Reflexionar sobre 2020 es toda una lecci¨®n: una pandemia global, incendios forestales inducidos por el clima, eventos clim¨¢ticos extremos, disturbios raciales y un hambre y pobreza crecientes. Estos han devastado la vida de miles de millones de personas y estancado los esfuerzos globales para promover la agenda 2030 a nivel local, nacional y mundial.
A pesar de la magnitud y gravedad de estas fuerzas en el mundo en este momento, esta no es la primera vez que hemos tenido que enfrentar este tipo de crisis y la consiguiente necesidad de una acci¨®n concertada y coordinada. En 1996, Maurice Strong pronunci¨® la . La pregunta que enfrentaba el mundo, tanto entonces como ahora, era si pod¨ªamos producir todos los alimentos necesarios para satisfacer las necesidades y el hambre del planeta. Strong argument¨® afirmativamente al tiempo que reconoc¨ªa los enormes desaf¨ªos, incertidumbres y vulnerabilidades inherentes a esa tarea.
Argument¨®: ¡°Lo que parece seguro es que para satisfacer estas necesidades y hacer la transici¨®n a la agricultura sostenible, se requerir¨¢ una revisi¨®n radical de las pol¨ªticas gubernamentales y un grado de cooperaci¨®n entre naciones, instituciones y pueblos a una escala sin precedentes en la experiencia humana... Esto significa volver a colocar la agricultura en el centro de las agendas internacionales y nacionales y significa enfrentar este desaf¨ªo con nuevos reg¨ªmenes de pol¨ªticas y gesti¨®n que sean de naturaleza sist¨¦mica, que reconozcan y sean capaces de lidiar con las complejas relaciones de interacci¨®n en el ¨¢mbito f¨ªsico, de dominios econ¨®micos y sociales, que ser¨¢n el ¨²nico camino viable hacia un futuro sostenible".
Veinticuatro a?os despu¨¦s, este consejo nunca ha sido m¨¢s relevante o urgente. Al mirar hacia la Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU, dos cosas resaltan en las declaraciones de Strong: los sistemas y la cooperaci¨®n. Con respecto a los sistemas, una cosa est¨¢ clara: el enfoque reduccionista y orientado a silos que ha dominado gran parte de la producci¨®n y el pensamiento modernos de alimentos es insuficiente y sigue teniendo consecuencias negativas no deseadas. Debemos promoversoluciones sist¨¦micas.
Y, a medida que exploramos soluciones que cambian el juego, que son escalables y contextuales, debemos poner el mismo ¨¦nfasis en soluciones que sean ³ó´Ç±ô¨ª²õ³Ù¾±³¦²¹²õ , ¡°, tierras agr¨ªcolas, pastos, pesca continental, mano de obra, infraestructura, tecnolog¨ªa, pol¨ªticas , regulaciones, instituciones, culturas y tradiciones que est¨¢n involucradas en el cultivo, procesamiento, distribuci¨®n y consumo de alimentos¡±. Para hacerlo, ser¨¢ necesario que tambi¨¦n usemos herramientas innovadoras como para que todos se sienten a la misma mesa, creando un enfoque com¨²n que respalde los cambios que buscamos colectivamente.
En cuanto a la ¡°cooperaci¨®n entre naciones, instituciones y pueblos a una escala sin precedentes en la experiencia humana¡±, este sigue siendo nuestro desaf¨ªo hoy. Las soluciones efectivas solo pueden provenir de la confluencia de perspectivas y un esfuerzo honesto por comprender puntos de vista diversos y, a menudo, opuestos sobre el futuro de los alimentos. A trav¨¦s del UNFSS tenemos la oportunidad de generar confianza, crear espacios para un di¨¢logo significativo entre todos los actores del sistema e identificar soluciones que se basen en la experiencia y evidencia diversa de los estados miembros, la comunidad cient¨ªfica, movimientos de base, agricultores, pueblos ind¨ªgenas, sociedad civil. organizaciones, sector privado, instituciones financieras, entre otros.
Al hacerlo, basados en principios democr¨¢ticos, deliberaciones transparentes, poder compartido y participaci¨®n inclusiva para garantizar que las soluciones est¨¦n impulsadas no solo por la evidencia sino tambi¨¦n por la ¨¦tica y el inter¨¦s p¨²blico en general. En consecuencia, debemos movilizar diversas redes y distritos no solo para defender el caso de la transformaci¨®n de los sistemas alimentarios, sino tambi¨¦n para garantizar que todas las voces sean escuchadas y comprometidas.
El 2021 nos presenta una oportunidad para el tipo de ¡°revisi¨®n radical¡± a la que Strong hizo referencia en 1996. Las crisis gemelas de COVID-19 y el cambio clim¨¢tico significan que los sistemas alimentarios son el centro de las agendas internacionales y nacionales como nunca antes. La oportunidad de un cambio transformador positivo no tiene precedentes. Debemos afrontar esta oportunidad con valent¨ªa y optimismo, evitar los riesgos inherentes al pensamiento simplista y adoptar deliberadamente un enfoque de sistemas completos. Con un papel importante para las instituciones y comunidades locales y un papel m¨¢s importante para los peque?os agricultores, los pueblos ind¨ªgenas y las mujeres, juntos podemos lograr la profundidad y amplitud de colaboraci¨®n necesarias para un futuro de los alimentos sostenible, equitativo y resiliente.
Acerca de la autora: es Directora Ejecutiva de la , una alianza estrat¨¦gica de fundaciones filantr¨®picas que trabajan juntas para transformar los sistemas alimentarios globales. Ha sido nombrada Presidenta de la Red de Campeones de la Cumbre de Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas. Ruth aporta a este papel m¨¢s de 25 a?os de experiencia en sistemas alimentarios y, de particular relevancia para esta empresa, tiene una amplia experiencia en el pensamiento sist¨¦mico y en el inicio de cosas nuevas y complejas. Anteriormente, Ruth fue Directora de la Unilever Canada Foundation, Presidenta Fundadora de la Canadian Environmental Grantmakers 'Network, fundadora y Presidenta del Small Change Fund y la primera Directora Medioambiental de la Metcalf Foundation. Twitter: /