18 octubre 2021


?Los disparos a Lloyd Hobbs, un chico con buenas notas en la escuela y bien visto en su comunidad, miembro de una familia respetable y de buena reputaci¨®n, han dejado la impresi¨®n entre la gente de que la vida de un negro tiene poco valor a ojos de la polic¨ªa?, [cita traducida]

de Mass Violence in America,?The Complete Report of Mayor LaGuardia¡¯s Commission on the Harlem Riot of March 19, 1935?(Nueva York, Arno Press y el New York Times, 1969).?

Durante semanas despu¨¦s del horrible asesinato de George Floyd a manos de la polic¨ªa de Mine¨¢polis el 25 de mayo de 2020, que despert¨® una indignaci¨®n masiva en todo el mundo, el barrio que rodea el centro c¨ªvico del Bajo Manhattan, Nueva York, se convirti¨® en un hervidero de cambiantes emociones humanas. Se hizo evidente que ya no se pod¨ªan esconder bajo la alfombra los arraigados sentimientos de injusticia y rechazo y que ya no se iba a seguir tolerando el persistente ejercicio del poder cargado de prejuicios y odio.

Mientras me hac¨ªa camino fren¨¦ticamente por las abarrotadas barreras de control que proliferaban junto a los escaparates tapiados con la determinaci¨®n de no incumplir con el toque de queda impuesto en una ciudad confinada, la tensi¨®n que percib¨ªa era tangible e inquietante. Con los conocimientos que ten¨ªa sobre injusticias sociales y discriminaci¨®n racial previamente adquiridos y compartidos exclusivamente en un aula o una biblioteca, no estaba preparado para estas protestas callejeras tan tumultuosas. Recurriendo a los tratados que utilizaba con mis alumnos para su an¨¢lisis, se me ocurrieron varios de ellos como indispensables para hacer frente a ese caos urbano tan desolador y conflictivo.

Uno de los vol¨²menes de un antiguo plan de estudios que me vino a la mente por los ¨²ltimos acontecimientos fue?An American Dilemma: The Negro Problem and Modern Democracy?(1944), un trabajo monumental que hasta el d¨ªa hoy sigue siendo el an¨¢lisis interdisciplinario m¨¢s exhaustivo sobre las relaciones raciales de Estados Unidos. Publicado un a?o antes de la firma de la Carta de las Naciones Unidas en San Francisco, resuena sorprendentemente con la urgencia de hacer frente a la desigualdad que, en palabras del Secretario General de las Naciones Unidas Ant¨®nio Guterres, ?ha alcanzado proporciones cr¨ªticas en todo el mundo y plantea una amenaza cada vez mayor para nuestro futuro?.

Aunque el estudio, financiado por la Carnegie Corporation of New York, se atribuye merecidamente al economista, soci¨®logo y Premio Nobel sueco Gunnar Myrdal, quien dirigi¨® la investigaci¨®n y fue el ¨²nico responsable del informe final, en realidad se trat¨® de una colaboraci¨®n entre varios acad¨¦micos consolidados y n¨®veles de una amplia gama de disciplinas. Uno de ellos fue el Dr. Ralph Johnson Bunche, m¨¢s visiblemente recordado como el primer afroamericano y persona de raza negra en recibir un Premio Nobel de la Paz, c¨¦lebre diplom¨¢tico, ilustre servidor p¨²blico internacional y ferviente defensor de los derechos humanos. Resulta mucho menos conocido fuera del entorno acad¨¦mico su legado intelectual como pionero de las ciencias sociales y pol¨ªticas, por ser capaz de discernir la naturaleza manipulativa de la noci¨®n socialmente fabricada de raza a?os antes de que se adoptara la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos, la que ayud¨® a elaborar. Adelantado a su tiempo, advirti¨® de los peligros del fascismo creciente en Europa y denunci¨® inequ¨ªvocamente las desigualdades basadas en diferencias raciales en la antesala de la Segunda Guerra Mundial. En mitad del 75.??aniversario de la publicaci¨®n de?An American Dilemma?y la posterior fundaci¨®n de las Naciones Unidas, es necesario volver a examinar los esfuerzos tempranos de Bunche por ampliar el debate sobre la raza para ayudar a disipar lo que el Secretario General Ant¨®nio Guterres llama ?el enga?o de que vivimos en un mundo post-racista?.

