Cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas?, este medio de comunicaci車n acababa de empezar a experimentar algunos de los desaf赤os relacionados con la aparici車n de las tecnolog赤as digitales. Desde entonces, la televisi車n ha pasado de la radiodifusi車n anal車gica a la digital, de los televisores y monitores de ordenador de tubo a los de pantalla plana y de la transmisi車n nacional al alcance internacional mediante plataformas digitales por sat谷lite, a la vez que ofrece una calidad de imagen y sonido cada vez mayor. Todo el contexto tecnol車gico de la televisi車n se ha renovado, pero a un alto coste para el sector de los medios de comunicaci車n y los fondos p迆blicos en general. Hoy en d赤a, es dif赤cil encontrar un canal de televisi車n que no tenga presencia en internet, la mayor赤a de las cadenas ya no dependen de las limitadas frecuencias de radio. De esta manera, la televisi車n tradicional ha sobrevivido a la dura competencia de los medios de comunicaci車n basados en internet, especialmente de las plataformas en las que se comparten v赤deos y de los servicios de medios audiovisuales no lineales a la carta.
Adem芍s, la televisi車n sigue siendo?la mayor fuente de consumo de v赤deos, puesto que el n迆mero de hogares con servicio de televisi車n en el mundo sigue aumentando. Adem芍s del entretenimiento, la televisi車n proporciona numerosas oportunidades para promover la educaci車n, la comprensi車n y la cultura, a trav谷s de las fronteras y dentro de ellas, y para aumentar la sensibilizaci車n del p迆blico en cuanto a los acontecimientos mundiales importantes que rigen los titulares.
La televisi車n contribuye a que centremos nuestra atenci車n en los principales problemas actuales, ya que somos testigos de la aparici車n de conflictos y amenazas para la seguridad pol赤tica, econ車mica y social en tiempo real. En muchos pa赤ses, los servicios p迆blicos de radiodifusi車n 求actualmente conocidos como medios de comunicaci車n de servicio p迆blico求 son los encargados de proporcionar el contenido de las noticias de televisi車n. En el mismo a?o que las Naciones Unidas decidieron celebrar el D赤a Mundial de la Televisi車n, el Consejo de Europa reconoci車 a los medios de comunicaci車n de servicio p迆blico como ※§. Su mandato suele incluir un cumplimiento estricto de las normas period赤sticas profesionales, un enfoque equilibrado e imparcial para las noticias de actualidad, una pluralidad de puntos de vista pol赤ticos y culturales, y la presentaci車n de programas destinados a diversos grupos de telespectadores. Tambi谷n atiende a las necesidades de los ni?os, las mujeres y diversos grupos minoritarios que, de lo contrario, podr赤an ser ignorados por los medios de comunicaci車n comerciales.
Tradicionalmente, la confianza del p迆blico en los radiodifusores p迆blicos se obtiene gracias al trabajo duro de los periodistas y editores televisivos que se esfuerzan para cumplir con las expectativas de los telespectadores. En la cacofon赤a moderna de mensajes contradictorios, la desinformaci車n y las interpretaciones contradictorias de los acontecimientos, los medios de comunicaci車n de servicio p迆blico son la voz de la calidad y el periodismo de investigaci車n, de la verificaci車n de datos, el contexto y la raz車n. En ese sentido, los medios de comunicaci車n de servicio p迆blico son capaces de establecer un est芍ndar para los medios comerciales en la divulgaci車n de informaci車n oportuna y fiable al p迆blico, especialmente en situaciones de emergencia.
Por desgracia, en muchas de las denominadas "sociedades en transici車n" la televisi車n de servicio p迆blico ha llegado como un hijo pobre y no deseado, privado de los debidos cuidados y atenciones, que existe 迆nicamente para dar una apariencia de reforma democr芍tica.
En otros contextos, puede que los medios de comunicaci車n de servicio p迆blico solo existan sobre el papel, puesto que se encuentran bajo el control del gobierno, tanto econ車mica como administrativamente. En estos casos, se pierde la confianza en los medios de comunicaci車n de servicio p迆blico, que pasan a depender del gobierno y a retransmitir los mensajes de quienes ostentan el poder pol赤tico.
