Los bosques costeros de la Isla Afognak, que forma parte del Archipi¨¦lago Kodiak, en Alaska, parecen a primera vista parajes v¨ªrgenes e intactos. Los kil¨®metros de playas desiertas, solo frecuentadas en su mayor parte por los osos pardos y los alces de Roosevelt que pueblan la isla. Lamentablemente, esa percepci¨®n es absolutamente err¨®nea, debido a la situaci¨®n de la isla a lo largo del Giro del Pac¨ªfico Norte: una enorme corriente oce¨¢nica que se mueve en espiral en el sentido contrario a las agujas del reloj en el Oc¨¦ano Pac¨ªfico, al norte del Ecuador, depositando cada a?o en sus playas cientos de miles de kilos de los pl¨¢sticos que se vierten en el mundo.

Conforme a la Primera Evaluaci¨®n Integrada del Medio Marino a Escala Mundial , publicada bajo los auspicios de la Asamblea General de las Naciones Unidas, aunque el tipo de residuos que se encuentran en los oc¨¦anos del mundo es muy diversa, los pl¨¢sticos son, con diferencia, el material m¨¢s abundante (¡­) Seg¨²n las estimaciones, este material representa entre un 60% y un 80% del total de todos los detritos marinos. El informe alerta de que en casi todos los aspectos de la vida cotidiana utilizamos pl¨¢sticos, por lo que la producci¨®n de pl¨¢sticos ha experimentado un incremento sustancial. Seg¨²n se explica en el estudio, los detritos marinos se hallan presentes en todos los h¨¢bitats marinos, desde las regiones densamente pobladas hasta los puntos remotos alejados de las actividades humanas, desde las playas y las aguas poco profundas hasta ?las simas oce¨¢nicas.

Ante esta situaci¨®n, un equipo de estudiantes universitarios de la , instituci¨®n estadounidense miembro de la iniciativa Impacto Acad¨¦mico de las Naciones Unidas, dirigido por John Misasi, Profesor Adjunto de Ingenier¨ªa y Dise?o, est¨¢ trabajando para averiguar c¨®mo el mundo podr¨ªa hacer un uso ¨®ptimo de estos pl¨¢sticos desechados, con la esperanza de que, una vez demostrada su viabilidad comercial, sea posible crear un mercado fuerte para su comercializaci¨®n, dado que a d¨ªa de hoy no existe ning¨²n mercado para estos productos. Seg¨²n indica Misasi, la composici¨®n qu¨ªmica original de la mayor¨ªa de los pl¨¢sticos oce¨¢nicos que la corriente deposita en las playas se ha degradado, pero ello no significa que no tengan valor como productos reciclables.

El experto explic¨® que lo que el equipo est¨¢ intentando hacer es entender la manera en que estos pl¨¢sticos oce¨¢nicos, en sus diferentes niveles de degradaci¨®n, pueden descomponerse, mezclarse y recombinarse en nuevos compuestos de igual o mayor calidad que en su forma original. Christofer Owen, uno de los alumnos de Misasi, pas¨® cinco d¨ªas en Afognak en el marco de una iniciativa de limpieza de las playas con una beca subvencionada por el Ocean Plastics Recovery Project, la Island Trails Network y la National Fish and Wildlife Foundation. Christofer explic¨® que es necesario sobrepasar el l¨ªmite de la marea alta y entrar en los bosques para buscar todos los pl¨¢sticos que no han ido a parar al mar.

Misasi y su equipo est¨¢n centrando sus esfuerzos en crear nuevos compuestos a partir de los pl¨¢sticos que se acumulan en las playas. Seg¨²n Molly House, que, al igual que Owen, estudia ingenier¨ªa de pl¨¢sticos y compuestos en esta universidad, todos los pl¨¢sticos oce¨¢nicos que la corriente deposita en las playas se han visto alterados por su exposici¨®n a la luz ultravioleta y al agua salada. Molly explic¨® que lo que el equipo ha estado haciendo es reunir estos pl¨¢sticos, limpiarlos, triturarlos, colocarlos en una m¨¢quina extrusora y luego crear nuevos compuestos a partir de ellos para ver la forma y la posibilidad de incorporar estos nuevos compuestos fabricados a partir de pl¨¢sticos oce¨¢nicos a nuevos productos.

Molly House indic¨® que, hasta el momento, los resultados hab¨ªan sido muy alentadores y que hab¨ªan producido, a partir de tres grandes tipos de pl¨¢sticos, compuestos mucho m¨¢s el¨¢sticos y menos fr¨¢giles que los fabricados con un ¨²nico tipo de pl¨¢stico reciclado. Se?alo la necesidad de buscar la manera de hacer el proceso m¨¢s escalable para que pueda aplicarse con mayor eficacia a operaciones de mayor envergadura. Misasi explic¨® que el trabajo que est¨¢n realizando sus alumnos podr¨ªa constituir un primer paso hacia un replanteamiento del enfoque que utilizan los pa¨ªses para gestionar sus pl¨¢sticos oce¨¢nicos y destac¨® la necesidad de demostrar el valor de estos pl¨¢sticos como material reutilizable y crear un nicho industrial potente para estos productos.

Los estudiantes que participan en esta iniciativa coinciden en que la b¨²squeda de nuevos m¨¦todos para reducir y reutilizar los pl¨¢sticos que ya existen en lugar de fabricar otros nuevos reportar¨ªa grandes beneficios y representar¨ªa un gran avance. Lo ¨²nico que falta para lograrlo es encontrar el modo adecuado de hacerlo, de manera que la industria entienda que los pl¨¢sticos oce¨¢nicos pueden reutilizarse si se manipulan y combinan correctamente. Misasi se?al¨® que estos materiales constituyen actualmente una fuente de materias primas menos valiosa por considerarse que est¨¢n demasiado degradados. Por tanto, lo que el equipo intenta hacer es demostrar que existen numerosas posibilidades de utilizar estos materiales reciclables para crear nuevos productos.

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