Tambi¨¦n aprovecho esta oportunidad para celebrar el 117.??cumplea?os de este internacionalista y fil¨¢ntropo visionario, cuyo recuerdo perdura, por encima de todo, ?en la larga lucha por la dignidad humana y contra la discriminaci¨®n racial y la intolerancia?.1

En 1934, a la edad de 31?a?os, Bunche termin¨® una disertaci¨®n doctoral sobre el colonialismo franc¨¦s, tras realizar investigaciones en Par¨ªs y en los archivos de la Liga de las Naciones y tras llevar a cabo trabajo de campo en ?frica Occidental. Algunas de sus conclusiones ser¨ªan contribuciones posteriores al proyecto Carnegie-Myrdal,?definir¨¢n su enfoque hacia las mediaciones por la paz y la supervisi¨®n de la descolonizaci¨®n, y profundizar¨¢n en su largo compromiso con el movimiento por los derechos humanos. En 1936, Bunche hizo una publicaci¨®n titulada?A World View of Race, en la que rechazaba cualquier justificaci¨®n cient¨ªfica de la noci¨®n de raza que fuera lo suficientemente flexible en su significado como para cultivar y racionalizar prejuicios de grupo. Sosten¨ªa que la raza se usaba como pretexto para aplicar pol¨ªticas inadecuadas y como camuflaje para la explotaci¨®n econ¨®mica brutal.2 Las relaciones raciales, como observaba Bunche, estaban cargadas de peligro para la paz y el desarrollo futuros. Con la intenci¨®n de subyugar, a menudo a punta de bayoneta, la noci¨®n de raza se utiliz¨® para obsequiar con las ?bendiciones de la civilizaci¨®n? a pueblos ?atrasados?, que ?fueron obligados a trabajar para poner sus propios recursos a disposici¨®n del resto del mundo? pero ?se les daba una peque?a oportunidad de participar en la nueva riqueza?3 [cita traducida]. La continua opresi¨®n y las respuestas a ella, seg¨²n Bunche, crean inevitablemente estereotipos que victimizan a todas las partes implicadas.4?Independientemente de lo deplorable que sea su situaci¨®n, los grupos dominantes se ?apaciguan? con las ilusiones de su ?superioridad social? y los privilegios pol¨ªticos y econ¨®micos autoasignados.5

Esta era la interpretaci¨®n y la visi¨®n de raza y relaciones raciales de Bunche antes de participar en el equipo de investigaci¨®n de Gunnar?Myrdal. Bunche, que creci¨® en un pa¨ªs legalmente segregado en el que vivi¨® inevitablemente prejuicios, aplic¨® un entendimiento intuitivo de las complejidades raciales de Estados Unidos6, contribuyendo as¨ª de manera indispensable al proyecto.

En la primavera de 1939, cuando Myrdal comenz¨® a reclutar a investigadores, Ralph Bunche acababa de terminar sus estudios posdoctorales en antropolog¨ªa en la London School of Economics y en la Universidad de Ciudad del Cabo, en Sud¨¢frica. A su vuelta a los Estados Unidos, fue nombrado profesor titular de la Universidad de Howard, donde imparti¨® clases de Administraci¨®n P¨²blica estadounidense y Derecho constitucional. Bunche se uni¨® al proyecto con entusiasmo, emocionado por sus posibilidades.7?Desarroll¨® cuatro monograf¨ªas cient¨ªficas que servir¨ªan de referencias informativas para la redacci¨®n de la edici¨®n final del estudio. La m¨¢s sustancial de todas fue The Political Status of the Negro, fuertemente influenciada por su propia experiencia como afroamericano y por sus intereses intelectuales en organizaciones que trabajaban por el avance del pueblo de raza negra, as¨ª como en votaciones y pr¨¢cticas pol¨ªticas del sur de Estados Unidos. Sin embargo, una de sus investigaciones m¨¢s citadas es ?Conceptions and Ideologies of the Negro Problem?, del 5 de marzo de 1940. Myrdal hab¨ªa estudiado este ¨²ltimo trabajo y lo admiraba, el cual podr¨ªa decirse que dio el nombre y el tema a su obra.8?Bunche, adhiriendo a las convicciones previamente expresadas respecto al peligro de la raza como herramienta socialmente construida utilizada para despertar y racionalizar emociones, abord¨® el problema dentro de los amplios l¨ªmites del tiempo y el espacio trazando una mitolog¨ªa evolutiva que gradualmente ocultar¨ªa procesos intelectuales, cuidadosamente custodiados para no ser ?objeto de dudas o pruebas?. ?Muy pocos problemas?, escribi¨® Bunche, ?se han visto tan envueltos en dilemas, tan cargados de contenido emocional, tan persistentes y tan poco reflexionados?.9 [cita traducida]?

