo tengan la misma huella de agua, China y la India tendr¨ªan que reducir su huella de agua por persona aproximadamente un 22,5% durante el siglo que viene. Es un gran desaf¨ªo, teniendo en cuenta que el consumo de agua en estos pa¨ªses est¨¢ aumentando actualmente. Ser¨¢ un desaf¨ªo a¨²n mayor para los ciudadanos de los Estados Unidos, que tendr¨¢n que reducir el uso de agua un impactante 70%. La adopci¨®n de tecnolog¨ªas mejores por s¨ª sola no ser¨¢ suficiente. Las personas tambi¨¦n tendr¨¢n que cambiar sus modelos de consumo. Cosas sencillas, como ducharse en cinco minutos en lugar de en diez, pueden ayudar, pero no ser¨¢ suficiente, porque para la mayor¨ªa de las personas, el uso de agua en los hogares representa solo entre el 1% y el 4% de su huella de agua total. El resto proviene de los productos de consumo, en concreto, los alimentos. En muchos pa¨ªses, del 30% al 40% del uso de agua indirecto total se deriva del consumo de carne y productos l¨¢cteos. Por eso, comer menos carne y volverse vegetariano ser¨¢ un paso m¨¢s eficaz para ahorrar agua.
Perm¨ªtanme que haga un resumen. Debemos reducir nuestra huella de agua de manera considerable en muchas cuencas fluviales del mundo. Podemos conseguirlo estableciendo los l¨ªmites de la huella de agua por cuenca fluvial y los objetivos de reducci¨®n de la huella de agua por producto, as¨ª como cambiando nuestros modelos de consumo, entre otras cosas, desperdiciando menos comida y comiendo menos carne. El reparto justo de los escasos recursos de agua dulce del mundo ser¨¢ clave para reducir la amenaza que supone la escasez de agua para la biodiversidad y el bienestar humano. La colaboraci¨®n internacional para poner en pr¨¢ctica estas medidas ser¨¢ esencial.
Notas
- Foro Econ¨®mico Mundial, The Global Risks Report 2018, 13? ed. (Ginebra, Suiza, 2018).
- Mesfin M. Mekonnen y Arjen Y. Hoekstra, ¡°Four billion people facing severe water scarcity¡±, Science Advances, vol. 2, n¨²m. 2 (12 de febrero de 2016), e1500323. Disponible en .
- Carole Dalin et al., ¡°Groundwater depletion embedded in international food trade¡±, Nature, vol. 543, n¨²m.7647 (30 de marzo de 2017), p¨¢gs. 700-704. Disponible en .
- Arjen Y. Hoekstra y Mesfin M. Mekonnen, ¡°Imported water risk: the case of the UK¡±, Environmental Research Letters, vol. 11, n¨²m. 5 (27 de abril de 2016), 055002. Disponible en .
- Arjen Y. Hoekstra, The Water Footprint of Modern Consumer Society (Londres, Reino Unido, Routledge, 2013).
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