La imagen se vuelve desoladora cuando los medios de comunicaci車n de servicio p迆blico controlados por el gobierno se complementan con otros canales que tambi谷n son apresados por el Estado. La captura de los medios de comunicaci車n tiene por objeto controlar al p迆blico mediante la propaganda y su principal arma: la desinformaci車n. Al obtener una posici車n dominante sobre los medios audiovisuales y, por tanto, ejercer presi車n sobre los radiodifusores de televisi車n y, en 迆ltima instancia, restringir su libertad editorial, el Estado determina la libertad de informaci車n, que est芍 consagrada en la?Declaraci車n Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, adoptada hace 75 a?os, entre otras libertades. El control del Estado sobre la informaci車n masiva se traduce en su monopolio sobre la "verdad" y la eliminaci車n del pluralismo de los medios.
Esto es motivo de preocupaci車n para toda la comunidad internacional, ya que la opresi車n sistem芍tica del derecho humano a la libertad de informaci車n dentro de las fronteras nacionales deriva en la existencia, m芍s all芍 de las fronteras de un pa赤s, de agresividad y propaganda perniciosa contra "los dem芍s".
El?, un tratado de la Liga de las Naciones de 1936, es especialmente relevante en este contexto, ya que obliga a los gobiernos a restringir la expresi車n que constituya una amenaza para la paz y la seguridad internacionales. El Convenio, del cual siguen siendo parte numerosos Estados miembros de las Naciones Unidas (al menos formalmente)1, obliga a los gobiernos a prohibir y detener cualquier radiodifusi車n dentro de sus territorios que sea de tal car芍cter que incite a la poblaci車n de cualquier territorio a cometer actos incompatibles con el orden interno o la seguridad de un territorio. Recoge un mandato similar en lo que respecta a incitar a la guerra contra otra de las altas partes contratantes. Esta disposici車n no diferencia entre el discurso del Estado y el de un particular. Por otra parte, este Convenio tambi谷n proh赤be la radiodifusi車n de noticias falsas. Si las partes no pueden resolver sus controversias en relaci車n con la aplicaci車n del Convenio a trav谷s de los canales diplom芍ticos, estas controversias pueden llevarse ante la Corte Internacional de Justicia, que fue precedida por la Corte Permanente de Justicia Internacional. Si las partes no son miembros de la Corte, el litigio puede remitirse para su revisi車n a un tribunal de arbitraje, constituido de conformidad con el Convenio de La Haya, de 18 de octubre de 1907, para la Resoluci車n Pac赤fica de Controversias Internacionales, .
Teniendo en cuenta la Carta de las Naciones Unidas, y de acuerdo con los objetivos y principios de la organizaci車n, en 1970, la Asamblea General declar車 que . Por ese motivo, el 1 de agosto de 1975, los Estados que participaban en la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperaci車n en Europa (posteriormente denominada Organizaci車n para la Seguridad y la Cooperaci車n en Europa y Consejo de Europa),??a abstenerse de difundir propaganda a favor de la guerra de agresi車n o cualquier amenaza o uso de la fuerza contra otro Estado participante.
El D赤a Mundial de la Televisi車n no es tanto una celebraci車n de la tecnolog赤a, sino m芍s bien de los nobles ideales que esta puede promover. Entre estos ideales se encuentran la paz y las relaciones amistosas entre naciones, el acceso del p迆blico general a la informaci車n como medio para cumplir la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y el desarrollo de una sociedad del conocimiento, as赤 como de los derechos humanos y la democracia. Al conmemorar este d赤a reconocemos y recordamos el impacto de la televisi車n en nuestras vidas, con la esperanza de que se aproveche su potencial para mejorar la sociedad e impulsar la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible para todos.
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Nota
1?El 迆ltimo pa赤s en adherirse al Convenio fue Liberia en 2005.
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La Cr車nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as赤 como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art赤culos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci車n por parte de las Naciones Unidas.?