A diferencia de Myrdal, quien cre¨ªa que el ?Credo estadounidense?, un conjunto de creencias supuestamente interiorizadas por todos los ciudadanos de Estados Unidos, prevalecer¨ªa sobre ?los prejuicios de grupo contra personas o tipos de personas particulares?,10?Bunche se reservaba esta gratificaci¨®n, pues afirmaba que la contradicci¨®n entre los ideales estadounidenses y el racismo hacia los negros se hab¨ªa racionalizado tradicionalmente desde el momento en que la esclavitud se hab¨ªa convertido en una instituci¨®n fundamental, y se hab¨ªa hecho necesario reconciliar el v¨ªnculo humano con ?el andamiaje ideol¨®gico de la democracia?.11?En lugar de sugerir, como Myrdal, que la confianza en apelaciones morales a la consciencia culposa de estadounidenses generalmente bien intencionados permitir¨ªa realizar reformas dentro de la organizaci¨®n social existente, Bunche ped¨ªa cambios estructurales, insistiendo en la necesidad de una ?cruzada? y una ?batalla incansable? que ?erigir¨¢ una verdadera democracia sobre?[...]?cimientos constitucionales? [cita traducida]. As¨ª pues, seg¨²n ¨¦l, el dilema de los negros podr¨ªa zanjarse solamente en t¨¦rminos de plenas oportunidades para el desarrollo y la asimilaci¨®n completa en la vida pol¨ªtica y econ¨®mica de la naci¨®n.12??

La contribuci¨®n de Bunche al libro de Myrdal ofrece un an¨¢lisis detallado del papel hist¨®rico del Nuevo Pacto, una serie de programas gubernamentales de ayudas y reformas introducidos por el Presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt para la recuperaci¨®n del pa¨ªs tras la Gran Depresi¨®n.?En un principio, Bunche no confiaba en que ?una planificaci¨®n m¨¢s ilustrada? fuera a ?cambiar ideas, tradiciones o lealtades?13de manera significativa, cuestionando estereotipos raciales.?Pero la investigaci¨®n que realiz¨® para la obra de Myrdal lo convenci¨® de que algunos puntos del compromiso econ¨®mico y social del Gobierno de los Estados Unidos podr¨ªan considerarse realmente beneficiosos desde la perspectiva afroamericana. Entre otros signos de esperanza, Bunche reconoci¨® que las medidas relacionadas con las viviendas sociales, la seguridad social, el salario m¨ªnimo y la legislaci¨®n horaria, junto a la Ley de Relaciones Laborales, contribuyeron a la mejora de la situaci¨®n de los afroamericanos en mayor medida ?que la decisi¨®n m¨¢s amplia imaginable de igualdad de derechos?14?[cita traducida]. Destac¨® la importancia de la inclusi¨®n de asesores afroamericanos en el Nuevo Pacto, quienes podr¨ªan intentar asegurar que se invirtieran millones de d¨®lares en asistencia y servicios p¨²blicos para cubrir las necesidades del pueblo afroamericano. Aunque Bunche se dio cuenta de que estas pol¨ªticas no llegar¨ªan lo suficientemente lejos para aliviar la dif¨ªcil situaci¨®n de la cantidad de desempleados del pa¨ªs, las medidas ayudaron a preparar el camino para que las minor¨ªas ?comenzaran el proceso de lograr libertad econ¨®mica y pol¨ªtica?15?[cita traducida]. Con la econom¨ªa mundial sucumbiendo actualmente en una profunda recesi¨®n, podr¨ªa ser prudente volver a examinar los pensamientos de Bunche sobre estos logros p¨²blicos adquiridos que podr¨ªan fundamentar los esfuerzos actuales por asegurar una recuperaci¨®n sostenible e inclusiva y una mejor reconstrucci¨®n. La seguridad econ¨®mica de cientos de millones de personas de todo el mundo a¨²n se ve coartada por ?males? como ?las incapacidades pol¨ªticas y educacionales?, ?los barrios pobres? y la ?protecci¨®n inadecuada de la salud?16?[cita traducida]. Estas recomendaciones, presentadas por Ralph Bunche hace casi un siglo, hacen que este estudio vuelva a ser oportuno y relevante.

La magnitud, el alcance y la estructura de?An American Dilemma, formado por cuarenta y cinco cap¨ªtulos, diez ap¨¦ndices y muchas tablas, todos ellos cuidadosamente estudiados, revelan c¨®mo la lucha racial impregnaba cada aspecto de la vida en Estados Unidos. Habr¨ªa sido imposible entonces, como ahora, comprender o tratar adecuadamente las injusticias raciales, independientemente de la forma bajo la que se presenten, sin una voluntad consciente y sincera de reconocer su controvertida historia y analizar las fuerzas pol¨ªticas, econ¨®micas y sociales que intervienen. A diferencia de sus predecesores que evitaban hacer recomendaciones para pol¨ªticas p¨²blicas, el libro de Myrdal ha servido de amplia fuente de informaci¨®n, as¨ª como de ?gu¨ªa para responsables de pol¨ªticas?17?[cita traducida]. En particular, la publicaci¨®n ayud¨® a terminar con la pr¨¢ctica de la segregaci¨®n y a considerarla inconstitucional, al ser citada en el?Caso Brown contra el Consejo de Educaci¨®n?(1954),?un fallo hist¨®rico del Tribunal Supremo de Estados Unidos. Algunas conclusiones del libro se utilizaron como prueba contra el principio de ?separados pero iguales?, que demostraban que la separaci¨®n implicaba e impon¨ªa la inferioridad.

Setenta y cinco a?os despu¨¦s de que Bunche denunciara el uso de doctrinas raciales como instrumento de la arrogancia imperialista, la explotaci¨®n injusta de recursos naturales, ya sean estos de alto valor como la madera, los diamantes, el oro, los minerales y el petr¨®leo, o escasos, como las tierras f¨¦rtiles o el agua, sigue alimentando conflictos violentos.18?

Tuvieron que pasar d¨¦cadas de larga trayectoria del sistema de las Naciones Unidas y de un gran n¨²mero de soci¨®logos, economistas, abogados, psic¨®logos sociales, etn¨®grafos, historiados, genetistas y otros expertos, incluyendo a importantes investigadores que contribuyeron a?An American Dilemma, que lucharon contra declaraciones sobre la cuesti¨®n racial, antes de la adopci¨®n por la Conferencia General de la UNESCO de una ?Declaraci¨®n sobre la Raza y los Prejuicios Raciales? en 1978, en la que se afirma que no existen bases cient¨ªficas para las teor¨ªas de superioridad racial o ¨¦tnica. No obstante, tal como define la cuarta declaraci¨®n de la UNESCO sobre la raza y los prejuicios raciales y tal como ha puesto de manifiesto la pandemia de COVID-19 con incluso m¨¢s intensidad este a?o, la discriminaci¨®n racial ?sigue acosando al mundo, obstaculiza el desenvolvimiento de sus v¨ªctimas, pervierte a quienes la ponen en pr¨¢ctica, divide a las naciones en su propio seno, agrava conflictos internacionales y amenaza la paz mundial?19 [cita traducida].

Se ha proseguido con los esfuerzos de este tratado de las Naciones Unidas contra la discriminaci¨®n, los cuales han resultado, en particular, en?, que entr¨® en vigor en 1969. La Organizaci¨®n, haciendo alarde de un enfoque basado en los derechos humanos para enfrentar la interpretaci¨®n esencialista de raza, lanz¨® una campa?a contra el r¨¦gimen del apartheid, con el resultado de una suspensi¨®n temporal de un Estado Miembro que participaba en los trabajos de la Asamblea General. Menos de una d¨¦cada despu¨¦s de que Sud¨¢frica fuera readmitida en las Naciones Unidas, tras su transici¨®n democr¨¢tica de 1994, fue sede de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminaci¨®n Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia en 2001.

Pero el racismo a¨²n persiste. Bunche, en su ensayo de 1967 ?Upheavals in the Ghettos?, poniendo a descubierto un creciente escepticismo respecto a las relaciones raciales, apoda el racismo ?virus peligroso?20 que se puede propagar por ambos lados de la divisi¨®n marcada por color y etnia. Su alto precio no se puede subestimar, pues el racismo es tan penetrante y destructivo como el nuevo coronavirus de nuestros d¨ªas que traumatiza a unas personas y comunidades desesperanzadas y les deja heridas cr¨®nicas. Al igual que con la pandemia, resulta esencial seguir buscando soluciones a la vez que aplicamos medidas preventivas. Para poder acabar con ?el caldo de cultivo? de las injusticias, es necesario identificarlas y hacerles frente. El proyecto Carnegie-Myrdal, iniciado hace setenta y cinco a?os, fue un intento temprano de hacerlo, un esfuerzo que no tiene igual a d¨ªa de hoy. Adem¨¢s de las dilatadas causas subyacentes puestas de manifiesto en?An American Dilemma,?las secuelas de la pandemia han revelado formas de racismo nuevas o antes menos visibles, como la creciente discriminaci¨®n medioambiental. D¨¦cadas de abandono e infrainversi¨®n en vivienda, infraestructura y seguridad medioambiental han resultado en el surgimiento de la batalla por la justicia social con la necesidad urgente de un pacto verde. Tomen la forma que tomen, las pol¨ªticas y pr¨¢cticas discriminatorias prevalecen y la crisis actual afecta desproporcionadamente a mujeres, comunidades negras, grupos minoritarios y personas vulnerables.?

Las reformas iniciadas mediante acciones legislativas y judiciales son importantes y, en ocasiones, han sido efectivas para combatir prejuicios, como sugiere el?Caso Brown contra el Consejo de Educaci¨®n. Pero, como el escritor Caryll Phillips apunta, no se puede legislar lo que est¨¢ en los corazones de la gente21,?lo que, tal como admite, echa m¨¢s responsabilidad sobre los hombros de todos nosotros, incluidos profesores, padres, organizadores comunitarios, personajes p¨²blicos y, por supuesto, funcionarios p¨²blicos internacionales. En la misma l¨ªnea, el malestar urbano generalizado no se va a sofocar ni retirando a las fuerzas federales. Al contrario, este tipo de medidas, tal como se ha puesto de manifiesto en los ¨²ltimos d¨ªas en algunas ciudades estadounidenses, han provocado que las protestas se intensifiquen y acaben englobando a otros grupos como madres y veteranos. Los manifestantes vuelven a las calles, guiados por el mismo ?sentido de justicia y profunda preocupaci¨®n por todas las personas y todos los problemas?22?[cita traducida] que guiaron a Ralph Bunche para dirigir a una enorme multitud en la legendaria marcha de 1963 en Washington, justo antes de que Martin Luther King diera su memorable discurso, y, despu¨¦s, para unirse a este ¨²ltimo en Alabama en la primera l¨ªnea de la Marcha de Selma a Montgomery.

Sesenta y cinco a?os despu¨¦s y a m¨¢s de tres mil kil¨®metros de Selma, una nueva generaci¨®n de activistas est¨¢ inspir¨¢ndose en una historia de los derechos humanos que ?expuso la violencia end¨¦mica de la segregaci¨®n? [cita traducida] y tuvo como resultado la Ley de Derecho de Sufragio de 1965. Con Patrisse Cullors a la cabeza, artista, activista, oradora p¨²blica afroamericana y cofundadora del movimiento Black Lives Matter, una coalici¨®n de reformadores de Los Angeles est¨¢ aprovechando el poder del voto a trav¨¦s de una propuesta de refer¨¦ndum orientado a ?terminar con la violencia policial y el abuso en las prisiones?23.[cita traducida].?Como suele ocurrir, fil¨¢ntropos y sus legados, intenciones e influencias est¨¢n destinados a convergir en alg¨²n punto. Si el mundo no se hubiera estremecido por el horror del absurdo asesinato de un hombre negro en Mine¨¢polis la pasada primavera, habr¨ªa pasado desapercibido el hecho de que la se?ora Cullors recibi¨® el Premio Ralph Bunche al Fil¨¢ntropo del a?o. Originaria de Los Angeles, Patrisse, que lleva m¨¢s de veinte a?os luchando en primera l¨ªnea por la reforma de la justicia penal, ha visto reconocido el servicio que presta a la comunidad afroamericana. Semanas despu¨¦s, el movimiento que ayud¨® a fundar gan¨® un nuevo nivel de relevancia. Inst¨® al mundo a acelerar los esfuerzos comunes en busca de una cura para ?el peligroso virus del racismo?, que sigue despojando a los seres humanos de su empat¨ªa y compasi¨®n inherentes, e intoxica a los atribulados con el salvaje placer de las agresiones brutales.

?

Notas

1?Brian Urquhart,?Ralph Bunche: An American Life?(Nueva York, Londres, W.W. Norton and Company, 1993), p¨¢g. 458.

2?Ralph J. Bunche,?A World View of Race?(Washington, D.C., The Associates in Negro Folk Education, 1936), p¨¢g. 25.

3?Ibid., p¨¢gs. 38-40.

4?John B. Kirby, ?Ralph J. Bunche and black radical thought in the1930s?,?Phylon, vol. 35, n¨²m. 2 (2.? trimestre de 1974), p¨¢g.?131.

5?Bunche,?A?World View of Race, p¨¢g. 26.

6?Dewey W.Grantham, ?Editor's introduction?, en?The Political Status of the Negro in the Age of FDR, Ralph J. Bunche (Chicago, Londres, The University of Chicago Press, 1973) p¨¢g. xii.

7?Ibid.

8?Clare L. Spark, ?Race, caste, or class? The Bunche-Myrdal dispute over?An American Dilemma?,?International Journal of Politics, Culture, and Society, vol. 14, n¨²m. 3 (marzo de 2001), p¨¢g. 473.

9?Ralph J. Bunche, ?Conceptions and Ideologies of the Negro Problem?. A Research memorandum. Carnegie-Myrdal Study. The Negro in America (Nueva York,1940), p¨¢gs. 5 y 3. The Social Science Research Council. Disponible en:?.

10?Gunnar Myrdal con la asistencia de Richard Sterner y Arnold Rose,?An American Dilemma: The Negro Problem and Modern Democracy?(Nueva York, Londres, Harper and Brothers Publishers, 1944), p¨¢g. xlvii.?

11?Bunche, ?Conceptions and Ideologies of the Negro Problem?, p¨¢g. 9.

12?Ralph J. Bunche, ?The Negro in the political life of the United States?,?Journal of Negro Education, vol. X (julio de 1941), p¨¢gs. 583 y 581. Citado en Kirby, ?Ralph J. Bunche and black radical thought in the 1930s?, p¨¢gs. 135 y 137.

13?Kirby, ?Ralph J. Bunche and black radical thought in the 1930s?, p¨¢g. 134, y Ralph J. Bunche, ?A critique of New Deal social planning as it affects negroes?,?Journal of Negro Education, vol. V (enero de 1936), p¨¢g. 60. Citado en Kirby, ?Ralph J. Bunche and black radical thought in the 1930s?, p¨¢g. 133.

14?Ralph J. Bunche, ?The?Political?Status of the Negro?with Emphasis on the South and Comparative Treatment of the ?Poor White?.?A Research memorandum. Carnegie-Myrdal Study. The Negro in America, Libro VI (Nueva York,1940), p¨¢gs. 1530-1531.?The Social Science Research Council. Disponible en:??.

15?Kirby, ?Ralph J. Bunche and black radical thought in the 1930s?, p¨¢g. 134.

16?Ralph J. Bunche, ?The Negro in the political life of the United States?, p¨¢g. 538. Citado en Kirby, ?Ralph J. Bunche and black radical thought in the 1930s?, p¨¢g. 135.

17?Urquhart,?Ralph Bunche: An American Life,?p¨¢g. 83.

18?Para m¨¢s informaci¨®n sobre conflictos y recursos naturales, consulte Naciones Unidas Mantenimiento de la Paz, ?Conflictos y recursos naturales?. Disponible en:?.

19?UNESCO, ?Declaraci¨®n sobre la raza y los prejuicios raciales, Par¨ªs, septiembre de 1967?, en?Cuatro declaraciones sobre la cuesti¨®n racial?(Par¨ªs, 1969), p¨¢g. 53.

20?Ralph J. Bunche, ?Upheavals in the Ghettos?, en?Ralph J. Bunche,?Selected Speeches and Writings, Charles P. Henry (Ed.) e? ?Introduction? - Ann Arbor? (The University of Michigan Press, 1998),?p¨¢g. 290.?

21?Caryl Phillips, ?American tribalism?, en?The American Effect: Global Perspectives on the United States, 1990-2003?(Nueva York, Whitney Museum of American Art, 2003), p¨¢g. 91.

22?Ralph Bunche, ?March on Montgomery Speech, 1965?, en Bunche,?Selected Speeches and Writings, p¨¢g. 259.

23?Patrisse Cullors, ?Selma to LA: How civil rights history inspired modern criminal justice reform and Measure R?,?Daily KOS, 25 de febrero de 2020. Disponible en:?.

7 de agosto de 2020

?

La Cr¨®nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as¨ª como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art¨ªculos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci¨®n por parte de las Naciones Unidas.?